La industria del refresco no pudo: el impuesto se queda como estaba

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Esta tarde, en votación nominal se aprobaron con 410 votos a favor, 37 en contra y 0 abstenciones, los artículos modificados por el Senado de la República del proyecto de decreto que expide la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2016.

Los diputados de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de Acción Nacional (PAN) tuvieron que tragarse la Ley de Ingresos como la regresó el Senado de la República, sin la polémica baja al impuesto sobre el refresco que generó una protesta airada de organizaciones civiles que culparon a cabilderos y hasta funcionarios priista de haber operado una rebaja a su favor.

Este impuesto ha sido aplaudido en el extranjero como una respuesta viable a la epidemia de obesidad que se vive en el mundo. La aplicación en México podría servir de ejemplo para que otras naciones graven las bebidas azucaradas y obtengan recursos para combatir la obesidad provocada por esas mismas. La medida no es algo inusual en otros productos dañinos. El costo del tabaco es alto en la mayoría de los países debido a un impuesto especial que, al menos en teoría, es devuelto a la sociedad con programas de salud.

Esta tarde, en votación nominal se aprobaron con 410 votos a favor, 37 en contra y cero abstenciones, los artículos modificados por el Senado de la República del proyecto de decreto que expide la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2016. Aprobado en lo general y en lo particular la minuta que expide la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2016 se remitió al Ejecutivo federal para sus efectos constitucionales.

El pasado 19 de octubre la Cámara de Diputados, con el apoyo de los partidos mayoritarios: PRI, PAN y PVEM, aprobó la reforma al artículo segundo de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para pasar de un peso a 50 centavos, la cuota para bebidas endulzadas. Sin embargo, el Senado de la República rechazó esa modificación.

La noche de este miércoles el Pleno de la Cámara Alta avaló el dictamen que elimina la adición especial a la Ley del IEPS, hecha en la Cámara de Diputados, que establecía que las bebidas azucaradas que tuvieran máximo 5 miligramos de azúcar añadida por litro, pagarían el 50 por ciento del impuesto vigente, es decir, pagarían 50 centavos de impuesto y no un peso como actualmente ocurre.

La Cámara de Diputados hizo lo propio y el debate en torno al impuesto a los refrescos quedó cerrado y el decreto fue enviado al Ejecutivo federal para su publicación de inmediato.

En cuanto a la Ley de Ingresos, para el siguiente año se estiman 4 billones 763 mil 874 millones de pesos derivado de las modificaciones hechas a las leyes del Impuesto sobre la Renta, del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, del Código Fiscal de la Federación y de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.

Enmendar la plana a la Cámara de Diputados en contra de los intereses de las grandes empresas refresqueras no fue una tarea sencilla. Tuvieron que intervenir organismos nacionales e internacionales, así como reconocidos expertos que alertaron a los senadores sobre la amenaza que representaba para la salud de los niños, el reducir el impuesto a los refrescos.

No obstante, este no es el fin del camino para las organizaciones interesadas en crear una regulación amplia y efectiva de la publicidad dirigida a la infancia, en establecer un etiquetado de productos verdaderamente útil y detener la venta de alimentos y bebidas “chatarra” en las escuelas del país.

“La lucha que viene es incrementar el impuesto a lo que había sido la recomendación al 20 por ciento. También los legisladores habían hablado de eso, de la necesidad de incrementarlo y vigilar el destino de los recursos”, explicó Alejandro Calvillo, director general del Poder del Consumidor.

Desde hace algunos años, han sido los grupos civiles quienes han planteado la urgencia de instalar bebederos en escuelas.

Gracias a la Reforma Fiscal, a partir de 2014, en la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) se define un gravamen de un peso por litro para bebidas saborizadas con azúcares añadidos, así como uno de ocho por ciento sobre alimentos de alto contenido calórico.

En el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015 se estableció que el 15 por ciento de los recursos destinados al Programa de la Reforma Educativa (PRE) para mejorar su infraestructura, dependiente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), se debían destinar a la instalación de bebederos con suministro continuo de agua potable en inmuebles escolares.

Sin embargo, estudios recientes indican que tres de cada cuatro escuelas beneficiadas con recursos del Programa de la Reforma Educativa continúan sin agua corriente.

A pesar de que fue un compromiso de la Reforma Fiscal de 2013, lo cierto es que va muy por debajo de las expectativas planteadas la política para implementar programas de abastecimiento de agua potable en escuelas, espacios públicos y zonas rurales.

La Secretaría de Hacienda informó que los recursos por mil 300 millones de pesos, destinados para instalar bebederos en las escuelas este año y que no fueron utilizados, no se perderían porque estaban en un fideicomiso.

Ese dinero, junto con aproximadamente 800 millones de pesos que se esperan destinar a este rubro en 2016, sumarían alrededor de dos mil millones de pesos, cifra que es importante para empezar de manera masiva la introducción de los bebederos.

“Hay una propuesta de crear un fondo con estos recursos y que este fondo sea transparente”, explicó Alejandro Calvillo sobre otro de los pendientes en la materia.

El tema va más allá de un simple retraso. El problema es que no hay claridad sobre la forma en que se ha usado el recurso recaudado desde 2014 ni por qué no se han construido los bebederos públicos.

Recientemente se han propuesto diversas alternativas que buscan revertir las consecuencias de la diabetes y la obesidad, por ejemplo la Senadora Marcela Torres Peimbert impulsa modificar los estándares de etiquetado nutricional y regulación en el uso de afirmaciones y anuncios sugerentes en la comida.

Fuente: Sin Embargo

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