Por Dean Baker
El caso del Libor manipulado es el escándalo que nunca se acaba. Revela mucho sobre la conducta del Consejo de la Reserva Federal de EE.UU. y de los bancos centrales de modo más general.
El mes pasado, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, testimonió ante el Congreso y dijo que se percató en otoño de 2008 de que algunos bancos en Inglaterra estaban manipulando el Libor. Según Bernanke, llamó la atención sobre este hecho a Mervyn King, jefe del Banco de Inglaterra. Al parecer Mervyn King no hizo nada, ya que la manipulación continuó, pero Bernanke dijo al Congreso que no podía hacer nada más.
Las implicaciones de la afirmación de Bernanke son increíbles. Hay billones [millones de millones]de dólares en préstamos para automóviles, hipotecas y otras deudas, en EE.UU., vinculados al Libor. También hay inmensos contratos de derivados cuyo valor depende del Libor en un momento dado. La gente ganaba o perdía en esos convenios no sobre la base del mercado, sino más bien dependiendo de la tasa manipulada del Libor, fijada por los grandes bancos.
Bernanke tenía ciertamente la obligación como presidente de la Fed de denunciar y detener esa manipulación, que interfería con el funcionamiento adecuado de los mercados financieros de EE.UU. y del mundo. Pero, Mervyn King no quería hacer nada, de modo que, ¿qué podía hacer Bernanke?
Es verdaderamente increíble que Bernanke haya hecho una declaración semejante ante el Congreso y el público. ¿No podía hacer nada ante la manipulación?
Supongamos que hubiera dicho al jefe del Banco de Inglaterra que no le quedaba otra alternativa que detener la manipulación. Bernanke podría haber dicho que si King no tomaba de inmediato los pasos necesarios para terminar con la manipulación, él daría una conferencia de prensa en la cual mostraría públicamente la evidencia de la manipulación e informaría sobre el hecho de que King no tomaba medidas al respecto.
¿Es concebible que King sería indiferente a esta amenaza? ¿Seguiría tolerando esa manipulación incluso a costa de su puesto y de quedar expuesto a la humillación pública por no llevar a cabo sus responsabilidades hacia el pueblo del Reino Unido? Parece poco probable.
Por cierto, proferir una amenaza semejante no hubiera sido cortés. Bernanke hubiera dicho a otro jefe de un banco central que no estaba cumpliendo con su tarea y que estaba dispuesto a arruinar su carrera a fin de obligarlo a actuar responsablemente. Al parecer Bernanke nunca consideró esta posibilidad.
Esto debería enfurecer a todo el mundo. Cualquier relación personal que Bernanke tuviera con Mervyn King y otros jefes de bancos centrales debería estar subordinada a su responsabilidad de asegurar la integridad de los mercados financieros de EE.UU. Si esto exige que deba ser descortés frente al jefe del Banco de Inglaterra, no cabe duda de que su puesto demanda que sea descortés frente a Mervyn King. Pero así no se hacen las cosas en el club de los banqueros centrales.
El escándalo del Libor no solo muestra los efectos negativos del compradaje en el club de los banqueros centrales. Bernanke comprometió recientemente a la Fed a lograr una tasa de inflación de 2%. La base para este objetivo es vista como el mandato a la Fed de mantener una política de promoción de estabilidad de los precios. Por cierto, es solo la mitad del mandato de la Fed; la otra mitad es mantener una política de promoción del pleno empleo.
Ningún anterior presidente de la Fed ha interpretado el compromiso con la estabilidad de los precios como si implicara una tasa específica de inflación, por lo tanto Bernanke ha dado un gran paso al escoger un objetivo de una inflación de 2%. Es algo muy importante porque podría significar que la Fed desatendería la otra mitad de su mandato, el compromiso de mantener el pleno empleo (y se puede decir que lo está haciendo ahora), para lograr su objetivo de un 2% de inflación.
¿Por qué elegiría Bernanke ese objetivo de una inflación de 2%? Después de todo, existe poca evidencia de que tasas moderadas de inflación a un nivel del 3%-4% causarían algún daño importante a la economía. Existen cientos de ejemplos, incluso en EE.UU., en los cuales las economías han mantenido un fuerte crecimiento durante períodos prolongados con tasas de inflación de más de un 2%.
Por supuesto el objetivo de una inflación de 2% provino de amigos de Bernanke en otros bancos centrales. Mervyn King ha anunciado un objetivo de una inflación de 2% para el Banco de Inglaterra. El Banco Central Europeo (BCE) está legalmente comprometido a un objetivo de inflación de 2%.
Ese compromiso legal con una inflación de 2% significó que cuando las burbujas inmobiliarias llegaban a niveles cada vez más peligrosas en España, Irlanda, y otros sitios en la Eurozona, el BCE simplemente miraba hacia otro lado. En lugar de tomar algún paso para impedir el colapso que ha devastado la economía de la Eurozona, el BCE dijo: “¿qué tenemos que ver con eso?”
Al parecer Bernanke quiere que la Fed adopte la misma actitud. Si las vidas de decenas de millones de personas son arruinadas por el desempleo y/o la pérdida de sus casas, Bernanke podrá seguir dándose palmadas en la espalda porque la Fed cumplió su objetivo de inflación de un 2%. Así funcionan las cosas en el club de los banqueros centrales.
*Dean Baker es Codirector del Centro de Investigación Económica y Política (CEPR). Es autor de Plunder and Blunder: The Rise and Fall of the Bubble Economy and False Profits: Recoverying From the Bubble Economy. Este artículo apareció originalmente en Al Jazeera
Fuente: QuestionDigital