La demanda se centra en la decisión de 2010 de reducir el pastoreo en las tierras adjudicadas en Jarita Mesa y Alamosa. Los ganaderos afirman que el Servicio Forestal los ha discriminado porque pretende sacarlos de las tierras que sus familias han trabajado por siglos.
Un juez federal decidirá en breve si permite que prosiga un proceso en el que un grupo de ganaderos hispanos demandan al Servicio Forestal por haber restringido el pastoreo en zonas que tenían concesionadas históricamente en el norte de Nuevo México.
Los ganaderos afirman que la agencia del gobierno federal los está discriminando al tratar de sacarlos de las tierras en las que sus familias han trabajado durante siglos.
El juez federal James Browning escuchó alegatos el jueves en una petición presentada por el Servicio Forestal para desechar el caso. Se prevé que tome una decisión en septiembre.
Los ganaderos afirman que está en juego un fragmento de la cultura hispana y la viabilidad económica de varias comunidades del norte de Nuevo México que dependen del acceso a tierras contiguas para diversas actividades, desde labores de pastoreo hasta la recolección de leña.
Simeon Herskovits, un abogado de los ganaderos, argumentó que el Servicio Forestal está usando la petición para evitar una discusión plena de los asuntos mencionados en el caso. Insinuó también que la agencia no comprende el vínculo cultural intrínseco de los ganaderos con la tierra.
“Hay una relación muy especial, historia y legado que existen en partes del norte de Nuevo México. Eso debe ser sopesado muy cuidadosamente”, dijo.
La demanda se centra en la decisión de 2010 de reducir el pastoreo en 18% en las tierras adjudicadas en Jarita Mesa y Alamosa, que forman parte de un área reconocida por el gobierno federal para recibir tratamiento especial destinado a beneficiar a los herederos de concesiones de tierras.
El Servicio Forestal había argumentado que las prácticas de manejo de tierras por los ganaderos contribuían al uso excesivo de prados en los dos lotes y que las cercas estaban mal mantenidas o de plano se encontraban en malas condiciones.
Los ganaderos disputaron esas aseveraciones, y apuntaron a lo que llamaron la incapacidad de la agencia para lidiar con caballos salvajes y ciervos que pastan en el área. Dijeron que la decisión de reducir el pastoreo del ganado era en represalia por las críticas de los ganaderos a las prácticas del Servicio Forestal.
El abogado Andrew Smith, defensor de dicho servicio, cuestionó si algunos ganaderos podían demandar a la agencia en primer lugar. Dijo que algunos no tenían permisos de pastoreo y otros no presentaron apelaciones administrativas cuando la agente forestal del distrito emitió inicialmente su orden de limitar el pastoreo.
Smith argumentó además que no había evidencia de que limitar la actividad de un ganadero podría afectar a la comunidad.
David Sánchez, de la Asociación de Ganaderos del Norte de Nuevo México, dijo que la mitad de los honorarios cobrados por el gobierno federal por pastoreo regresan al condado para financiar escuelas y otros servicios.
Sánchez indicó que el área es rural y que sectores laborales tradicionales como el manejo de ganado y la tala son las únicas fuentes de ingresos para algunas familias.
“¿Qué les queda a esas familias? Si el gobierno quiere que todas dependan de cupones de alimentos, entonces que les quite sus permisos de pastoreo”, afirmó.
Fuente: AP