Por Julio Muñoz Rubio*
En las declaraciones emitidas en días recientes por la Procuraduría General de la República (PGR) en su defensa de la versión de que los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa fueron cremados en el basurero de Cocula, Guerrero ( La Jornada, 10/2/15), es necesario hacer cuando menos un par de observaciones.
- La PGR afirma:
“No es aceptable que, ante el cúmulo de evidencias, peritajes, confesiones, declaraciones e inspecciones ministeriales, se pretenda sembrar la duda de que en ese lugar fueron ejecutadas e incineradas alrededor de 40 personas…”
La PGR pretende que sólo su palabra acerca de la investigación de lo ocurrido con los 43 estudiantes desaparecidos es válida y que es por ello que no se acepta que se siembren dudas.
Al respecto hay que decir que la duda es el motor de la ciencia, en ciencia no se siembran dudas, las dudas surgen siempre en toda investigación. La duda es consustancial a la ciencia porque sólo si se duda se puede investigar y responder, porque aun cuando esté corroborada plenamente una explicación para tal o cual fenómeno, siempre existirá la posibilidad de la refutación y con ello la posibilidad de dudar, por eso la ciencia tiene un estatus especial en la sociedad, porque parte de la duda, de la pregunta, para llegar a la respuesta, la cual contiene más dudas.
Sin embargo, eso no significa que la ciencia sólo viva de dudar. A cada duda existente se desprende la posibilidad de una respuesta que afirme ciertas verdades y descarte lo que es mentira o falsedad. Muchas veces existe en ciencia lo que se da en llamar duda razonable, es decir, un margen de duda que da o puede dar pie a sospechar de la invalidez de una explicación. Es justo lo que se ha presentado en el caso Ayotzinapa con la versión de hechos de la PGR, que ha generado un margen de duda razonable, que impulsa a otros científicos a explorar nuevas líneas de investigación y señalar las inconsistencias de la precedente. Así se funciona en ciencia.
- La PGR continúa diciendo:
De manera científica ha quedado plenamente comprobado que los sedimentos y otros indicios encontrados en la bolsa del río San Juan corresponden químicamente a los encontrados en el basurero de Cocula, por lo que cualquier opinión diferente a ese respecto resulta hipotética y lejana a la realidad.
No se tiene idea de lo que se dice. En primer lugar, en ciencia siempre se funciona por medio de hipótesis, una hipótesis es una respuesta que se emite provisionalmente para intentar resolver un problema, de cada hipótesis se desprende siempre una determinada línea de investigación correspondiente con ella. Tan hipotética es la versión de la PGR de lo ocurrido en el basurero de Cocula, como las refutaciones que se han hecho de esa versión.
Con esto no se quiere decir que toda hipótesis desde un inicio tenga igual valor de verdad que sus rivales, eso se prueba en la práctica experimental. Lo hipotético de una afirmación no tiene nada que ver con si es lejana a la realidad o no, la PGR mezcla dos conceptos confusamente. A cada hipótesis debe corresponder una contrastación experimental con esa realidad. Lo hipotético de una afirmación científica no tiene nada que ver con la lejanía a la realidad, afirmar eso es no saber el ABC de la metodología de la investigación científica. Es el contenido concreto de las afirmaciones de cada hipótesis, y no su carácter de hipótesis, lo que nos permite saber su grado de aproximación a la realidad. En ciencia lo que siempre ocurre es la comparación de dos o más hipótesis. Si la PGR considera que las refutaciones presentadas por científicos mexicanos o por los forenses argentinos a su versión, son lejanas a la realidad, lo que debe hacer es presentar más pruebas que refuercen su propia versión y den credibilidad a su propia hipótesis, la acerquen a la realidad y a la verdad.
Estas inconsistencias en las declaraciones mismas de la PGR, así como, evidentemente, las imprecisiones e irregularidades de su investigación, son lo que llevan a generar una duda lo suficientemente grande como para pensar que es falsa.
Dada la manera en que la PGR ha involucrado a la ciencia en sus declaraciones, la comunidad científica mexicana tiene hoy la responsabilidad ineludible de pronunciarse en favor de la verdad en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos desde el 26 de septiembre pasado.
* Julio Muñoz Rubio. Investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, UNAM
Fuente: La Jornada