España frena prisas para otro rescate

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El presidente Rajoy afirma que no tomará una decisión sobre la petición de un nuevo rescate a España hasta conocer las medidas de apoyo que ofrecerá el Banco Central Europeo. “El que pueda, feliz verano”, dijo el mandatario español al término de un encuentro con periodistas.

Nuria Salobral

 Madrid— Mariano Rajoy no tuvo más remedio que precisar el viernes cuál es la posición de España tras la meridiana advertencia lanzada el jueves por el BCE de que no socorrerá a ningún país con compras de deuda si no pide antes la ayuda al fondo de rescate europeo. El mensaje de Mario Draghi empuja a España a solicitar el auxilio de sus socios si quiere asegurar su financiación. Pero, a pesar de la urgencia de la situación, Mariano Rajoy prefiere esperar.

En la rueda de prensa ofrecida al término del Consejo de Ministros, y en la que el presidente del Gobierno hizo balance de sus primeros siete meses de gestión, Rajoy anunció que no tomará una decisión sobre una petición de rescate hasta que no conozca con detalle cuáles son los recursos que está dispuesto a poner en marcha el BCE para solucionar la crisis de deuda soberana. “Quiero conocer antes cuáles son esas medidas, qué significan, y entonces tomaré una u otra decisión. No conocemos qué es lo que está planteando el BCE”, señaló Rajoy. El presidente abandonó así la ambigüedad con la que había respondido el jueves a la misma pregunta: si a la vista de las nuevas exigencias del BCE para intervenir, España iba a solicitar el rescate. Ese día, y con las palabras de Draghi aún en caliente, Rajoy eludió a toda costa pronunciarse sobre el tema, mientras que su homólogo italiano Mario Monti reconocía no descartar esa opción.

En la nueva comparecencia ante la prensa de ayer, la primera del presidente tras un Consejo de Ministros, se hacía imprescindible un mayor grado de concreción, más aún ante la evidencia de que la economía italiana, menos apurada que la española por el cumplimiento del déficit y menos acosada por los mercados, mostraba ya cierta disposición a la solicitud de la ayuda del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. “Monti está gobernando muy bien, intentando acertar, cosa que también estoy haciendo yo. Haré lo que crea conviene al interés general de los españoles”, se defendió Rajoy para insistir en que “siempre que alguien toma una decisión debe tener el nivel máximo de información posible. Tengo que saber exactamente de qué estamos hablando”. El presidente del ejecutivo quiso enfriar la posibilidad de que España e Italia puedan pedir un rescate simultáneo y, en defensa de la economía española -a pesar de que soporte una prima de riesgo superior en 80 puntos a la italiana- Rajoy recordó que Italia tiene un ratio de deuda sobre PIB del 120% frente un nivel “que no llega al 80% en España”.

Draghi dejó claro que no comprará deuda a menos que haya una petición previa de rescate, pero no llegó a concretar de qué manera contribuirá el BCE a las fórmulas de ayuda que pondrá en marcha el FEEF. “Los diversos comités analizarán las medidas de políticas no estándar y después decidiremos qué hacer. Daremos detalles sobre la guía a seguir en las próximas semanas. No es necesario ser más específico”, avanzó Draghi el jueves. Y entre las incertidumbres aún pendientes aparecen aspectos clave, como cuál va a ser la postura definitiva del Bundesbank hacia la compra de deuda, a la que siempre se ha mostrado reticente, o si hay alguna opción para que el MEDE, el fondo de rescate permanente que tomará el relevo del FEEF, tenga una ficha bancaria que le dé acceso a la liquidez ilimitada del BCE, una posibilidad que Draghi volvió a enfriar en su mensaje del jueves. “¿Cuál va a ser el procedimiento, el del MEDE que no existe?”, se preguntó ayer Rajoy, en referencia al retraso en la entrada en vigor de este mecanismo, prevista para el mes de julio y pendiente ahora de que el Tribunal Constitucional alemán le dé su visto bueno en septiembre.

Frente a la escasez de argumentos con que replicó el jueves a la advertencia del BCE, Rajoy ya había preparado el viernes un discurso para poner en positivo el mensaje del Banco Central Europeo. Volvió a destacar la voluntad de la institución de adoptar medidas extraordinarias y de comprar deuda (aunque lo haga en el marco de la petición de un rescate). “Antes no había escuchado nada de eso, ni yo ni nadie”. Pero sobre todo insistió en denunciar la brecha “inaceptable” entre los países del euro que se financian a coste cero, aunque no citara expresamente a Alemania, y los que lo hacen al 6% ó 7%, como España. “Si queremos hablar de un proyecto político para el euro, Europa no puede aceptar unas diferencias en el coste de financiación de ese calibre. Eso no pasa en ningún área monetaria del mundo”.

El balance de los primeros meses de Gobierno del Partido Popular deja una batería de reformas de una intensidad sin precedentes y el anuncio del mayor ajuste del gasto público de la democracia, con un estricto plan que deberá propiciar un ahorro que ayer cifró en 102.000 millones de euros en el plazo de dos años y medio, según un documento enviado por el Ejecutivo a Bruselas. Ver más información en página 8.

Aun así, España está muy lejos de haber recobrado la confianza de los inversores y el avance de la prima de riesgo se intensificó incluso después de que se firmara la concesión del rescate europeo para la banca española, por hasta 100.000 millones de euros. La prima de riesgo se relajó con fuerza en viernes, a 542,4 puntos básicos, un nivel en cualquier caso excesivo. Y ante el crudo panorama que los inversores siguen dibujando para España, Rajoy argumentó que su Gobierno está haciendo los deberes con su compromiso con el cumplimiento de los objetivos de déficit y las reformas estructurales, para apuntar de paso que el conjunto de la Unión Europea también debe abordar la solución al problema de fondo que atenaza a la zona: el impulso de las reformas que den certidumbre al futuro del euro. “Nadie puede decir que el Gobierno no ha gobernado, y en circunstancias muy difíciles”, se defendió Rajoy, para añadir que es vital que “la UE deje de generar dudas sobre el euro”. Pero en la retina de los inversores queda el retraso de la presentación de los presupuestos de este año o la rebeldía de algunas comunidades autónomas para abordar los recortes con los que ajustarse a las cifras de déficit público. “Me responsabilizo ante Europa y el mundo”, afirmó Rajoy a propósito del ajuste autonómico pendiente.

La tarea de recobrar la confianza de los inversores para un “país serio y cumplidor”, según apuntó el presidente del Ejecutivo, “es muy grande, pero no imposible”. Por el momento, y con la prima de riesgo el viernes más lejos de la zona de alerta máxima, el gobierno apuesta por intentar ganar tiempo antes de un nuevo rescate. El calendario de subastas le da un breve margen hasta el 6 de septiembre, cuando se celebra la siguiente emisión a largo plazo, ya que las dos de finales de agosto son a corto plazo. Pero el BCE ya ha marcado la hoja de ruta para los países que no superen sus dificultades. El rescate es la fórmula para rebajar el coste de financiación y España tendrá que pagar el año que viene 8.000 millones de más de coste de la deuda por el alza de la prima de riesgo, avanzó ayer el presidente.

“El que pueda, feliz verano”, se despidió de la prensa con resignación Mariano Rajoy.

 

Fuente: CincoDías.com

 

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