La “peste negra” mexicana cobra más vidas en EU

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En los últimos 13 años, la cantidad de muertes por sobredosis de heroína casi se cuadruplicó en Estados Unidos: Cada año, los decesos por esta causa han aumentado alrededor de 37%, revela un reporte del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS, por sus siglas en ingles).

El informe, elaborado por los médicos Holly Hedegaard, Li Hue Chen y Margaret Warner, denuncia una “situación caótica” en distintas ciudades ante el número de adictos a ese opiáceo.

“Del año 2000 a 2013 casi se cuadruplicaron los fallecimientos por sobredosis de heroína. En 2000 la tasa de decesos por esta causa era de 0.7% por cada 100 mil habitantes; en 2013 pasó a 2.7%”, se lee en la investigación del NCHS difundida este mes.

Los autores destacan que el “inquietante” acrecentamiento se debe al bajísimo costo de esta droga, a su mayor disponibilidad en las calles y a la ausencia de un programa nacional de salud que eduque a la sociedad estadunidense sobre los efectos letales de dicho estupefaciente.

El estudio, elaborado con estadísticas recogidas en 28 estados de aquel país, explica que de 2010 a 2013 se registró el mayor incremento en términos proporcionales.

“Tan sólo en 2013 ocurrieron 43 mil 982 defunciones por sobredosis de heroína”, detalla el reporte del NCHS, en poder de este semanario. “En esos 12 meses el número de fallecimientos fue casi cuatro veces mayor entre los hombres que entre las mujeres”: En 2010, hubo una tasa de mortalidad de 1.6% por cada 100 mil varones, que se elevó a 4.2% en 2013. Entre las mujeres la proporción pasó de 0.4% a 1.2% entre 2010 y 2013.

De 2000 a 2013 la edad promedio de las personas que fenecieron a causa de dicha adicción osciló entre 25 y 44 años. El NCHS acota que, entre 2000 y 2010, los decesos por esta causa subieron 10% entre los jóvenes de 18 a 24 años. El crecimiento fue de 5% entre la gente de 25 a 44 años y de 4% entre aquellos que contaban entre 45 y 64 años.

Desde una perspectiva étnica, en tanto, se observa que el mayor número de muertes por sobredosis se registró entre los anglosajones.

Ahora bien, al hacer una segmentación geográfica se detecta que los estados del Medio Oeste (Arizona, en primer lugar) fueron las entidades con mayor mortandad derivada de dicha problemática.

Por ejemplo, en los estados de la Costa Oeste y Noroeste, la tasa de defunciones es de 0.9% por cada 100 mil habitantes. En cambio, en el Medio Oeste llega a 4.3%.

Veneno desde México

De acuerdo con los informes más recientes de la Administración Federal Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, el narcotráfico mexicano –y en especial el Cártel de Sinaloa– es el principal proveedor de la heroína que se consume allá.

Ese enervante, conocido entre los vendedores y consumidores como “la cafecita” o “la negrita”, actualmente es uno de los más populares entre los jóvenes, porque es más barato que las metanfetaminas y más fácil de conseguir.

La DEA asevera que no tiene datos precisos sobre la cantidad de heroína mexicana que entra anualmente a Estados Unidos. Lo que aceptan las oficinas regionales de esa dependencia, como la de Phoenix, Arizona, es que se calcula que 90% de la heroína que se consume en aquel país proviene de México.

En la frontera que comparte Arizona con Sonora se ubican los principales corredores para el trasiego, de acuerdo con las averiguaciones de la DEA. Los principales centros de salida de este opiáceo se localizan en Nogales y Agua Prieta.

“La heroína mexicana la mueve casi en su totalidad el Cártel de Sinaloa”, declaró en una reciente entrevista con Proceso Al Laurita, agente especial a cargo de la oficina de la DEA en Tucson, Arizona: “Por el aumento de la demanda aquí en Estados Unidos, la heroína –más que la mariguana, la cocaína y la metanfetamina– es la droga que más dinero le está dejando al Cártel de Sinaloa”.

Manos atadas

“La identificación de los grupos más vulnerables ayuda a elaborar programas de prevención y a identificar los patrones de uso de los consumidores”, asientan los médicos autores del análisis. “Sin embargo, en Estados Unidos no existe todavía un programa nacional (respaldado con fondos federales) que ayude a contrarrestar el problema de la narcodependencia. Las estadísticas confirman el fracaso de los esfuerzos del gobierno federal para evitarla”, añaden los doctores Hedegaard, Warner y Li Hui.

Dedicados desde hace más 25 años al estudio del consumo de drogas en Estados Unidos, los autores del reporte escriben en sus conclusiones que la adicción a la heroína puede convertirse, incluso, en una de las principales causas del fallecimiento de ciudadanos de entre 18 y 25 años de edad. “La adicción a la heroína podría implicar una mayor mortalidad que una enfermedad letal como el cáncer”, se establece en el informe.

El problema de la demanda y consumo de heroína en Estados Unidos se inscribe en el creciente debate entre autoridades y sociedad acerca de la despenalización y legalización de drogas como la mariguana, lo que ya ocurrió en diversas entidades.

“El consumo de la heroína jamás deberá ser legalizado porque es una droga mortal y altísimamente adictiva”, se destaca en las conclusiones del análisis.

La Oficina de Política Nacional para el Control de las Drogas (ONDCP, por sus siglas en inglés) de la Casa Blanca declaró el consumo de heroína una de sus mayores prioridades. Sin embargo, las autoridades de salud, como los autores del reporte del NCHS, insisten en que la dependencia federal no cuenta ni con las estrategias ni con los recursos necesarios para contener este flagelo.

“No existe en estos momentos un programa federal efectivo para reducir el número de personas que se hacen adictas a la heroína, ni para rehabilitar a quienes ya cayeron en este vicio”, sentencian los investigadores.

Michael Botticelli, quien apenas el lunes 9 fue ratificado por el Senado estadunidense como director de la ONDCP, fue cuestionado durante las audiencias de confirmación acerca de las estrategias que instauraría para contrarrestar la crisis provocada por “la negrita”.

“Dedicaré los recursos necesarios para enfrentar el problema”, respondió Botticelli.

Desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 perpetrados en Nueva York, Washington y Pensilvania, la Casa Blanca descuidó los problemas del consumo y trasiego de enervantes procedentes de México, se han quejado dependencias estadunidenses como la DEA.

De 2001 a la fecha, el presupuesto para ese organismo –que está integrado al Departamento de Justicia– se recortó de manera notable. Los recursos que el gobierno estadunidense le ha quitado al combate al narcotráfico y al empleo de drogas los ha asignado a instituciones y políticas antiterroristas.­

Fuente: Proceso

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