Las FARC entrenan a jefes del Cártel Jalisco Nueva Generación

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Tiene acumuladas varias décadas de experiencia en su lucha contra las fuerzas del Estado y ahora se dedica a transmitir ese conocimiento. Es la guerrilla colombiana de las FARC. Y según fuentes estadunidenses de inteligencia, los narcos jaliscienses –el Cártel de Jalisco Nueva Generación y Los Cuinis, que además tienen capacidad económica para adquirir armamento de punta– recibieron entrenamiento en las selvas de Colombia. La muestra de que resultaron buenos alumnos fue el derribo de un helicóptero militar el primer día de este mes en Villa Purificación

Por J. Jesús Esquivel/ Proceso

El derribo de un helicóptero del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales el pasado viernes 1 en Jalisco no fue un golpe de suerte de los sicarios ni puede atribuirse automáticamente a una posible impreparación de los militares; el ataque estuvo perfectamente coordinado y ejecutado por el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) gracias, según agencias federales estadunidenses, al adiestramiento que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) les han dado.

El CJNG y Los Cuinis, aseguran fuentes de inteligencia de Estados Unidos, tienen sicarios entrenados por las FARC específicamente para contrarrestar los embates militares.

“Nuestros sistemas de inteligencia en Colombia detectaron desde hace varios meses que algunos integrantes del narcotráfico mexicano habían recibido adiestramiento en ese país por parte de las FARC”, comenta a Proceso un alto funcionario de una de las agencias estadunidenses de inteligencia.

“Los informes que obtuvimos en Colombia señalan que jefes de grupo (sicarios) y varios jefes del escalafón de mando del Cártel de Jalisco Nueva Generación y de Los Cuinis fueron adiestrados por las FARC en tácticas de asalto a militares”, agrega la fuente, que aceptó hablar a condición de no revelar su identidad ni la de la dependencia federal para la cual trabaja.

“Hay varios informes de inteligencia que han registrado el entrenamiento de elementos del narcotráfico mexicano por parte de las FARC”, explica un funcionario de otra instancia estadunidense de inteligencia y quien también pide el anonimato para él y para la dependencia federal en la que presta sus servicios.

“Es un tema delicado, de seguridad nacional; por ello cuando nuestros sistemas de inteligencia registraron esto, inmediatamente se lo comunicamos al gobierno mexicano”, apunta.

Ninguno de los dos agentes consultados tiene elementos para decir cuántos sicarios del CJNG o de Los Cuinis han sido adiestrados por las FARC en tácticas paramilitares y de guerra de guerrillas. Sin embargo, aseguran que no son muchos.

“Algunas decenas. No más de 50 individuos, tal vez”, aventura una de las dos fuentes, que fueron entrevistadas por separado.

Consultadas sobre el asunto, fuentes gubernamentales mexicanas de alto nivel expresaron puntualmente que se siguen a fondo “todas las líneas de investigación sobre ese grupo delicuencial”.

Según la tesis de las agencias de inteligencia de Estados Unidos dedicadas a combatir a las mafias trasnacionales, en esa relación narcos-insurgentes, los sicarios del CJNG y de Los Cuinis han aprovechado sus viajes a Colombia para “amarrar” la compra de cocaína que les proveen las FARC, y se quedan varias semanas en los campamentos de esa guerrilla para recibir adiestramiento a fin de repeler los ataques de las fuerzas armadas.

El mundo, su mercado

De acuerdo con la administración antidrogas de Estados Unidos (DEA), Los Cuinis son la agrupación del narcotráfico mexicano más rica del mundo, y junto al CJNG “son los dueños casi absolutos del mercado europeo y asiático de las drogas”, especialmente en lo que se refiere al trasiego de la cocaína colombiana (Proceso 2006).

La DEA sostiene que Abigael González Valencia, El Cuini (detenido el pasado 28 de febrero en Puerto Vallarta), y su cuñado Nemesio Oseguera Cárdenas, El Mencho –líderes de Los Cuinis y del CJNG, respectivamente–, desde hace años diseñaron una estrategia de cooperación con narcotraficantes y narcoguerrilleros de Colombia.

El Cuini y El Mencho establecieron sólidas relaciones con narcotraficantes colombianos y las FARC, siempre según la DEA, para comprarles cocaína y venderla en Europa, África y Asia, menospreciando el mercado de Estados Unidos debido a la competencia con otros cárteles mexicanos y para evitar la constante confiscación de cargamentos. Esto los convirtió en las mafias del trasiego de narcóticos con más recursos y ganancias en el mundo.

Durante casi una década Los Cuinis y el CJNG dejaron que otros cárteles, como los de Sinaloa, del Golfo, de Juárez, de Tijuana, Los Zetas, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, se disputaran el mercado de las drogas de Estados Unidos, mientras ellos –en colaboración con los narcos y la guerrilla de Colombia–, con poca competencia, se adueñaron sin dificultad de los mercados europeo, asiático y africano.

Los dos funcionarios de las agencias de inteligencia de Estados Unidos entrevistados por el corresponsal coinciden: “Aunque sí es preocupante” el tipo de relación de las FARC y los cárteles mexicanos, no hay que sobredimensionar el asunto del adiestramiento.

