Cuentas millonarias, posesión de obras de arte y manejo fraudulento de cuentas en el “banco vaticano” del padre Nuncio Scarano, quien fuera contador del Vaticano y conocido como “monseñor 500″, quedaron al descubierto este martes gracias a una intervención de la Guardia de Finanza italiana.
Militares del Núcleo Policía Tributaria de Salerno (centro-sur de Italia) comunicaron el arresto domiciliario contra Scarano y otro sacerdote de nombre Luigi Noli, además de la prohibición de ejercitar la profesión al notario Bruno Frauenfelder.
Esto como parte de una investigación de amplio espectro que involucra a un total de 52 sujetos investigados a los cuales se les imputan delitos de lavado de dinero y declaración falsa en acto público.
Contra los clérigos y el notario pesan acusaciones vinculadas a depósitos de sumas ilícitas por millones de euros en cuentas corrientes abiertas en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como “banca vaticana”.
Esas cuentas fueron empleadas en el territorio salernitano para la compra de bienes y establecimiento de empresas fantasma.
La Guardia de Finanza incautó a Scarano dos lujosos departamentos, una cochera así como dos cuentas abiertas en el banco Unicredit de Roma, una a nombre del clérigo y otra a la empresa Nuen SRL, cuyo principal accionista era el mismo sacerdote.
Asimismo por primera vez en la historia, las autoridades del Vaticano colaboraron permitiendo tener el saldo en las posiciones del clérigo en el IOR (una cuenta corriente y 10 subcuentas) por un importe de dos millones 232 mil euros (unos tres millones de dólares).
Hasta mayo pasado Scarano trabajaba como contador en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica del Vaticano y tenía por sobrenombre “monseñor 500″ por la cantidad de billetes de esa denominación en euros que tenía cotidianamente.
En junio el clérigo fue arrestado en el ámbito de otra investigación, conducida por la Procuraduría de Roma, por el fallido intento de ingresar ilegalmente a Italia una suma en efectivo de 20 millones de euros (unos 27 millones de dólares).
Para concretar aquella maniobra el sacerdote había contactado a un exespía y a un corredor de bolsa. Aunque la operación nunca se concretó, los tres fueron arrestados.
El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ratificó este martes la disponibilidad del Vaticano para colaborar en las pesquisas de la Procuraduría de Salerno y aseguró que mucha de la información que sirvió para los arrestos fue entregada por las autoridades pontificias.
Recordó que en julio de 2013 los funcionarios vaticanos habían congelado todas las cuentas a nombre de Scarano existentes en el IOR y transfirieron los datos disponibles a los investigadores italianos. “Tuvieron una abundante información desde hace tiempo, como ellos lo solicitaron.
El proceder de las investigaciones se debe también a esta colaboración que se ha establecido, un resultado de la transparencia (de la Sede Apostólica)”, precisó.
La reconstrucción de la Guardia de Finanza inició prácticamente por casualidad luego que Scarano denunciase a la policía un robo sufrido entre el 26 y el 29 de enero de 2013 en su casa de Salerno.
En su declaración el sacerdote denunció la desaparición de objetos de lujo por un valor estimado de varios millones de euros. Esa situación levantó la sospecha de los uniformados que en poco tiempo comprobaron la desproporción entre el precio de esos objetos y el rédito del denunciante.
Nuevas investigaciones sacaron a la luz las varias cuentas de Scarano en el IOR, de una de las cuales se extrajo la cantidad de 588 mil 248 euros (unos 797 mil 400 dólares) utilizada posteriormente para pagar un crédito de forma “anómala y disimulatoria”.
El crédito estaba a nombre de una empresa inmobiliaria de Salerno en la cual Scarano era miembro. Para justificar los recursos usados en ese pago se inventaron supuestas donaciones de unos 50 sujetos “para actividades caritativas”.
Todo el dinero utilizado por “monseñor 500″ para sus operaciones, estimado en cinco millones de euros, provenía de los componentes de una acaudalada familia de armadores náuticos de apellido D Amico y era operado incluso a través de empresas “off shore” ubicadas en paraísos fiscales.
Esa suma, aparentemente destinada a finalidades asistenciales o benéficas, fue utilizada para inversiones inmobiliarias y conformación de empresas.
Fuentte: Notimex