La ciudad tridimensional: Cómo impactarán los drones el paisaje urbano del futuro

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Si bien muchos todavía asocian a los drones con los acechantes aviones no tripulados utilizados por la industria militar, mientras más avanza la tecnología, más accesibles, pequeños y baratos terminan siendo estos dispositivos para el público general. Hoy en día, los consumidores pueden comprar su propio dron por incluso menos de 600USD, y además, esta tecnología ha demostrado ser útil para diversos propósitos, incluyendo su potencial uso en el campo de la arquitectura, desde el análisis del terreno hasta el mismo proceso constructivo.

Aún así, esta tecnología podría tener consecuencias mucho más amplias, y no solamente en el espacio aéreo sobre nuestras calles, sino también en el cómo diseñamos para hacernos cargo del creciente tráfico de drones civiles y comerciales. De la misma manera en que otras tecnologías como los autos y los dispositivos de vigilancia le han dado forma a nuestra infraestructura urbana, también lo hará una red emergente de infraestructura para tecnología no tripulada.

Nuevas oportunidades surgen para el uso de esta tecnología en áreas urbanas, puesto que los drones se han vuelto cada vez más precisos y ligeros. Y si estos aparatos pueden ser programados para aprender de maniobras repetidas a través del uso de cámaras y sensores, no es poco realista decir que pronto podrían aprender a navegar de manera independiente a través de ciudades verticales cada vez más complejas. Pero si los drones efectivamente llegan a convertirse en elementos de nuestro ambiente urbano, ¿qué impacto tendrán en los espacios exteriores? ¿Podrían llegar a ser tan omnipresentes en los cielos de las ciudades como los autos en nuestras calles?

En tanto los diseñadores actualmente se esfuerzan en dotar a los drones pequeños de la batería y el poder necesarios para navegar los impredecibles patrones de viento creados por edificios altos, aún puede tomar un par de décadas para que la tecnología de drones urbanos se desarrolle completamente. De todas maneras, teniendo en cuenta que la tecnología sigue evolucionando, podríamos comenzar a ver drones en las ciudades, siendo utilizados para todo orden de cosas, desde servicios de entrega hasta limpieza de ventanas.

La curiosidad por tales servicios fue desencadenada luego que Amazon revelase su nuevo sistema de entrega utilizando drones, y desde entonces, dicha tecnología se ha vuelto cada vez más prometedora. En el mundo de la arquitectura, sus posibles usos incluyen el análisis de terrenos por inmobiliarias y arquitectos con el fin de construir mapas 3D a partir de fotos, monitorear el progreso de la construcción de edificios, producir dramáticas fotografías de proyectos terminados y mucho más.

En tanto otras industrias están comenzando a hacer uso de esta tecnología emergente, una creciente cantidad de drones llevará a cabo servicios a decenas de metros de altura, y actualmente carecemos de la infraestructura necesaria para beneficiarnos y sostener este tráfico aéreo. El urbanista independiente, diseñador y futurista Liam Young le explica a City Lab (inglés) que “Cuando tienes servicios viniendo hacia las personas desde diferentes alturas, no puedes tener una ciudad planeada únicamente alrededor del suelo. Los edificios tendrán que adaptarse  a los diferentes tipos de referencias visuales y parámetros a los cuales estos drones están programados para responder” [1]. La tarea de crear referencias visuales para drones en las ciudades es particularmente compleja, y es un área que todavía se encuentra en desarrollo.

Los acrobáticos movimientos que algunos drones pequeños pueden llevar a cabo, dependen, usualmente, de poderosos sensores dispuestos en el área que sobrevuelan. Para que un dron sea llamado “inteligente” y vuele por si mismo, debe poseer capacidades de procesamiento avanzadas, las cuales le permitan analizar su entorno en tiempo real. Algunos de estas referencias visuales, tales como los códigos QR, son simples; sin embargo, la capacidad de identificar formas y rastrear movimientos es bastante más compleja.

