Ficción en el combate al narco

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Por Luis Javier Valero Flores

Prácticamente desde el pasado fin de semana, el gobierno de la república incrementó de manera desmesurada sus ficciones sobre la realidad del país.

Tanto en la descripción presidencial de las bondades de la reforma educativa, efectuada en el mensaje enviado a la nación con motivo del Informe Presidencial, como en la enumeración de los logros en materia de seguridad pública, la percepción gubernamental choca con la de una parte importante de la sociedad.

Por un lado, si siguiéramos la línea del pensamiento del presidente Enrique Peña Nieto, los problemas educativos se acabarían con la reforma educativa. Así lo dijo: “Con la Reforma Educativa sus hijos tendrán mejores profesores, estarán más tiempo en la escuela, contarán con mejores materiales educativos, dispondrán de computadoras e Internet, tendrán acceso a alimentos sanos y nutritivos, así como planteles con instalaciones adecuadas y en buen estado”.

En el combate a los delitos, especialmente los relacionados con el tráfico de drogas, también todo marcha sobre hojuelas. Sin embargo, un hecho, por sus repercusiones en Chihuahua, debiera concitar la preocupación acerca de la veracidad de las informaciones difundidas por el gobierno federal.

El sábado anterior se dio a conocer la detención de Alberto Carrillo Fuentes, al que las dependencias federales dieron en denominar como el presunto líder del “Nuevo Cártel de Juárez”.

Se difundió la información de que este personaje había adquirido el mayor de los protagonismos en el seno del principal grupo criminal asentado en nuestro territorio.

Todo está muy bien, pero en el curso de ayer, el vocero sobre Seguridad del Gobierno Federal, Eduardo Sánchez, afirmó que con la detención de Carrillo se  reduciría la violencia en el norte del país. Carrillo fue detenido, dijo, como fruto de un trabajo de inteligencia. (Nota de Excélsior, 3/IX/13).

Luego, en el curso de una entrevista radiofónica (Noticiero de Joaquín López Dóriga, Radio Fórmula, 3/IX/13), describiría la manera en que fue detenido Alberto Carrillo.

… Y a dudar de la toda la información.

Esto dijo el angelito: Que el hombre desarrollaba una vida aparentemente tranquila, de bajo perfil, que se desplazaba en el lugar de residencia (Bucerías, Nayarit, a un lado de Puerto Vallarta, en un fraccionamiento residencial) en una cuatrimoto, a bordo de la cual todos los días salía a comprar despensa (a comercios pequeños de la zona), sin ninguna compañía, en una clara pretensión -dijo- de mimetizarse. Pero el día de la detención, sostuvo, “se le vió nervioso”, sacó un vehículo en el cual subió las armas y fue detenido en un operativo que revisaba los vehículos.

El flamante jefe de uno de los grupos criminales más importantes del país transitaba solo y sin escolta (a pesar del nerviosismo citado por el funcionario) y fue detenido sin oponer resistencia.

A los funcionarios se les olvidó -al momento de ofrecer la anterior información- que estaban ante uno, así lo dijeron, de los jefes del Cártel de Juárez, el que ha sostenido, ante el de Sinaloa, la guerra más cruenta de todas las que se han presentado en el país en los últimos 6 años, que ha provocado la muerte de más de 20 mil personas, sin contar los heridos, lo que llevaría a pensar a cualquier persona que estamos frente a dos complejas organizaciones, capaces de lanzar al enfrentamiento armado a cientos de jóvenes, perfectamente armados, con la complejidad de una multinacional y la capacidad suficiente como para pertrechar perfectamente a sus elementos, acusar la baja de miles de sus integrantes y mantener, además, el suministro normal de drogas a los EU, porque allá no se ha presentado, ni escasez, ni encarecimiento de la cocaína, ni del resto de las drogas, al contrario.

Más. Esas organizaciones han podido establecer un mercado, de personas y de bienes, fundamentalmente vehículos, que les ha permitido secuestrar, extorsionar, robar vehículos y venderlos en el mercado negro, en este caso, en cantidades industriales.

El escribiente no sabe si el detenido responde a ese nombre, o no, o si participa en la dirigencia del crimen organizado, o no, pero alcanzar todo lo mencionado líneas arriba requiere la existencia de una compleja organización, al mando de la cual se requieren conductores de tiempo completo y no de un ciudadano que, bucólicamente, sale a comprar el pan en su cuatrimoto.

¡Ah, es que fue la semana de los cuentos! Pero el de los maestros, es uno más.

Lo veremos.

asertodechihuahua@yahoo.com.mx

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