Filtran cuentas de paraísos fiscales

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Los datos confidenciales sobre las cuentas de más de 120.000 empresas en las islas Vírgenes Británicas, las islas Cook, Chipre, Dubai y otros paraísos fiscales se hicieron disponibles a raíz de una filtración de 2.5 millones de documentos clasificados, parte de ellos vinculados con altos políticos y empresarios mundiales, informó hoy el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).

Los documentos, analizados por periodistas de más de 40 medios internacionales, entre ellos la BBC, The Guardian, Le Monde y The Washington Post, arrojan luz sobre transferencias monetarias y vínculos entre entidades jurídicas e individuos de más de 170 países y territorios en las últimas tres décadas. Según ICIJ, se trata de una filtración “bomba”, ya que hasta ahora tales informaciones han sido estrictamente confidenciales.

Según diversas estimaciones, dichas cuentas offshore pueden albergar hasta 20 billones de dólares, parte de esta suma de presunta procedencia cuestionable. Los periodistas vinculan algunos de los depósitos al presidente de Azerbaiyán Iljam Aliev y su familia, al tesorero de la campaña electoral del presidente galo Francois Hollande, Jean-Jacques Augier, y hasta la esposa del primer vicepresidente del Gobierno ruso Igor Shuválov, Olga.

El portavoz de Shuválov comentó a RIA Novosti que los “datos publicados hoy por la prensa, en particular por el diario The Guardian, datan de hace un año” y ya entonces estaban abiertos a la prensa y hace más tiempo aún, a los órganos tributarios de Rusia por estar indicados en la declaración fiscal de la familia del primer vicepresidente del Ejecutivo ruso.

Además, algunas personas y empresas de las que figuran en los documentos pueden estar relacionadas con el caso de Serguéi Magnitski, abogado ruso del fondo de inversiones Hermitage Capital quien murió en 2009 en una presión preventiva mientras investigado por evasión fiscal, cargo  que le había sido imputado, según sus jefes, por desvelar una importante trama de corrupción cuyos autores habían robado al fisco ruso 230 millones de dólares.

El análisis de los documentos comenzó hace 15 meses y continúa todavía, ya que su volumen alcanza unos 200 gigabytes. A modo de comparación, los documentos del Departamento de Estado de EEUU, filtrados por WikiLeaks en 2010, eran de dos gigabytes.

Fuente: RIA Nivosti

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