“Las FARC no son un grupo verdaderamente exitoso en tácticas insurgentes. Están diezmados desde hace varios años, por lo que a los narcos a los cuales han entrenado no se les podría calificar de altamente peligrosos en técnicas de enfrentamiento contra el Ejército o la Marina de México”, matiza uno de los dos entrevistados.

Los dos funcionarios consultados se niegan a afirmar tajantemente si lo ocurrido en Jalisco el viernes 1 es resultado del adiestramiento de las FARC al CJNG y Los Cuinis. “Tienen el dinero suficiente para comprar cualquier tipo de armamento”, dice uno de ellos.

Y agrega: “Está muy claro que saben utilizar ese armamento, que seguramente llegó a México procedente de Estados Unidos, de Europa o de Asia y que metieron al país vía Centroamérica, gracias a sus relaciones con narcotraficantes y grupos guerrilleros de Colombia”.

El otro funcionario anota: “Lo que ocurrió (el viernes 1) en Jalisco obligará al Ejército Mexicano y a la Marina a modificar sus tácticas de enfrentamiento con ese grupo criminal. Tienen que combatirlos con armas más sofisticadas y efectivas”.

Ante el estrepitoso fracaso de ese día –y según las agencias de inteligencia de Estados Unidos–, el Ejército y la Marina dieron luz verde a sus grupos de élite dedicados a combatir al narcotráfico para usar el equipo militar recientemente comprado a Estados Unidos.
Entre abril de 2014 y el pasado marzo, el gobierno de Enrique Peña Nieto gastó más de mil 300 millones de dólares en equipo militar que le vendió el Pentágono (Proceso 2004).

Tras el derribo de su helicóptero Cougar matrícula 1009 –evento en el cual hubo 18 bajas–, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) desplazó a Jalisco varios de los helicópteros UH-60M Black Hawk, provistos de motores 40T700-GE-701D y armas automáticas de alto poder, de la clase 36 M134, calibre 7.62 milímetros, que forman parte de ese paquete recientemente adquirido.

Las agencias de inteligencia de Estados Unidos sostienen que para la persecución y destrucción del CJNG y Los Cuinis, la Sedena desplazó también varias decenas de vehículos terrestres de movilidad para propósitos múltiples de la clase M1152, del lote de 3 mil 355 que hace poco el Pentágono le entregó al gobierno de Peña Nieto.

“Los militares mexicanos tienen que estar muy bien preparados y armados para enfrentar al CJNG, porque estos criminales ya demostraron que pueden hacer un daño importante con sus estrategias de combate”, subraya uno de los funcionarios entrevistados, quien tiene amplio conocimiento del tema.

La mayoría de los integrantes de los cuerpos de élite del Ejército y la Marina que combaten al narcotráfico han sido entrenados por el Pentágono en varios de sus fuertes en Estados Unidos.

Relación antigua

La relación entre la guerrilla colombiana y el narcotráfico mexicano no es nueva. En noviembre de 2013 el Centro de Operaciones contra el Narcoterrorismo (CNOC) de la División de Operaciones Especiales de la DEA entregó al Congreso estadunidense un reporte confidencial en el cual detallaba los lazos entre las FARC y el Cártel de Sinaloa.

“Los nexos entre el tráfico de drogas y el terrorismo (narcoterrorismo) siguen creciendo y no es una tendencia nueva. El narcoterrorismo puede ser ampliamente definido como el solapamiento de las actividades del tráfico de drogas y el terrorismo”, indicaba el reporte de la DEA (Proceso­ 1989).

Aunque la investigación especial no menciona ningún plan de entrenamiento de las FARC para el Cártel de Sinaloa en tácticas paramilitares, sí sostiene la existencia de una relación estratégica entre el grupo criminal que dirige Ismael El Mayo Zambada y el narco colombiano para adueñarse del mercado europeo, asiático y africano (en confrontación con Los Cuinis y el CJNG).

Las conclusiones del CNOC indican que el Cártel de Sinaloa y sus socios colombianos, entre éstos las FARC, venden cocaína y otras drogas a grupos terroristas que han diversificado sus actividades criminales para obtener más ganancias.

“Las franquicias del terrorismo dedicadas al narcotráfico llevan a cabo actividades criminales alternativas para obtener más recursos: lavan dinero, secuestran, extorsionan y contrabandean”, afirma el reporte de la DEA entregado al Capitolio.

Tras los informes recolectados en Colombia por el gobierno de Obama –sobre el entrenamiento de las FARC a Los Cuinis y el CJNG–, las agencias de inteligencia elaboraron un informe confidencial que fue compartido por Washington con el gobierno de Peña Nieto.

Los dos funcionarios entrevistados aseguran desconocer la redacción final de ese documento. No obstante, afirman que como parte del intercambio de información de inteligencia entre los dos países, la recientemente transmitida no fue catalogada como una alerta o una advertencia.

“Son informes concretos que explican la información recopilada por nuestras agencias de inteligencia y nada más. Al gobierno de México es al que le corresponde actuar en consecuencia si considera que la información es relevante para la preservación de su seguridad nacional o en beneficio de su lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado”, concluye una de las fuentes.

(Reportaje que se publica en la revista Proceso 2011, ya en circulación)

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