Tres personas con heridas serias por descargas eléctricas y balas de goma, y decenas de intoxicados con gases lacrimógenos que dispararon agentes de la Patrulla Fronteriza, fue el saldo de un intento de cruce masivo de migrantes a Estados Unidos el pasado domingo, al grito de “Viva Villa”, según un reporte de Milenio
Autoridades de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en inglés), confirmaron el incidente y justificaron el uso de “artefactos de uso intermedio de la fuerza”, al afirmar que fueron atacados por los migrantes que intentaban cruzar.
Los propios migrantes relataron los hechos y calculan que eran entre 200 y 300 las personas que decidieron burlar la vigilancia fronteriza; en el grupo había dos mujeres y cuatro niños que también resultaron afectados en los hechos ocurridos el mediodía del domingo en el área donde termina el territorio mexicano, en el canal del Río Tijuana.
Una de las mujeres que pidió omitir su identidad, relató que la desesperación los llevó a intentar el cruce masivo, pero un agente de la Patrulla Fronteriza de apariencia latina los confrontó y les gritó “a chingar su madre, mexicanos”, lo que desató el enojo de los migrantes que a gritos intentaron recordarle que también es de este país.
Los agentes estadounidenses pidieron refuerzos y en unos minutos llegaron diez patrullas, dos motocicletas y dos helicópteros, desde donde les lanzaron gases lacrimógenos, mientras los que se encontraban en tierra dispararon balas de goma y dieron descargas eléctricas a quienes se hallaban cerca, explicó otro de los testigos.
“Estaba sentada una persona y llegó un migra y le dio una patada y le pegó la pistola eléctrica, al mismo tiempo que estaba asentado le pegó y ahí fue cuando se aceleró la raza… ¡estaba sentado! y le llegó el migra y le pegó y le dio la descarga y ahí fue cuando se le fueron todos y luego se regresaron. Así como se fueron se regresaron, con las balas de goma ¿quién te va a quitar el dolor? y todo el gas pimienta”.
Otro de los migrantes, que también pidió anonimato, narró cómo a uno de sus compañeros le abrieron la cabeza a golpes de macana, a otro le provocaron una lesión con una descarga eléctrica, y un tercero quedó lesionado cuando al menos tres agentes fronterizos lo atacaron a patadas a pesar de que no participaba en la confrontación.
Recordó que hace una semana, los ocupantes del campamento de la Plaza de la Constitución acordaron cruzar en grupo, la mayoría se encuentra desesperada porque dejaron su familia en Estados Unidos. Al conocer el plan, otros migrantes originarios de diferentes partes del país decidieron sumarse.
“Y luego todos íbamos vestidos como si fuéramos a un carnaval, una fiesta, bien vestidos como si fuéramos de party… zapatos y tenis nuevos, era para salir limpios cuando llegáramos allá. Unos con trajes y corbatas, acá. Para jugarla, ya sabes, just get away with it -salirse con la suya- para que los vieran y dijeran, estan limpios… despistar al enemigo”.
El campamento se formó con migrantes e indigentes que vivían en el bordo del Río Tijuana antes de ser desalojados en agosto pasado por la Policía Municipal.
Sabían que algunos serían detenidos, pero tenían la certeza de que otros lograrían cruzar la frontera y estaban dispuestos a correr el riesgo, aunque de las casi 300 personas que lo intentaron, ninguna lo logró; quienes salieron heridos tuvieron que ser atendidos en el campamento mientras que otros fueron por su propio pie a un hospital de la ciudad.
Testigos refirieron que dos hombres que participaron en el incidente fueron detenidos por la Policía Municipal de Tijuana bajo el cargo de “disturbios”, pero fueron liberados por el juez ante el que se presentaron.
Fuente: Milenio