Por Salvador Camarena
Soy Polo. Soy funcionario en un estado de México. No cualquier servidor público. Soy titular de Comunicaciones y Transportes. No de cualquier entidad, sino una de las más complejas en el país en cuanto a infraestructura en carreteras. Mi puesto es importante. Yo soy importante. La revolución me hizo justicia. Viva la Revolución.
Soy Polo. Y también soy un rogón. Un pedinche, como decíamos en la provincia allá en los años setenta. Pido sin pudor. Pido y pido. Pido para simular. Simulo ante mi familia, simulo que puedo llevarlos de vacaciones, con mis propios medios, a un destino de ensueño.
Apantallo a mis hijos. Navidad con sombrero ajeno. De un lado, el Caribe mexicano, del otro, la cancha de golf donde juegan figuras mundiales. Pedí y me fue dado. Bendito sea dios. Porque soy creyente, creo en dios, y creo en los favores de los regulados hacia los reguladores. Una bendición.
Soy Polo. No tengo vergüenza. No la tuve para llamar a un empresario y pedir que me ajusten fechas en el paraíso Maya, para pedir reservaciones, para pedir transporte desde el aeropuerto, para pedir reembolsos, para pedir que en vez de una habitación sea una villa de dos habitaciones; no me apena decirle a un empleado del hotel que una constructora me paga todo, no me apena, que rima con Mena, insistirle a los empresarios que me voy a gastar en mi vacación “como 150”. El constructor con el que hablo se sorprende del monto. Yo no, que se sorprendan los que tienen vergüenza, yo por qué, yo soy un sin vergüenza.
Soy Polo. Soy un bribón. No me apenó pedir, no me apena, que rima con Mena, salir ante la prensa y decir que yo pagué mi vacación en la Riviera Maya. ¿Que todo mundo me oyó en youtube (http://bit.ly/1IlIfBI) pedir, rogar, solicitar a una constructora que me pague una vacación familiar? Si así fue, si ustedes me oyeron clarito pedir un hotel, nolehace. Tan nolehace que aquí estoy, en este jueves, ante la prensa, 24 horas después de que fui balconeado, informando no que renuncié, no que solicité licencia para ser investigado, qué va; yo salí a informar, orondo, que yomero pagué mi viaje. ¿Que en la conversación de youtube se oye clarito que la constructora a la que le pido el favor me lo iba a reembolsar? ¿No les digo? ¡Qué fijados! Ya dije que soy un bribón, y como tal este papelito, este estado de cuenta que presenté este jueves, es mi escudo. Mi palabra, esa que ustedes escucharon mendigar un viaje, no vale. Este papelito sí. Quiobo.
Soy Polo. Soy el nuevo dolor de cabeza del presidente Enrique Peña Nieto. No porque a él le importe mucho eso de la corrupción, qué va, si él piensa, lo ha dicho, que es una cosa cultural. Pero creo que sí va a haber bronca porque a pesar de mi papelito la empresa trasnacional a la que le pedí el favor ha perdido en Bolsa, en dos días, la quinta parte de su valor, y todo por las grabaciones en las que, entre otras cosas, pido mi VTP. ¿No les dije desde el principio que yo era importante? Vean el follón que se ha armado.
Soy Polo. Soy el hilo que lleva a la madeja, madeja que incluye forzosamente al gobernador Eruviel Ávila, al secretario de Comunicaciones y Transportes de Enrique Peña Nieto, y a OHL, una de las constructoras favoritas del régimen peñista.
Soy Polo. Hice travesuras. Y creo que sí se va a armar un desmadre.
Fuente: El Financiero