Por Francisco Javier Pizarro Chávez
Cronológicamente, la “hora cero” es un indicador de tiempo que marca el final de una etapa y el comienzo de una nueva. Esta frase se ha a utilizado de manera análoga, para advertir otro tipo de fines e inicios.
Como es sabido, la contienda electoral de partidos y candidatos cerró el miércoles pasado en el ámbito federal, estatal y municipal, con el fin de que los ciudadanos reflexionen sin presión alguna, por quien van a votar, lo que sin duda es trascendente.
El voto ciudadano es eje fundamental de este inédito proceso electoral del poder legislativo federal y estatal, de las gubernaturas de 15 entidades de la República, ayuntamientos municipales, síndicos y regidores. En concreto, son las elecciones más magnas en toda la historia de nuestro país y, paradójicamente, las más endebles y vacuas.
Las dos coaliciones de los partidos políticos en contienda, se enfocaron fundamentalmente, en las elecciones legislativas, para obtener el control de la mayoría calificada del Congreso de la Unión.
“Va por México” con el fin de estructurar una política de “contrapeso” al presupuesto austero del gobierno de la República, sus políticas de bienestar social; el combate a la corrupción y la impunidad de las anteriores administraciones gubernamentales, e incluso, ponerle freno a la reestructuración de la CFE y Pemex, en tanto que la de “Juntos Haremos Historia”, al contrario, lo que busca es mantener su mayoría legislativa para consolidar las referidas leyes y reformas legislativas de la 4ta Transformación, lo que ha generado una aguda confrontación entre el Estado y el sector empresarial.
En este contexto, es esencial y determinante la participación de la sociedad, esto es, el voto de los ciudadanos, los cuales debemos asegurar que, el sufragio electoral en las urnas sea legal y transparente, en beneficio de la democracia y la justicia social.
En su afán de arribar al poder a como dé lugar y a toda costa, candidatos y partidos políticos de toda índole, la mayoría de ellos, no entienden aún que la democracia es el gobierno del pueblo, no la alternancia de un partido a otro; el quítate tú para ponerme yo.
Están totalmente equivocados. La democracia es una forma de organización de la sociedad que atribuye la titularidad del poder al conjunto de ciudadanos, no solo a los partidos políticos, como ellos consideran.
Las decisiones colectivas de los ciudadanos son adoptadas por el pueblo mediante políticas de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes.
En síntesis: la democracia es una forma de convivencia social mediante la cual las relaciones sociales se estructuran y relacionan, ya sea, mediante la política representativa o la participativa, que considero es la más viable y consistente en lo social.
Así que no nos dejemos manipular. Vota por ti mismo y tus semejantes; la Justicia y el Derecho; el Bienestar social y la Soberanía de nuestra patria. Llegó la hora cero. Cronometremos el reloj del destino que nos depara, estas transcendentales elecciones.