Policías y soldados guatemaltecos dispersaron este lunes por la fuerza una caravana con miles de migrantes hondureños, apostados durante el fin de semana en una carretera en el poblado de Vado Hondo (este), postergando su aspiración de llegar a pie a Estados Unidos.
El contingente policial avanzó sobre la masa haciendo un fuerte ruido mediante el golpe de sus macanas contra escudos, logrando que muchos migrantes retrocedieran y otros corrieran hacia los lados, dispersándose dentro del pueblo, pero aún en territorio guatemalteco.
En el desalojo, varios de los caminantes lanzaron piedras a la policía, que respondió con gas lacrimógeno para seguir alejándolos en dirección a la frontera con Honduras, ubicada a unos 50 kilómetros.
Unas 4 mil personas permanecían en ese grupo, de las 9 mil que se estima ingresaron con la caravana.
Otros 800 han sido contenidos en un pueblo vecino, cientos se han dispersado por los alrededores y al menos mil 568 personas han retornado a Honduras, entre ellas 208 menores.
Las fuerzas de seguridad actuaron tras agotar un diálogo con los migrantes, a los que se les pedía despejar una vía del camino para permitir el avance del transporte de carga, cuya mercancía corría el riesgo de estropearse.
Por el contrario, un grupo se apoderó momentáneamente de tres camiones e intentó abrirse paso a marcha lenta, constató un equipo de la AFP, lo que desencadenó la acción policial.
El éxodo hondureño comenzó la madrugada del viernes desde San Pedro Sula y los caminantes ya dan muestras de cansancio. Durante la jornada, una pequeña caravana de 300 salvadoreños entró al país sin presentar documentos ni prueba negativa de covid.
Fuente: AFP