Chef Maquiavelo
Recetario: De cómo los gobiernos devienen déspotas, la gente idiota y la sociedad anómica
Por Carlos Murillo González
Esta es una receta inventada de acuerdo a los gustos de Nicolás Maquiavelo, si este fuera chef y contemporáneo del siglo XXI; para entender cómo funcionan las sociedades pre y pos modernas actuales.
Ingredientes:
1 (una) sociedad previamente despolitizada y enajenada. No importa el tamaño, puede ser una ciudad, un estado o un país.
1 (un) gobierno autoritario y corrupto.
1 ó más medios de información aliados o corruptos.
1 (una) religión de masas o en su defecto, varias que hagan la función.
Empresarios al gusto.
Además se va a necesitar:
Un sistema económico que proteja los intereses de las élites, preferentemente neoliberalismo, pero puede usar también cualquier otro sistema capitalista.
Preparación:
Alimente a su sociedad con comida chatarra previamente publicitada y legitimada por la televisión. Rocíe muy bien las mentes de las personas con desinformación y condicione sus gustos desde la niñez con entretenimiento enajenante de acuerdo a sus intereses. Haga alianzas con la(s) iglesia(s) y empresarios para completar la enajenación de las mentes con ideas dogmáticas y adhiera muy bien con la enajenación económica del consumismo y la pobreza previamente establecida. Muy importante: revuelva muy bien estos ingredientes de tal manera que confunda a la sociedad y ésta la interprete como la realidad.
Establezca instituciones y organismos de moda como partidos, elecciones, Derechos Humanos, etcétera. Dé la impresión de que se vive en una democracia (no importa que la gente no sepa, de eso se trata) y utilice los medios de comunicación para bombardear con mensajes sobre la obra de gobierno. Mientras publicita obra puede desviar recursos para su propio beneficio o sus socios. No permita la prensa libre; ante cualquier información verídica y persistente, no dude en utilizar cualquiera de las formas de disuasión conocidas (amenazas, robo, censura, atentados…).
Lentamente conceda algunas exigencias sociales, como escuelas o parques (de todos modos es su obligación) pero sin soltar la parte ideológica. Haga o rechace reformas de todo tipo sin consultas públicas y procure tener en armonía y contentos a sus socios empresarios y religiosos. No escatime recursos en imagen, viajes, lujos, publicidad, sobornos,… todo es permitido.
Por si acaso, mantenga siempre una buena porción de personas adictas a usted y su grupo de poder, así como una partida de dinero en caso de que requiera comprar voluntades, si llegará a faltarle sociedad, por efecto de alguna represión a algún movimiento social, por emigración o por la misma despolitización y apatía. Puede inyectar un poco de miedo, pero siempre en raciones controlables, pues mucha cantidad de miedo puede resultar contraproducente.
Tenga cuidado de no agregar ingredientes no incluidos en la receta, como el narcotráfico o gobiernos extranjeros, pues podría perder no sólo el gobierno, sino también su vida o su libertad.
Y listo:
Si sigue estas sencillas instrucciones, ya tiene una sociedad dócil, a modo, engañada, apática y fácilmente manipulable. Con esta receta puede hacer lo que quiera: enriquecerse (lo más común) pero también puede darle rienda suelta a sus deseos y pasiones; por ejemplo, creando guerras si es usted sanguinario; o bien hacer negocios con empresas extranjeras explotando los recursos de todos y todas; éstas le pueden contratar o rescatar como recompensa cuando termine su gestión.
Disfrute de su despotismo, por que dura poco.
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