La peste delictiva de los amigos de García Luna en Puebla

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A Genaro García Luna, hoy preso en Estados Unidos, se le atribuye haber recomendado a sus cercanos Ardelio Vargas Fosado y a Facundo Rosas Rosas para ocupar la Secretaría de Seguridad Pública en el sexenio de Rafael Moreno Valle, período en el que se asientan en Puebla las bandas que operan el robo de combustible, narcomenudeo, secuestros y asaltos a trenes y vehículos de carga.

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Igual, estos dos funcionarios morenovallistas son señalados por organizaciones civiles defensoras de derechos humanos de haber sido los ejecutores de la peor crisis represiva contra activistas y críticos del gobierno en la historia de esta entidad.

El poblano Ardelio Vargas Fosado presumió en una entrevista concedida en 2010 al periodista Álvaro Ramírez su cercanía con García Luna, a quien dijo haber conocido cuando ambos fueron “orejas” en Chiapas durante el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Sus carreras estuvieron ligadas por muchos años en el Centro Investigación del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen); en la Policía Federal Preventiva (PFP) y en la Agencia Federal de Investigaciones (AFI). Cuando el ahora fichado en Estados Unidos dejó la titularidad de la AFI para ocupar la Secretaría de Seguridad Pública en el sexenio calderonista, fue Vargas Fosado quien lo sustituyó en el cargo.

“Es mi amigo, mi cuate… Nos llamamos de manera permanente para las cuestiones familiares y profesionales… Nuestro trato es de amigos, ni siquiera de funcionarios”, confió el poblano al describir su relación con García Luna en la entrevista de diciembre de 2010.

Dos meses después, en febrero de 2011, al asumir la gubernatura Moreno Valle, Vargas Fosado, en ese momento diputado federal por el PRI, fue nombrado Secretario de Seguridad Pública del Estado.

Violentos operativos contra comerciantes y ahorradores defraudados; el desalojo de campesinos en Chignahuapan y contra pobladores de Francisco Z. Mena, con 31 y 26 detenidos, respectivamente, marcaron su paso por la SSP de Puebla.

En enero de 2012, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Puebla hizo pública la recomendación 60/2011, en la cual se dio cuenta de la brutalidad con la que actuaron los elementos policiacos bajo el mando de Vargas Fosado para desalojar a los campesinos que tenía tomado un predio de la hacienda de Atlamahac, en la junta auxiliar de Ciénega Larga, Chignahuapan,

La CEDHP documentó en ese momento el uso de balas de goma contra civiles que eran en su mayoría mujeres, niños y personas de la tercera edad.

En enero de 2013, Vargas Fosado dejó la SSP para ser titular del Instituto Nacional de Migración (INM) en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

El Nodo de Derechos Humanos-Puebla emitió un boletín en el que resumió que Vargas Fosado se dedicó en su periodo como titular de Seguridad Pública de Puebla a “golpear movimientos sociales bajo las órdenes del gobernador”, mientras permitía el “avance y asentamiento del crimen organizado en el norte de Puebla”.

En febrero de este año, el ex Secretario se sumó a la campaña del entonces candidato Miguel Barbosa Huerta. “Son tiempos de reconciliación y unidad”, justificó el hoy mandatario.

Facundo Rosas

Otro recomendado de García Luna llegó entonces a hacerse cargo de la seguridad de Puebla: el también poblano Facundo Rosas Rosas. Fue bajo su actuación que, de acuerdo a organizaciones civiles, se vivió la peor crisis de derechos humanos en esta entidad, a la vez que surgió el “boom” del llamado huachicol en la región de Tepeaca-Tecamachalco.

Rosas Rosas estuvo al frente del operativo de desalojo del 9 de julio de 2014 contra pobladores de San Bernardino Chalchihuapan que bloqueaban la autopista Puebla-Atlixco, el cual derivó en la muerte del niño de 13 años de edad, José Luis Tehuatlie Tamayo.

Sobre este caso, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación 2VG/2014, en la que documenta que se dispararon cartuchos de gas lacrimógeno directo contra los pobladores.

La CNDH pidió iniciar “procedimientos de responsabilidad” contra Rosas Rosas por estos hechos, pero el poblano siguió en el cargo y sólo se emitió un boletín donde se aseguraba que había recibido una amonestación y una multa, sin que se revelara el monto de la misma.

Elia Tamayo, madre del niño asesinado, ha insistido en reabrir el caso y ha señalado a Rosas Rosas como uno de los principales responsables por haber estado al frente del operativo.

El Comité para la Libertad de los Presos Políticos y el Cese a la Represión Social en Puebla documentó que durante esos años hubo 350 presos políticos y más de 400 personas reprimidas y perseguidas en esta entidad.

También fue en esos años que se disparó la presencia de las bandas delictivas en el llamado “Triángulo Rojo”. De acuerdo a las estadísticas difundidas por Pemex, de 49 tomas clandestinas que se detectaron en 2010, último año de Mario Marín Torres, la cifra se disparó a 815 en 2015 y a 1, 533 en 2016, lo que representó una alza de más de 3 mil por ciento en el sexenio morenovallista.

En el libro “La Trama Audi, componendas de un gobierno autoritario”, el periodista Sergio Mastretta y la académica María Eugenia Silva, señalan que la “explosión del huachicol” en Puebla tuvo su arranque durante 2013-2014, en el marco de la instalación de la armadora alemana en el municipio de San José Chiapa.

Con impunidad, los huachicoleros surtieron combustible barato -a 4 pesos el litro- a los 1, 800 camiones materialistas de la CTM que tuvo el contrato para mover más de 20 millones de toneladas de tierra que se requirieron para construir la plataforma en la que se instaló Audi.

“Lo que se le vino a Puebla es una violencia sin par en la historia del crimen en el estado. Involucra al cártel de los Zetas, en una primera etapa, y al Cártel Jalisco Nueva Generación en los últimos tiempos. Se han involucrado policías estatal y municipales, y difícilmente puede pensarse sin la participación de las autoridades en los ayuntamientos y en el propio gobierno estatal”, señalan los autores de la Trama Audi.

El 8 de julio del 2015, Marco Antonio Estrada López y Tomás Méndez Lozano, en ese entonces director y jefe del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Estatal Preventiva respectivamente, fueron detenidos en Felipe Tenextepec, Tepeaca, cuando custodiaban 31 camionetas cargadas de combustible robado.

Ambos fueron ubicados como mandos de confianza designados por Rosas Rosas, que le rendían cuentas de manera directa. Sin embargo, al entonces Secretario le bastó con renunciar al cargo, sin que se conociera investigación en su contra. Incluso, hay versiones de que continuó como asesor de Moreno Valle en lo que restó del sexenio.

A la fecha, el hombre de confianza de García Luna publica en medios locales su columna “El Jaguar y el Águila”, donde aborda precisamente temas sobre seguridad de Puebla.

Fuente: Proceso

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