El jefe policial Joe Arpaio se ha mantenido políticamente invencible en los 22 años que ha estado en el cargo en Arizona, a pesar de las investigaciones federales en su contra y un historial de problemas judiciales que han costado a los contribuyentes decenas de millones de dólares. Sin embargo, el lío judicial más reciente de Arpaio constituye la prueba más severa que él haya tenido a la fecha después de que reconociera que su despacho policial estuvo detrás de una investigación secreta a la esposa del juez que preside el caso en su contra por encasillamiento racial.
La revelación tuvo lugar durante el testimonio que rindió Arpaio en su audiencia de desacato convocada después de que admitiera que había desobedecido la orden del juez de que pusiera fin a sus patrullajes contra la inmigración ilegal como parte de una demanda por catalogación racial.
La revelación ha puesto en duda que Arpaio pueda ganar el año entrante en las urnas un séptimo mandato como alguacil.
David Berman, investigador de alto rango en el Instituto Morrison de Política Pública, en la Universidad Estatal de Arizona, dijo que las próximas elecciones representan la mayor posibilidad de que el jefe policial sea sacado del cargo.
Sin embargo, Berman advirtió que a través de los años, Arpaio ha desafiado repetidamente las predicciones de que sus problemas judiciales podrían costarle el puesto.
“No sé si su rechazo a la corte sería un pecado ante los ojos de los electores a diferencia de enviar un investigador privado tras la esposa del juez”, declaró Berman. “Eso es algo con lo que la gente se puede identificar”, agregó.
Durante las preguntas que le hizo el jueves el juez federal Murray Snow, Arpaio señaló que creía que su entonces abogado contrató un agente privado para investigar a la esposa del impartidor de justicia después de que la escucharan decir que su marido no quería la reelección del jefe policial en 2012.
Se desconocían de inmediato las consecuencias que podría enfrentar Arpaio a causa de la investigación secreta. Las leyes federales prohíben que alguien intente intimidar o influir indebidamente sobre un juez federal.
La fuerza política del sheriff ha declinado gradualmente en los últimos cuatro ciclos electorales, pero su base de simpatizantes devotos e impresionantes recaudaciones de fondos le han ayudado a alzarse con la victoria.
Arpaio gastó ocho millones de dólares para ganar la reelección de 2012, casi 14 veces más que su contrincante más cercano y casi la misma cantidad que el gobernador de Arizona para conseguir la silla estatal el año pasado.
Las severas medidas migratorias de Arpaio le han ganado aportaciones de diversas partes del país, pero las presiones de Washington y los tribunales propiciaron el fin de sus tácticas policiales.
Nadie ha anunciado todavía si será contrincante contra Arpaio el año próximo. Según su informe de financiamiento de campaña más reciente, Arpaio tiene disponibles dos millones de dólares.
La acostumbrada bravuconería que Arpaio exhibe en televisión y eventos políticos estuvo ausente el jueves durante el testimonio que hizo ante el juez Snow, quien en diciembre de 2011 ordenó al jefe policial detener los patrullajes migratorios.
Arpaio reconoció sus infracciones por desacato y ofreció donar 100 mil dólares de su propio bolsillo a un grupo de derechos civiles para atenuar los problemas que dijo no fueron intencionales.
Afuera del tribunal, Arpaio expresó confianza en sus posibilidades del año entrante.
“Sólo les diré que he sido elegido en seis ocasiones”, declaró Arpaio. “Espero que ésta sea la séptima”.
Alfredo Gutiérrez, exsenador estatal demócrata y añejo detractor de Arpaio, asistió a la audiencia de desacato y expresó sus dudas de que el sheriff pueda ganar la reelección, porque, explicó, la severidad de la investigación sobre la esposa del juez se aparta de otros escándalos que ha enfrentado.
Tom Morrissey, agente federal retirado y viejo amigo de Arpaio, con quien almuerza frecuentemente, destacó que ningún político republicano ha hablado a favor del sheriff republicano.
Sin embargo, Morrissey pronosticó que su colega ganará un séptimo periodo como jefe policial.
“Tiene mucho respaldo entre la gente aquí”, dijo Morrissey, ex dirigente del Partido Republicano en Arizona.
Arpaio tiene un largo historial de investigar a sus oponentes. Dos supervisores de condado elegidos y un juez figuran entre los investigados y acusados de delitos en la década pasada después de escenificar disputas con la oficina del sheriff.
Esos funcionarios afirman que las imputaciones en su contra fueron inventadas. Las investigaciones fracasaron y el condado tuvo que pagarles cantidades de siete dígitos en arreglos extrajudiciales.
Un jurado investigador federal efectuó una pesquisa de casi tres años a la oficina de Arpaio por el delito penal de abuso del poder. La investigación fue cerrada en 2012 sin la presentación de cargo alguno.
La revelación sobre la pesquisa a la esposa del juez también suscita dudas en cuanto a si el jefe policial podría buscar la destitución de Snow en el caso.
Fuente: AP