Por Antonieta Cádiz
En un estado tan conservador como Texas, un Capitolio republicano legalizó lo que antes se pensó imposible: el uso medicinal del aceite de marihuana. El secreto se enraiza en un giro pausado pero certero de un ala del partido republicano, además de una estrategia comunicacional y de cabildeo de gran envergadura.
A principios de 2015 cuando se inició el debate sobre los proyectos de ley en la Cámara de Representantes y el Senado eran pocos los que pensaban que se llegaría a un resultado concreto.
No es para menos, el uso de la marihuana continúa siendo uno de los temas polémicos en el ámbito nacional y más aún en Texas, donde sólo un 17% de la población cree que se debe legalizar la droga para todo uso, de acuerdo a la última encuesta realizada por laUniversidad de Texas y Texas Tribune en 2014.
Pero el gobernador Greg Abbott promulgó la ley en junio pasado y ahora en Texas se permite un uso limitado del aceite de marihuana para fines medicinales. ¿Qué pasó?
Lo primero es la fuerza política detrás de la ley. La iniciativa fue impulsada por dos republicanos Kevin Eltife y Stephanie Klick. “El hecho de que se originara en el ala republicana hizo la diferencia. Ambos hicieron todo lo posible para eliminar la palabra “marihuana” y la asociación de la medicina con la droga. Hicieron un cabildeo muy eficiente con sus colegas para dibujar esta distinción”, explicó Mark Jones académico y experto en política de la Universidad Rice en Houston.
Otro elemento relevante en el debate fue la campaña montada por familiares de pacientes con epilepsia que lograron demostrar que los principales beneficiados serían niños que no tienen otra alternativa en los tratamientos actuales. Pusieron un rostro a una campaña medial y política.
Según datos de la oficina de Abbott la epilepsia intratable afecta aproximadamente a 149,000 individuos en Texas, quienes pueden sufrir cientos de convulsiones cada semana.
“Ahora en el partido republicano hay una pequeña facción que está abierta a la liberalización en el uso de las drogas, sobre todo en el área de la despenalización y eso también pesó en la ecuación”, aseguró Jones.
Otro factor esencial son los numerosos límites que impone la nueva ley, que especifica la presencia mínima de THC, el elemento activo de la marihuana (no puede contener más de 0,5%). Sólo las personas con una epilepsia intratable podrán acceder al “cannabidiol” o aceite de marihuana.
Los pacientes necesitarán que dos especialistas certificados aprueben el medicamento. También deberán demostrar que el uso previo de al menos dos drogas contra la epilepsia ha sido inútil. Pacientes con otras enfermedades que podrían beneficiarse con el uso del aceite no podrán acceder a él. Sólo en 2018 el estado podrá regular y distribuir el aceite, supervisado a través del Departamento de Seguridad Pública.
En Texas la niña epiléptica de nueve años, Alexis Bortell, se convirtió en uno de los rostros principales para cabildear por la legalización de la medicina, pero sus padres criticaron fuertemente la nueva ley. “La legislatura estatal falló en entregar verdadera libertad médica a los pacientes”, escribió su familia en una declaración.
Pero otros grupos a favor del uso de la marihuana lo consideraron un paso importante y esencial en el camino a la legalización y despenalización para el uso de la droga en estados como Texas. El primero en un largo camino futuro.
Actualmente 24 estados y el Distrito de Columbia tienen programas de marihuana medicinal, con variaciones significativas en las condiciones, uso, permisos y derecho a cultivar. Texas es uno de los más restrictivos en el grupo.
Fuente: El País