Por Florence Toussaint
Las notas de fin de sexenio indican que Angélica Rivera, esposa de Enrique Peña Nieto y por tanto Primera Dama del país, dejará de ser ambas para volver a su actividad original: actriz de telenovelas. Mediante ellas obtuvo fama y según afirmó, fortuna; de ahí los recursos para adquirir la controversial “casa blanca”.
Cierto o falso, el caso es que su trayectoria en la actuación resultó mucho más destacada que aquella de directora del DIF y figura decorativa al lado de su marido. Su nostalgia por seguir en las pasarelas fue descubierta cuando apareció en 2014, junto con su hija Sofía Castro, en la revista Marie Clair teniendo como set las instalaciones de Los Pinos. Otras portadas distribuyeron sus imágenes: entre ellas Vanity Fair y Hola!
Angélica Rivera debutó como modelo en 1987, resultado de haber sido la ganadora del concurso de rostros organizado por El Heraldo de México. Su carrera como actriz se inició dos años después, al aparecer en las telenovelas Dulce desafío y Simplemente María en roles menores. Su primer papel principal como antagonista lo logró en Alcanzar una estrella II.
Los siguientes ya fueron protagónicos: Sueño de amor (1993) y La dueña (1995). Tales melodramas la situarán en un lugar clásico, pues su interpretación se ajusta al estereotipo de la “buena” martirizada por la “muy mala”.
Los también actores Alejandro Camacho y Rebeca Jones produjeron telenovelas para Televisa. En la titulada Huracán, Angélica Rivera interpreta a una mujer con estudios, bióloga marina, defensora del mar. Ubicada en Mazatlán, los escenarios le proporcionaron a la obra una cualidad distinta. Sin embargo, no pasó de ser una historia de amor con tintes ecologistas.
A partir de 2001, ya en plena evolución de los melodramas, Angélica Rivera se desempeña en historias clásicas sin gran resonancia: Sin pecado concebido y Mariana de la noche, ambas situadas en pequeños poblados del país. Su gran papel surgirá en 2007 cuando Televisa produce la tercera versión de Café con aroma de mujer. En México la obra se llamará Destilando amor. La original, colombiana, situaba a los personajes en fincas cafetaleras, la obtención, venta y distribución del grano eran el marco dentro del cual se desenvolvían los personajes. El Canal de las Estrellas adaptó el relato a un campo de agave, de donde se destilaba tequila. En ese contexto plantearon la historia de amor; la protagonista llevaba el sobrenombre de La Gaviota. El éxito de público hizo que así se conozca a la actriz hasta la actualidad. La repetición en las pantallas de Televisa de Destilando amor es lo que sugiere su regreso.
En el mundo del espectáculo televisivo, Angélica Rivera tuvo reconocimientos: en 1994 ganó el premio a “mejor revelación” por Sueño de amor; por La Dueña (1996) y Sin pecado concebido (2002) recibió el galardón a la mejor actriz protagónica. Por Destilando amor se llevó en 2008 el de mejor actriz.
En cambio, los seis años de actuación al lado de Peña Nieto resultó el papel más fallido de su carrera.
Fuente: Proceso