El espacio tridimensional urbano diseñado con drones en la mente podría sortear algunos de estos obstáculos proveyendo locaciones para sensores y acceso cosistente a redes inalámbricas, permitiendo a los drones mantenerse comunicados. La atenuación de la señal inalámbrica, causada por estructuras altas y materiales como el vidrio, ya ha probado ser un tema en áreas urbanas, y mejorar estos servicios de comunicación  será un paso crucial para alentar una mejor infraestructura para drones. Los arquitectos jugarán un importante rol en el diseño de ciudades que respondan apropiadamente a este espacio urbano multidimensional sin precedentes, haciendo que los edificios trabajen para facilitar la navegación de drones y la comunicación, más que inhibirla.

La instalación de arte online de Liam Young "City of Drones" intenta mostrar cómo se vería la ciudad a través de los ojos de un drone. Imagen vía captura de pantalla desde cityofdrones.io

La instalación de arte online de Liam Young “City of Drones” intenta mostrar cómo se vería la ciudad a través de los ojos de un drone. Imagen vía captura de pantalla desde cityofdrones.io

Algunos ya han comenado a visualizar creativamente cómo las ciudades pueden adaptarse a este incremento de usos tecnológicos para el espacio aéreo, incluyendo Liam Yung en sus instalaciones de arte basadas en drones. Como muchas de estas visiones futurísticas sugieren, la infraestructura diseñada en base a drones podría darle a los arquitectos una oportunidad de reimaginar cómo las superficies verticales exteriores son usadas para satisfacer las necesidades de los drones. Probablemente, estos aparatos necesitarían de muelles de carga, y si es que estos aparatos son usados para envío de mercadería, uno podría imaginar puertos de entrega en cada uno de los piso de edificios altos.

La instalación de arte online de Liam Young "City of Drones" intenta mostrar cómo se vería la ciudad a través de los ojos de un drone. Imagen vía captura de pantalla desde cityofdrones.io

La instalación de arte online de Liam Young “City of Drones” intenta mostrar cómo se vería la ciudad a través de los ojos de un drone. Imagen vía captura de pantalla desde cityofdrones.io

En cuanto a cómo la tecnología de drones podría cambiar nuestra experiencia urbana, la descripción de carros conducidos por pilotos automáticos ha sido siempre parte de las representaciones del futuro. Y algunos investigadores especulan que, si estos autos se convierten en realidad, rápidamente le seguirían los aviones no tripulados [2]. La tecnología de drones pequeños podrían ser la llave para desatar el potencial de vehículos automáticos de mayor escala, e incluso desarrollar los tan ansiados autos voladores que ha imaginado la ciencia ficción. Esta realidad podría estar más cerca de lo que creemos, dada la existencia actual de aviones Boeing y Airbus que despegan, aterrizan y se detienen sin manos humanas sobre sus controles. De la misma manera en que algunos arquitectos han contribuido con la noción de una ciudad llena de vehículos no tripulados, ejemplificados en la propuesta de BIG para el Audi Urban Futue Award, los arquitectos podrían también jugar un rol en el dearrollo de la infraestructura para el espacio aéreo urbano. Resulta esencial hacerse cargo del cómo los vehículos automáticos navegan las ciudades, si queremos crear espacios seguros y flexibles que se adapten a los patrones de tráfico y a la hora.

Todas estas especulaciones sobre drones en nuestro ambiente urbano hacen que surjan preguntas fundamentales respecto de la propiedad del espacio tridimensional en las ciudades [3]. La Federal Aviation Administration (FAA) regula, actualmente, que los aparatos aéreos controlados de manera remota por consumidores vuelen a una altura máxima de 122 metros. Amazon y varios otras compañías comerciales aún están esperando que la FAA les otorgue permiso y definan regulaciones respecto del uso de los drones, y sin ellas, resulta difícil predecir cómo la tecnología seguirá progresando. Como sea, muchos realizadores audiovisuales y aficionados temerarios han demostrado cuán difícil es hacer valer estas leyes, llevando a los legisladores a considerar cómo poner en práctica dichas cláusulas obligatorias. En los años venideros, puede que seamos testigos de un sinnúmero de batallas legales respecto a los derechos en el espacio aéreo, tal como ocurrió con el surgimiento de los automóviles cuando apareció el Model-T.

