Por Efrén Rodrigo Herrera
En su vida cotidiana en Estados Unidos, el tema de las remesas de dinero toca a todos y cada uno de los inmigrantes cuyas familias dependen económicamente de ellos y que en su mayoría reciben cada semana el fruto de los esfuerzos del que cruzó la frontera hacia el norte de América.
No se sabe cuántas familias o personas en total dependen de las remesas que salen desde Estados Unidos hacia Centro y Sur América, pero lo que sí se sabe es que se trata de un negocio que representa miles de millones de dólares anuales para los servicios de envíos.
Según el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), miembro del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 2012 las remesas fueron de 61.276 millones de dólares, prácticamente sin cambio frente a los envíos de 2011 cuando totalizaron 60.900 millones de dólares.
“Sagradamente les mando dinero a mi madre y a mis hermanas cada dos semanas. Ellas dependen de mí y no puedo parar la remesa, aunque aquí las cosas se pongan duras”, comentó Juan Martínez, de 38 años, empleado de un restaurante de sushi en San Antonio, Texas.
Además de la dificultad de encontrar y de mantenerse en un empleo por la falta del permiso de Inmigración, el costo del envío y la cantidad de dinero que les entregan a sus familias se vuelve también parte de la lucha por la supervivencia en el mundo del inmigrante trabajador.
“Yo siempre estoy averiguando entre dos y tres tiendas porque para mí un dólar de diferencia en el costo y 100 pesos en lo que les entregan (a mis familiares) es importante. Antes yo mandaba de la misma parte sin averiguar otros lugares porque me daba miedo que me reportaran a Inmigración, dijo Martínez, que salió de su casa en Jaltipán, Morelos, el mismo día que cumplió los 18 años.
“Sabemos que es un tema vital para el inmigrante y su familia, de manera que lo que busca el Fomin es que haya mayor transparencia, competencia y reglas estables y sin discriminación en el costo de los envíos”, dijo a la AP María Luisa Hayem, de la Unidad de Acceso a Financiamiento del fondo.
Actualmente se consiguen comisiones de envíos que van desde los 5 hasta los 22,99 dólares, para un envío de 500 dólares. Hace 10 años costaba el triple que hoy.
Aunque en los últimos años los costos de las remesas han bajado considerablemente, queda mucho por hacer, según Hayem.
La Procuraduría Federal del Consumidor de México (Profeco) tiene un programa denominado “Quién es quién en el envío de dinero”. Con él los inmigrantes pueden saber cuáles son las empresas de envíos que ofrecen las tasas más favorables.
Profeco ofrece acceso a información de los servicios de 28 proveedores en nueve ciudades de Estados Unidos, entre ellas Houston y Dallas, Texas; Los Ángeles, Sacramento y San José, California; Miami y Nueva York.
En tablas que actualiza Profeco cada semana en su página en internet www.profeco.gob.mx/envio, el interesado puede saber el nombre de la compañía que ofrece el servicio, la comisión por enviar 300 dólares, la tasa de cambio y el tiempo en el que su familiar recibirá el dinero.
Para envíos a Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana, el Fomin destaca el servicio de información en internet Envía Centro América en donde se puede saber desde la empresa que envía, hasta el costo total en dólares y en porcentaje de la operación.
Esta semana, por ejemplo, el envío más barato de 500 dólares a El Salvador desde Nueva York, para entrega en efectivo, costaba 8 dólares.
El costo depende de muchos factores y hay diferencias sustanciales entre países. El Salvador, por ejemplo, está entre los de comisiones y costo final más bajos, mientras que Honduras es el destino más costoso de las remesas, comentó Hayem.
La tendencia de los servicios de envío de dinero es a la formalidad. “Además los corredores (prestadores del servicio) tienden a incluir el uso de la tecnología para atraer más clientes. Ya es posible, por ejemplo, que el que envía sepa que su familia recogió la remesa al acceder a una cuenta desde su celular”, dijo Hayem.
El Fomin adelanta conversaciones con las entidades financieras en todos los países con el fin de crear sistemas que reduzcan los costos, eliminen por completo la informalidad de las remesas y permitan al destinatario crear un sistema de ahorro para mejorar su estilo de vida.
Se trata del Programa de Remesas y Ahorros, que dota hasta con 400.000 dólares en proyectos de cooperación técnica a entidades financieras que presenten proyectos para recepción de remesas, atados a planes de ahorro.
Lo ideal es la bancarización de las remesas, que a cambio de efectivo que se transfiera de cuenta a cuenta. “Por eso buscamos que las entidades financieras y las autoridades cambiarias de cada país tengan en cuenta cinco principios básicos para esas operaciones”, comentó Hayem.
La transparencia y protección al consumidor, la infraestructura de los sistemas de pago, un marco jurídico y regulador, la estructura del mercado y de la competencia y finalmente el buen gobierno y gestión del riesgo, son los cinco principios que busca el Fomin para los países receptores de las remesas.
Cálculos preliminares de la entidad indican que los inmigrantes realizan desde la Unión Americana por lo menos 250 millones de transferencias anualmente.
Lo malo del asunto es que por lo menos dos terceras partes son transferencias en efectivo, lo cual representa mayor riesgo y costo de la operación.
“Yo sí quiero enviar mi dinero directo a una cuenta en Morelos para no batallar cada semana. Tengo amigos que siguen confiando las remesas a un bato (amigo) que ya es ciudadano americano y que las lleva cada mes entre sus compras de mercancía”, dijo Martínez.
Lamentablemente, el tema de las remesas va más allá de los precios y la informalidad. El monto que reciban depende de la tasa de cambio y esta, a su vez, de variables y hechos que escapan incluso de las autoridades en los países receptores.
La situación económica de Estados Unidos, que mantiene el desempleo arriba del 7%, y las acciones de la Reserva Federal para apalancar la recuperación de la economía juegan papel importante en la definición de las tasas de cambio que pagan por las remesas, pero ese, por ahora, es otro tema.
Fuente: AP