La oposición argentina va con todo por Buenos Aires

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La oposición conservadora de Argentina ganará en la segunda vuelta de las elecciones a la alcaldía de Buenos Aires, según los pronósticos, lo que le permitirá mantener el poder en la capital con vistas a los próximos comicios presidenciales.

Como los 2,5 millones de votantes de Buenos Aires representan casi 8% del electorado argentino, los comicios serán observados muy de cerca como un posible indicador de las simpatías del pueblo de cara a las primarias presidenciales del 9 de agosto y a la elección presidencial el 25 de octubre.

El candidato Horacio Rodriguez Larreta del partido Propuesta Republicana (PRO), favorable a las empresas, encabeza las preferencias electorales para la alcaldía, según tres sondeos recientes de encuestadoras locales.

Su contrincante, el exministro de Economía, Martín Lousteau, del frente electoral ECO, es segundo en intención de voto con un 40% de apoyo.

Rodríguez Larreta, de 50 años, es el jefe de personal del alcalde saliente y precandidato presidencial, Mauricio Macri. Rodriguez Larreta ganó a Lousteau, de 44 años, en la primera vuelta de los comicios del 5 de julio, pero no logró el margen suficiente para evitar la segunda ronda.

Los electores en Buenos Aires suelen eligen como alcalde a políticos de partidos contrarios a la presidencia.

Tanto Rodríguez Larreta como Lousteau son opositores al gobierno de la presidenta Cristina Fernández, quien no podrá buscar un tercer mandato consecutivo de acuerdo con la Constitución.

La coalición Frente para la Victoria de Fernández está muy abajo en las encuestas como para ser considerada un contrincante con posibilidades en la elección a alcalde.

Rodríguez Larreta dijo que confía en lograr un cambio importante para toda Argentina después de los 12 años de gobierno de izquierdas de Fernández y su fallecido esposo y predecesor, Néstor Kirchner.

Una victoria del PRO aumentaría las posibilidades de Macri para alcanzar la presidencia. Su principal rival es el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, a quien Fernandez escogió para que continúe las políticas populistas que comenzaron durante el mandato de su esposo entre 2003 y 2007.

Restaurar el sentido de orgullo y soberanía de Argentina tras la peor crisis económica del país en 2001 ha sido el objetivo central de Fernández y también lo fue de Kirchner. La pareja presidencial negoció o liquidó la mayoría de la deuda impagada argentina, nacionalizó el sistema de pensiones, ha mantenido barata la energía mediante subsidios y adoptó medidas fiscales para canalizar recursos a los pobres.

Sin embargo, muchos argentinos piden un cambio ante la creciente frustración por una de las tasas de inflación más altas del mundo, los controles cambiarios que mantiene el gobierno y las acusaciones de corrupción que se están investigando y que afectan al círculo íntimo de la presidenta.

Fuente: AP

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