El post en el blog de Mitchell Sipus propone una zonificación invisible y de regulación automática para drones. Imagen cortesía de Mitchell Sipus

El post en el blog de Mitchell Sipus propone una zonificación invisible y de regulación automática para drones. Imagen cortesía de Mitchell Sipus

Algunos diseñadores urbanos han propuesto algunas ideas básicas de zonificación del espacio aéreo para drones, tal como el descrito por Mitchell Sipus, un diseñador urbano que ha trabajado en Kabul y Mogadishu, en su blog Humanitarian Space [4]. Sipus desarrolló representaciones de Chicago codificadas por color, con el verde simbolizando áreas públicas planas y en que los drones podrían volar libremente, y áreas naranjas, amarillas y rojas delimitando áreas de acceso restringido o prohibido. Por ejemplo, el espacio aéreo sobre estadios comerciales, podría estar destinada al uso exclusivo de drones publicitarios y televisivos, y restringida para aparatos aéreos civiles. Sipus le comenta a ArchDaily que desde sus especulaciones iniciales, ha estado constantemente trabajando en sus ideas, incluyendo algo de trabajo reciente con NASA, lo cual sugiere que dichas ideas se encuentran listas para ser implementadas en el mundo real.

Si los gobiernos municipales estableciesen esas zonas, los drones podrían ser programados para responder a sensores que les concediesen acceso completo a ciertas áreas o los redireccionasen automáticamente al acercarse a áreas restringidas. La infraestructura digital situada sobre el espacio aéreo tridimensional sería completamente invisible, pero jugaría un rol crucial en el despliegue de infraestructura tales como “carreteras” para drones de envío y áreas recreacionales abiertas para drones civilies.

El post en el blog de Mitchell Sipus propone una zonificación invisible y de regulación automática para drones. Imagen cortesía de Mitchell Sipus

El post en el blog de Mitchell Sipus propone una zonificación invisible y de regulación automática para drones. Imagen cortesía de Mitchell Sipus

Otro factor en el desarrollo de la legislación para regular el uso de drones a través de zonificaciones es la preocupación respecto de la privacidad, debido a los reportes (inglés) de paparazzis utilizando drones para capturar fotos de celebridades en su espacio privado. La zonificación podría ser una herramienta para abordar estos asuntos, pero también el diseño de las mismas casas podría, potencialmente, transformarse, para responder a las crecientes necesidades de privacidad. Esto podría incluir el diseño de espacios exteriores privados que incorporen la utilización de cubiertas ligeras como toldos, para así conservar la privacidad sin perder su cualidad fundamental de encontrarse al aire libre. Alternativamente, las residencias privadas podrían retomar el uso de patios centrales al estilo romano para mejorar su protección visual, creando quizás una tipología enteramente nueva, diseñada para garantizar la privacidad.

Resulta fácil ver que la revolución tecnológica iniciada por los drones derivará en extensas ramificaciones arquitectónicas, desde el diseño de fachadas de rascacielos con puertos de aterrizaje para drones, pasando por la infraestructura invisible para zonificaciones gubernamentales, hasta la el diseño de residencias privadas. Los drones podrían tener muchas consecuencias, positivas y negativas, en la manera en cómo experimentamos nuestras ciudades, y aún queda por ver verdadero alcance de tales efectos en la práctica. En este complejo futuro multidimensional, los arquitectos enfrentarán el desafío de trabajar codo a codo con la industria tecnológica y las agencias de gobierno, para desarrollar así un verdadero diseño urbano de vanguardia.

 

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