Karla: “Bájale de huevos a tus notas”

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Por Sanjuana Martínez

A veces uno se pregunta si vale la pena ejercer el periodismo en México. Como todos ustedes, los periodistas tenemos días buenos y días malos. Te cuestionas. ¿Vale la pena arriesgar tu vida? ¿Arriesgar a los tuyos? ¿Arriesgar todo?

Y te lo preguntas porque ese fétido aliento de la amenaza te persigue cada día que abordas un tema incómodo para el poder, que es casi siempre en algunos casos como el mío y el de tantos y tantos compañeros en México, en especial de provincia. Compañeros que arriesgan diariamente su vida y que no tienen visibilidad con otros periodistas cercanos al poder.

Y ante tanta impunidad, vuelves a plantearte el costo beneficio de esta profesión. Porque si el periodismo no es para cuestionar o criticar, para investigar y desvelar las partes oscuras de los distintos poderes, para exhibir la podredumbre del  gobierno, para cuestionar actos de corrupción, para evidenciar las tranzas del Estado con el sector empresarial, etcétera… ¿entonces para qué sirve?

Y lanzas preguntas a los demás, en especial, al poder en turno: ¿Qué tipo de prensa quiere Enrique Peña Nieto? ¿Qué tipo de periodistas respeta? ¿A cuáles periodistas que permitirá sobrevivir físicamente o laboralmente?

Y tal parece que la respuesta del Estado se manifiesta a veces de manera brutal. En ocasiones, ejerciendo una permanente presión sobre todos aquellos comunicadores incómodos para el poder y otras veces, persiguiendo a quiénes nos atrevemos a publicar sus corruptelas y excesos de poder.

En cambio, la exhibición de poder autoritario del nuevo PRI tiene muchas formas. Enrique Peña Nieto nos ha demostrado a los periodistas independientes y críticos que no piensa darnos ni agua en el desierto. Nos ignora. Sencillamente no existimos.

Peña Nieto nos demuestra constantemente quiénes son sus consentidos. Aquellos “periodistas” — así entre comillas— dispuestos a someterse a su poder. Los que hacen las “mejores” preguntas, esas preguntas que no incomodan; los que están dispuestos a cuestionar con previo cuestionario autorizado, los que lo critican poquito, lo justo para disimular, en fin, aquellos que están bajo su dominio a través de prebendas y jugosos pagos económicos o de todo tipo.

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Estos “periodistas” hacen un daño terrible a la profesión. Primero porque pareciera que, el resto que no aceptamos las condiciones del poder político  para ejercer nuestra profesión, somos unos descarriados fuera del rebaño. Y luego, porque alientan los excesos del poder contra todo aquel compañero que se arriesga buscando la verdad.

Y el poder manifiesta su poder. A veces de manera brutal como el caso de la periodista Karla Janeth Silva del Heraldo de Silao, a quien un grupo de hombres armados, antes de propinarle una paliza, en la propia redacción del periódico, le advirtió: “Bájale de huevos a tus notas”. No era la primera vez. Ya lo habían intentado. Ella vivía con la amenaza, con ese fétido aliento a la espalda. Incluso lo escribió en un mensaje de texto a través de su celular.

El mensaje llevaba la firma del alcalde de Silao, Guanajuato Enrique Benjamín Solís Arzola, “ofendido” por el trabajo de la reportera. Un trabajo que debería ser normal en cualquier democracia, en cualquier sistema político donde impere la libertad.

Pero como el alcalde priísta Solís Arzola tiene a su grupo de “periodistas” que se dedican a escribir solamente sobre las cosas buenas que hace y cuando lo entrevista le hace las preguntas permitidas, pues le choca que exista una periodistas “descarriada” en su rebaño mediático, un rebaño financiado con el dinero de los habitantes de Silao.

Y el exceso e impunidad cometido por el Alcalde Solís Arzola no es distinto que el de muchos otros alcaldes en el país. Alcaldes del PRI o de cualquier otro partido. El poder político en México: gobernadores, alcaldes, senadores, diputados, regidores, funcionarios de cualquier nivel, está acostumbrado a controlar a la prensa a base de jugosos “convenios” de publicidad que les permiten seguir gobernando a través de la cloaca de la corrupción.

No soportan la crítica. Tampoco el cuestionamiento con rigor e investigación de los periodistas libres e independientes. Y no están dispuestos a permitir que ningún comunicador descarriado se salga del rebaño.

Para ello, cuentan con todo el poder del Estado. Amenazan, golpean, desaparecen, demandan judicialmente, acosan, y exigen en muchos casos, el despido fulminante de estos periodistas que hacen demasiado bien su trabajo.

Pero en México, hay periodistas con firmes convicciones, con principios; periodistas que prefieren verse al espejo todos los días sin la sombra de la corrupción. Periodistas que arriesgan su vida, que lo arriesgan todo en la búsqueda de la verdad.

Y esos son los periodistas que el poder desprecia, que no respeta, que persigue, que golpea, que secuestra y asesina. Y sólo en México suceden este tipo de delitos con lujo de violencia. Sólo en México, el alcalde de Silao, manda golpear abiertamente a una periodista, cuyo trabajo cuestiona su inmaculada honradez. Y solo en México, después de tan lamentable suceso, no pasa nada.

¿Por qué el gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez, no ha dicho nada? ¿Por qué la Fiscalía de Atención a delitos contra periodistas no ha actuado? ¿Por qué la Procuraduría de Justicia de Guanajuato no ha detenido al alcalde de Silao o por lo menos lo ha invitado a “presentarse” para declarar? ¿Dónde está el Estado de derecho?…

El delito fue cometido a plena luz del día y en la redacción del periódico. Fue a las 5:30 de la tarde y los matones del alcalde priísta entraron buscando a la reportera a quien golpearon salvajemente y de paso también a la secretaria del medio.

¿Cómo es posible que cinco días después de este suceso la autoridad en cualquiera de sus manifestaciones no haga nada?

La golpiza que recibió Karla Janeth Silva Guerrero afecta a todos. No solamente a los periodistas independientes, porque los otros no han sido capaces ni de reseñar el hecho, sino a todos los mexicanos. Cada vez que un periodista es agredido, amenazado, desaparecido o asesinado, un pedazo de tu democracia se desvanece.

Por eso, te pedimos tu ayuda. Únete a la exigencia de justicia. Para empezar, Karla Janeth Silva Guerrero, ya debería estar con medida cautelares, protegida. Exigimos al gobierno de Guanajuato que implemente las recomendaciones de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para: “Investigar, juzgar y sancionar la violencia contra periodistas, incluidas, cuando sea necesaria, unidades especializadas de investigaciones o tribunales especializados y los procesos judiciales pertinentes que se inicien, eliminando así todas las barreras de género que obstaculizan o impiden a las mujeres periodistas el ejercicio de su derecho a la justicia, incluida la condena pública a cualquier declaración que pueda elevar el riesgo para las y los periodistas”.

La impunidad invita a la repetición del delito. Esta agresión con firma no puede quedar en la impunidad porque después seremos más los agredidos y afectados. ¡Exijamos justicia!…  #JusticiaParaKarlaJanethSilva

Karla, no estás sola.

www.websanjuanamartinez.com.mx

Twitter: @SanjuanaMtz

Facebook: Sanjuana Martinez

Fuente: La Jornada

 

 

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