A pesar de que el Vaticano negó que el Papa Francisco haya exorcizado a un mexicano en silla de ruedas al que le impuso la manos, el destacado exorcista de la diócesis de Roma con fama mundial, Gabriele Amorth, sostuvo que sí se trató de un exorcismo y dijo que el hombre estaba poseído por cuatro demonios, los que lo estarían castigando porque los obispos mexicanos no lucharon contra la legalización del aborto en la Ciudad de México. He aquí un reporte completo de Associated Press sobre este controvertido episodio
Por Nicole Winfield/ AP
La fascinación del papa Francisco con el demonio dio un nuevo giro el martes, cuando un conocido exorcista aseveró que el sumo pontífice le ayudó a “liberar” a un mexicano poseído por cuatro demonios, pese a la insistencia del Vaticano de que no ocurrió ningún exorcismo papal.
El caso concierne a un individuo de 43 años que viajó de México a Roma para asistir a la misa dominical de Francisco en la Plaza de San Pedro. Como suele hacerlo, al final de la misa, Francisco bendijo a varios creyentes que estaban en sillas de ruedas, incluido un hombre poseído por el demonio, según el padre que lo trajo, el reverendo Juan Rivas.
El pontífice colocó sus manos el domingo sobre la cabeza del hombre y rezó. El joven respiró profundamente media docena de veces, sufrió una convulsión y luego se abatió sobre su silla de ruedas.
Las imágenes, transmitidas al mundo entero, hicieron que el canal televisivo de la conferencia episcopal italiana dijera que, de acuerdo con varios exorcistas, “no hay duda” de que el papa Francisco efectuó un exorcismo o una oración más sencilla para liberar al hombre del poder del demonio.
El Vaticano fue más cauto. En un comunicado difundido el martes, dijo que el pontífice “no pretendía efectuar ningún exorcismo. Pero como suele hacer con los enfermos o los que sufren, simplemente pretendió orar por alguien que estaba sufriendo y que le fue presentado”.
El reverendo Gabriele Amorth, destacado exorcista de la diócesis de Roma, dijo que él mismo realizó un extenso exorcismo al hombre el martes por la mañana y determinó que estaba poseído por cuatro demonios por separado. El caso estaba relacionado con la legalización del aborto en la ciudad de México, dijo el reverendo.
Amorth declaró a la radio estatal RAI que incluso una breve oración, sin todo el ritual de exorcismo realizado, es en sí un acto de exorcismo.
“Ese fue un verdadero exorcismo”, dijo de la oración del papa. “Los exorcismos no se hacen sólo de acuerdo con las normas del ritual”.
La especulación es azuzada por lo que parece ser una fascinación del papa con el tema del diablo, frecuente en sus homilías, y un aparente repunte en la demanda de exorcismos entre los fieles a pesar del trato irreverente que Hollywood suele dar a ese rito.
¿Cómo olvidar el vómito verde y la cabeza giratoria de la niña poseída en el clásico “El exorcista” de 1973?
En su primera homilía como papa el 14 de marzo, Francisco advirtió a los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina al día siguiente de que fue elegido que “el que no le reza a Dios, le reza al diablo”.
Desde entonces ha mencionado al demonio en varias ocasiones, la más reciente en una homilía el 4 de mayo durante su misa matutina en la capilla del hotel del Vaticano, en la que habló de la necesidad de diálogo… pero no con Satanás.
“Con el príncipe de este mundo uno no puede dialogar; ¡que esto quede bien claro!”, advirtió.
Los expertos dicen que el hecho de que el papa Francisco mencione con frecuencia al diablo es un reflejo tanto de su espiritualidad jesuita y sus raíces latinoamericanas como de una Iglesia católica debilitada por la secularización.
“La influencia y la presencia del diablo en el mundo parece fluctuar en una cantidad inversamente proporcional a la presencia de la fe cristiana”, dijo el padre Robert Gahl, teólogo de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma. “Así, uno esperaría un incremento en su actividad mal intencionada como consecuencia de la descristianización y secularización” en el mundo y un incremento de cosas tales como el consumo de drogas, la pornografía y la superstición.
En los últimos años, las universidades pontificias de Roma han sido sede de varios cursos para aspirantes a exorcistas en torno al rito, actualizado en 1998 y contenido en un pequeño libro rojo empastado en cuero. El rito es relativamente breve y consiste en bendiciones con agua bendita, oraciones y un interrogatorio al diablo en el que el exorcista exige saber el nombre del demonio y cuándo saldrá de la persona a la que posee.
Sólo un sacerdote autorizado por un obispo puede efectuar un exorcismo, y el derecho canónico especifica que el exorcista debe estar “dotado de piedad, conocimiento, prudencia e integridad”.
Aunque la Iglesia enseña que el diablo sí existe, la Santa Sede exhorta a la prudencia, en especial para asegurarse de que la persona afligida no esté simplemente postrada por una enfermedad psicológica.
El padre Giulio Maspero, quien está especializado en teología sistemática y vive en Roma, ha participado en más de una decena de exorcismos. Dice estar seguro de que la oración del papa Francisco el domingo fue un exorcismo hecho y derecho, o cuando menos una oración para “liberar” al hombre de la posesión diabólica.
Hizo notar que la colocación de las manos del pontífice sobre la cabeza del hombre es la “posición típica” que usa un exorcista.
“Cuando se es testigo de algo así -para mí fue impactante- podía sentir el poder de la oración”, afirmó en una entrevista telefónica, refiriéndose a sus propias experiencias.
Maspero dijo que fue especialmente simbólico que el presunto exorcismo efectuado por el pontífice se haya efectuado en Pentecostés, una fiesta muy importante de la Iglesia en la que enseña que los apóstoles de Jesús recibieron el Espíritu Santo.
“El Espíritu Santo está relacionado con el exorcismo porque… es la manifestación de cómo Dios está presente entre nosotros y en nuestro mundo”, señaló.
Aunque el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, buscó atemperar las insinuaciones de que lo que ocurrió fue un exorcismo en serio, tampoco lo negó. Sólo dijo que el papa Francisco no había “pretendido” realizar uno.
Las acciones y actitud de Francisco hacia el demonio no son nuevas: como arzobispo de Buenos Aires, el ex cardenal Jorge Mario Bergoglio frecuentemente habló del demonio entre nosotros.
En el libro, “Sobre el cielo y la tierra”, Bergoglio dedicó el segundo capítulo a “El Demonio” y cree que el diablo y los frutos de Satán son “la destrucción, la división, el odio y la calumnia”.
“Tal vez su mayor éxito en estos tiempos es hacernos pensar que no existe, que todo puede trazarse a un plan simplemente humano”, escribió.
La prensa italiana hizo notar que el fallecido papa Juan Pablo II efectuó un exorcismo en 1982, cerca del mismo sitio donde Francisco oró el domingo frente al hombre joven en la silla de ruedas.
Fuente: AP