La prensa de EU, domesticada

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¿Cuándo los medios americanos harán preguntas importantes?

Por Saúl Landau/ Progreso SemanaL

Me parece perturbador que el cuerpo de prensa no haga las preguntas obvias a altos funcionarios de EE.UU.; en su lugar, los periodistas ruegan por los pequeños detalles, después de haber aceptado los absurdos supuestos de la administración.

¿Recuerdan que antes de la guerra de Iraq, cuando Saddam Hussein invitó a los inspectores de armas de la ONU a que fueran a Iraq y buscaran las armas de destrucción masiva y entrevistaran a los científicos e ingenieros iraquíes? Si Saddam poseía ADM, ¿por qué –debieron haber preguntado los medios al presidente Bush– iba Saddam a invitar al máximo equipo forense con sus equipos sofisticados a tener acceso al territorio iraquí? Si él tenía ADM ocultas, de seguro los inspectores las hubieran encontrado. O aún están escondidas, como sugirió Dick Cheney.

¿No necesita tener Sherlock Holmes, o incluso un detective principiante, un nivel mínimo de escepticismo? ¿Por qué –debieron haber preguntado– estaba Bush invadiendo un país que lógicamente no poseía tales armas provocativas? A un estudiante novato de periodismo se le hubiera ocurrido cuestionar la evidencia de los entusiastas de la guerra. Pero los medios no preguntaron. Creyeron en las sandeces de Bush, las imprimieron y las televisaron como si la palabra proviniera de fuentes confiables. Y miles de norteamericanos murieron junto con decenas de miles de iraquíes. Iraq sufrió una destrucción incalculable sin razón ninguna. ¿Y si uno de los principales periodistas hubiera hecho preguntas comprometedoras antes de que ocurriera la invasión?

Esos escépticos que dijeron que la guerra era por el petróleo deben haberse sentido ligeramente humillados cuando inversionistas chinos se apoderaron de una parte del león de la base de combustible de Iraq. En cuanto a otros guerreristas, ¿cómo explican que el nuevo gobierno de Iraq se haya convertido en el más cercano amigo de Irán en la región –con Siria en ruinas? ¿Los regímenes chiíes se apoyan unos a otros?

A pesar de las desafortunadas consecuencias de la excursión iraquí, y las mentiras que funcionarios de Bush usaron para justificarlas, el cuerpo de prensa aceptó un nuevo conjunto de racionalizaciones sin sentido para la guerra en el caso de Irán, esta vez de parte del grupo de Obama.

Irán “pudiera” estar buscando hacer un arma nuclear. Por tanto, el gobierno de EE.UU. debiera hacer la guerra a esa nación para impedir una posible adición a los suministros más mortíferos del mundo. Hemos ignorado o incluso alentado la acumulación nuclear de Israel, no hemos hecho nada a Corea del Norte, India y Pakistán, mientras que nosotros mismos amasamos el mayor suministro del mundo de los monstruos. ¿Entonces que nos ha hecho Irán a nosotros que justifique la amenaza de guerra?

En 1953 la CIA derrocó al gobierno democráticamente elegido en Irán y lo reemplazó con un régimen autoritario que nos gustaba, el cual también dio concesiones a compañías petroleras norteamericanas. El shah y sus fuerzas represivas permanecieron fieles a Washington mientras que torturaban y asesinaban a sus oponentes, hasta que los iraníes se alzaron en 1979 y lo expulsaron. Pero Irán no ha tratado de derrocar a nuestro gobierno ni nos ha amenazado a nosotros. Sus líderes han hecho comentarios antiisraelíes, pero Israel tiene 200 armas nucleares para disuadir cualquier agresión iraní. Entonces, ¿por qué el presidente Obama amenaza a Irán con la guerra si continúa haciendo lo que otras naciones han hecho: buscar respeto por la vía de tener un arma nuclear –la cual en realidad pudiera no estar haciendo?

OK, somos el imperio y ellos son desobedientes. No es exactamente un código inscrito en el derecho internacional para hacer la guerra, pero todo el mundo lo sabe. Israel tiene un poderoso cabildo que promueve acciones militares norteamericanas contra Irán por sus propias razones y la prensa norteamericana, como es de esperar, no ha planteado preguntas u objeciones significativas a los belicosos mensajes de Obama. Algunos miembros del Congreso llaman a la guerra como si no hubieran aprendido las amargas lecciones de nuestras aventuras en Corea, Vietnam, Iraq y Afganistán. Coincidentemente, algunos de esos miembros aceptan dinero de AIPAC, el cabildo israelí. ¿Qué haría falta para enseñar a los líderes norteamericanos que la guerra contra naciones que se defienden no tiene un final positivo para nosotros? ¿Recuerdan a Corea, Vietnam, Iraq y Afganistán?

Nuestra excursión afgana ya lleva más de once años, y si ha habido algún progreso para asegurar ese país, ninguna fuente confiable lo ha encontrado. Iraq sufre el bombardeo diario después de que nuestras fuerzas destruyeron la integridad de esa nación. Ambas guerras han provocado enormes problemas de refugiados y han costado a los contribuyentes norteamericanos más de un billón de dólares.

La tarea de la prensa es protegernos de decisiones tontas del gobierno, plantear preguntas y forzar el debate antes de que se aprueben políticas estúpidas o se inicien costosas guerras. En su lugar, las noticias críticas son suprimidas o minimizadas. Los críticos de la guerra de Iraq se lanzaron a la calle por millones, mientras los noticieros de la TV cubrían esos mítines para encontrar a los raros entre los manifestantes a fin de hacer más interesantes sus programas de noticias, al menos desde un punto de vista de moda o cosmético.

El grupo antiguerra tenía razón en cuanto a Iraq. Bush y Cheney encontrarán su lugar en la historia como líderes mentirosos y tontos que descartaron la buena inteligencia –Saddam no poseía ADM– a favor de los datos amañados, de los cuales convencieron después al público de EE.UU. y del mundo.

Los medios no debieran permitir a la administración Obama que se saliera con la suya con tonterías similares. Irán no ha dado a Washington ninguna razón para la guerra. Nosotros derrocamos su gobierno.

Ayudamos a empujar a Saddam Hussein a la guerra con Irán en la década de 1980. Pero ¿qué amenaza ha sido Irán para la seguridad de EE.UU.?

Hasta que Obama pueda contestar esta pregunta de manera convincente, los medios norteamericanos deben presionarlo contra la pared con preguntas escépticas a él y a otros defensores de la guerra. Aún nos estamos lamiendo las heridas de viejas guerras. Los veteranos de Vietnam aún son un sector significativo de los sin vivienda en Estados Unidos. ¿Debemos olvidar el daño que nuestras guerras posteriores a la 2da. Guerra Mundial han hecho a los heridos, a las familias que perdieron a sus hijos, a los billones de dólares malgastados? Una guerra con Irán nos costará no solo dinero, sino salud nacional y prestigio mundial. Es tarea de los medios plantear los hechos y las razones en el reino de la política e introducir el escepticismo en la posición carente de hechos y de razones de los guerreristas.

¿Dónde está el valiente periodista que se arriesgará a plantear una pregunta desafiante en la próxima conferencia de prensa de la Casa Blanca?

Fuente: ProgresoSemanal.com

 

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