Se creó un “cuarto de al lado” que negoció el reparto de candidaturas comunes, integrada por el secretario de Elecciones del PAN, Armando Tejeda
El magnate Claudio X. González es un gran anfitrión: Él mismo suele acomedirse a servir el café y llevar galletitas o tragos a sus invitados. Con ese talante de hombre con modales recibía, en su casa de Las Lomas de Chapultepec, a los truculentos dirigentes del PRI, PAN y PRD que terminaron por convencerse en varios conciliábulos que, de ir separados a las elecciones, serían arrasados por López Obrador.
No fue fácil, pero el hijo del ideólogo y operador del sector privado del mismo nombre, Claudio X. González, fue paciente para articular en torno suyo, desde agosto del año pasado, la coalición del PRIAN que desafía a la que encabeza Morena, aunque todo mundo sabe que el jefe real es López Obrador.
A la casa de González Guajardo concurrían, y aún lo hacen cuando hay asuntos apremiantes, Marko Cortés y Santiago Creel, por el PAN; Alejandro Moreno y Rubén Moreira, por el PRI, y Jesús Zambrano y Jesús Ortega, por el PRD, varios de ellos negociadores del Pacto por México, en 2012, en domicilio de José Murat, también actual articulador.
En la negociación auspiciada por la patronal, con Gustavo de Hoyos como animador, se creó un “cuarto de al lado” que negoció el reparto de candidaturas comunes, integrada por el secretario de Elecciones del PAN, Armando Tejeda Cid; Moreira, del PRI, esposo de la secretaria general, Carolina Viggiano, y Ángel Ávila, del PRD.
Este elenco de políticos, con sus respectivos consultores —el foxista Ramón Muñoz es el “cerebro” del PAN—, es el que ha definido la estrategia para las campañas que inician el lunes y que apuestan a la lógica local en manos de los gobernadores para contrarrestar la lógica nacional de Morena, con López Obrador como su principal activo.
La estimación dentro del equipo electoral de la coalición Va por México, en cuyo emblema destaca la equis grandotota de González Guajardo, es que ya están decididos 225 de los 300 distritos electorales, a partes iguales de las dos coaliciones, y la “guerra” se centra en 25 distritos que, según los estrategas, pueden hacer la diferencia para obtener uno u otra la mayoría en la Cámara de Diputados. En estos 25 distritos estratégicos se van a abocar los ejércitos electorales y los recursos económicos de la coalición, cuyo tope de campaña para cada distrito es de un millón 648 mil pesos, pero existe la tentación de usar más dinero para conquistar diputaciones que definirán, literalmente, el rumbo del país.
Porque, en efecto, a nadie escapa la tremenda disputa por la nación que está en curso y que en los próximos dos meses, en las campañas, definirán el rumbo del proyecto de López Obrador y el de sus adversarios, que se han reagrupado y que se siguen sumando, como el excandidato presidencial Roberto Madrazo. Hay una variable en este esquema del PRIAN: El partido Movimiento Ciudadano, cuyas ganancias socavan el potencial de la coalición de quitarle a Morena la mayoría en la Cámara de Diputados y arreciará la campaña para acusarlo de esquirol y cómplice de López Obrador.
@ALVARO_DELGADO