Judíos mexicanos ¿decentes o sionistas?

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Por Sanjuana Martínez

El espectáculo macabro del holocausto palestino, ejecutado por el Estado de Israel, con el apoyo de Estados Unidos y la complacencia de Europa, está produciendo un rechazo mundial a la política sionista de los judíos radicales.

Si antes había cierta simpatía por aquellos que luchan por el establecimiento de una patria para el pueblo judío, ahora, frente a los atroces crímenes cometidos por el Estado de Israel contra el pueblo palestino, parece imposible.

A lo largo y ancho del mundo, la comunidad judía decente, se manifiesta contra el indiscriminado asesinato de niños y civiles palestinos por la supremacía militar y el delirio expansionista del Estado de Israel.

Pero en México la mayoría de los judíos guardan silencio, sobretodo, aquellos que tienen cierto perfil mediático. Un silencio ominoso y vergonzoso que los coloca del lado de los genocidas y que los exhibe en su propia miseria humana.

Seguramente por este artículo, algún judío radical me llamara “antisemita”. Una trampa orquestada por los ortodoxos para evitar recibir críticas a su política radical. En realidad, los sionistas son más antisemitas que nadie, porque niegan la condición de nacionales de un país para los judíos que habitan en él.

Lo que más llama la atención del silencio ominoso de la comunidad judía mexicana es que estén representados por integristas tan mezquinos insertados en el llamado estamento “intelectual”; ese estamento orgánico que está muy unido al gobierno en turno por razones económicas, no importa si es del PRI o del PAN.

Al ver el acto organizado por la comunidad judía frente a la Embajada de Israel para declarar su firme “apoyo” al pueblo de Israel ante la masacre de palestinos, muchos mexicanos nos dimos cuenta que los supuestos líderes de este grupo son francamente extremistas que nada ayudan al mensaje de paz que pretenden dar.

Uno de los oradores de este evento, fue el publicista Carlos Alazraki, un hombre radical con un discurso de odio bastante conocido. “¿Qué espera el mundo cuando ellos nos atacan? o que no nos defendamos…”.

Este tipo de discurso, no ayuda en nada a los judíos decentes de México. Es sorprendente que permitan que el señor Alazraki vomité su odio y desprecio por los palestinos a quienes llamó “bestias, animales, imbéciles y pendejos”. Este “publicista” radical, me recordó a los locos que niegan el holocausto judío. Los opuestos se tocan. No hay diferencia entre los Alazraki’s sionistas y los negacionistas antisemitas. Son iguales.

Incluyo el concepto de decencia, para referirme al compromiso ético, moral y humanista de los judíos que están en contra de un genocidio contra el pueblo palestino. Hay muchos judíos de este tipo en el mundo. Los hemos visto en manifestaciones en Nueva York, Londres, Madrid… ¿Dónde están los judíos decentes de México protestando? ¿Por qué no toman distancia de los extremistas como Alazraki y tantos otros que están dirigiendo sus organizaciones? ¿O acaso todos sus líderes son radicales?

Es tiempo de que los judíos mexicanos cambien su estrategia. La historia que los une a este país está llena de humanismo, un elemento que deberían incluir en su discurso dirigido al pueblo de Palestina y su legítimo derecho a su tierra.

Justificar el holocausto palestino, es como justificar el holocausto judío. Los radicales judíos no logran comprender que la política, de exterminio del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está generando más odio en el mundo hacia sus connacionales. Es una especie de boomerang.

Netanyahu es un genocida, lo acepte o no la sometida Organización de Naciones Unidas (ONU). Su masacre contra la franja de Gaza ha dejado mil 700 muertos, la mayoría civiles y particularmente niños, y mil 600 heridos. Frente a esta magnitud de la tragedia, hay 60 soldados israelíes muertos.

Comparar el poderío militar de Israel con el de Hamas, es un absurdo que pretende justificar lo injustificable. Un genocidio, bajo cualquier parámetro de justificación es y seguirá siendo un genocidio.

Quienes condenamos a Hamas y sus ataques contra Israel, también condenamos la ofensiva del delirante Netanyahu, muy parecido al señor Alazraki. Ambos personajes oscuros hacen un daño irreparable a la comunidad judía.

La historia de los judíos de México es luminosa, llena de solidaridad. Fue Benito Juárez quien decretó la libertad de cultos y así los judíos empezaron a rezar en el año nuevo y Yom Kipur de manera abierta.

En México viven más de 50 mil judíos y hay alrededor de 28 sinagogas repartidas por la República. ¿De verdad, ninguno de ustedes va a protestar por la masacre del pueblo palestino?

El silencio los convierte en cómplices.

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