Las ’Mulas’ son gringos, no mexas

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Un estudio muestra que se reclutan norteamericanos para pasar drogas por la frontera porque levantan menos sospechas

Por Yolanda Monge/ El País

Washinton— Cuatro de cada cinco detenciones relacionadas con delitos de tráfico de drogas en la frontera de EEUU con México tienen a un ciudadano norteamericano involucrado, según un informe del Centro para el Periodismo de Investigación (CIR). En contra de la imagen que tiene la opinión pública, no es un ciudadano mexicano quien con más frecuencia es detenido por las patrullas fronterizas por posesión y transporte de drogas. Ni Todd Britton-Harr, 36 años, ni Laura Fynn Farris, 52, son el clásico traficante mexicano representado en las películas y cuyo estereotipo perpetúa en muchas ocasiones los medios de comunicación.

Britton-Harr, graduado de la Academia Naval de EEUU, fue detenido en diciembre de 2010 al sur de Tejas con un cargamento de más de 500 kilos de marihuana. Hasta esa fecha había hecho otros cinco viajes –todos exitosos- entre la frontera y Detroit (Michigan, noreste de EEUU). Farris fue parada en febrero de 2011 en un control de carreteras cercano también a la frontera tejana con México y la policía encontró más de 65 kilos de marihuana escondidos en su coche entre mantas sucias en cestos de la lavandería.

Alonzo Peña, vicedirector retirado en 2010 de la agencia de Inmigración y Aduanas de EEUU, acusa al Gobierno norteamericano de hacer una caricatura malvada de los inmigrantes representándolos como un peligro público. “Después del 11-S, los inmigrantes, terroristas, criminales y las amenazas a la seguridad nacional ha sido todo metido en un mismo saco”, dice Peña. “Ya no distinguimos muy bien quién es quién”, puntualiza.

El estudio del CIR deja claro desde el inicio que no cabe duda de que los carteles del crimen organizado mexicanos dominan el tráfico de drogas hacia EEUU. Pero sin embargo, el mensaje que ha hecho llegar en la última década la policía de fronteras –a través de los comunicados de prensa cada vez que se incautaban de un cargamento- es que los correos o mulas de la droga son mayoritariamente mexicanos, cuando no lo son.

Tres de cada cuatro personas a las que las patrullas de aduanas les encuentran drogas son estadounidenses. Mirado desde otro ángulo, cuando se conoce el estatus migratorio de los detenidos, en cuatro de cada cinco redadas –que suelen incluir a más de una persona- está involucrado un norteamericano.

Tanto las fuerzas del orden como ciudadanos de EEUU que han sido detenidos coinciden en que se reclutan norteamericanos para pasar drogas por la frontera porque levantan menos sospechas. Por ejemplo, un ingeniero en paro que fue detenido en Sierra Blanca (Tejas) es el perfil deseado para las redes de tráfico de drogas: hasta que un perro olfateó en enero de 2011 más de 40 kilos de marihuana en su camioneta, el hombre había realizado 17 viajes. “Si eres norteamericano y de mediana edad eres el hombre perfecto”, dice el ingeniero que no aporta su nombre para el informe por temor a represalias.

El número de ciudadanos de EEUU sorprendidos con drogas por las patrullas fronterizas ha aumentado considerablemente, con tres veces más detenciones en 2011 que en 2005, según un análisis del Gobierno de EEUU.

El estudio del CIR, citando a abogados y fuerzas de seguridad, dice que la gente se convierte en mulas por distintas razones, que van desde la desesperación por no tener empleo hasta la adicción a las drogas o el simple hecho de querer hacer dinero fácil. Varias explicaciones se apuntan en el informe para que en los últimos años haya crecido el número de estadounidenses que son detenidos traficando con droga –para que se considere tráfico tiene que poseerse al menos un kilo de marihuana en el momento del arresto-: la mala economía del país; el incremento de la vigilancia en la frontera –al haber disminuido el número de inmigrantes que cruzan de forma ilegal, las patrullas fronterizas se han dedicado a otras tareas-; la violencia por la guerra de las drogas en el vecino México y las leyes permisivas en ciertos Estados a favor de la marihuana.

Fuente: El País

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