De no detenerse, la violencia será mayor en el sexenio de Enrique Peña Nieto que en el de su antecesor Felipe Calderón, el panista que sacó a soldados y marinos a las calles al declararle la guerra al narcotráfico. Los funestos resultados están a la vista: más de 208 mil muertes en los últimos diez años, sostiene la investigadora Molly Molloy, investigadora de la Universidad Estatal de Nuevo México, y pone un ejemplo contundente: esa cifra supera las muertes violentas ocurridas en Colombia durante 52 años.
Por Jorge Carrasco Araizaga/ Proceso
El gobierno de Enrique Peña Nieto se acerca a los peores niveles de violencia de su antecesor. La guerra declarada por Felipe Calderón y mantenida por la administración del PRI ha dejado ya casi un cuarto de millón de víctimas, entre muertos y desaparecidos, de acuerdo con estimaciones estadunidenses.
La cifra comprende el periodo 2007-2016 y supera a las muertes ocurridas durante los 52 años de guerra entre las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el ejército de ese país, dice Molly Molloy, investigadora de la Universidad Estatal de Nuevo México.
Desde que Calderón declaró la “guerra a las drogas” y ordenó a los soldados y marinos salir a las calles para combatir a los narcotraficantes, Molloy ha hecho un seguimiento puntual de las cifras oficiales, lo que la lleva a asegurar que México padece una violencia similar a la de los países donde hay guerra civil.
De acuerdo con las estimaciones de Molloy, en el sexenio de Caderón hubo 121 mil 613 homicidios dolosos. En los cuatro años de Peña, según las cifras de la investigadora, van 86 mil 530; es decir, 208 mil 143. El promedio anual de Peña Nieto en esa medición resulta ligeramente superior al de Calderón.
Latinoamericanista de formación, Molloy trabaja en la Biblioteca de la Universidad Estatal de Nuevo México, en el campus Las Cruces, a sólo 120 kilómetros de Ciudad Juárez, que en el gobierno de Calderón llegó a ser la ciudad más violenta del mundo por la disputa entre los cárteles de Juárez y de Sinaloa, convertida en el epicentro de la violencia en ese sexenio.
Molloy trabaja con las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Desde marzo de 2014, el Secretariado Ejecutivo del SNSP da a conocer mensualmente la incidencia delictiva en el país a partir de las averiguaciones previas del Ministerio Público, desagregando los homicidios culposos y dolosos.
El Inegi integra la información de oficinas de registros civiles, agencias del Ministerio Público y servicios médicos forenses del país. En el caso de éstos, obtiene cifras de los certificados de defunción de muertes accidentales y violentas, mientras que de las oficinas del Registro Civil los datos que obtiene son respecto a los homicidios, en tanto que el Ministerio Público proporciona información sobre las averiguaciones previas iniciadas también por homicidios.
“Uso las cifras del Inegi tanto como sea posible, aunque éstas generalmente se dan a conocer después de algunos meses. En este caso, para calcular las víctimas de ‘la guerra a las drogas’ utilizo las cifras desde el 2007 hasta las que se dieron a conocer en julio del año pasado. Y para las estimaciones de este año, uso las estadísticas del SNSP”, explica por escrito a Proceso.
El SNSP y el Inegi contabilizan de manera distinta los homicidios. El Inegi usa la causa de muerte que obtiene de los certificados firmados por los empleados de las morgues, mientras que el SNSP parte de los datos de las investigaciones que se abren por homicidio en todas las fiscalías del país.
A diciembre de 2016, tomando en cuenta los datos divulgados en enero pasado por el SNSP y los del Inegi sobre el periodo 2007-2015, Molloy estima en 208 mil 143 los homicidios y en 25 mil los desaparecidos; es decir, 233 mil 143 personas asesinadas o desaparecidas en México desde que Calderón declaró la “guerra a las drogas”.
Esas cifras indican que el conteo diario de homicidios desde 2007 a diciembre del año pasado es de 57 por cada 100 mil habitantes. Esos niveles de violencia son similares a los de lugares con guerras civiles. Molloy cita el caso de Colombia, en donde 52 años de guerra entre el ejército y las FARC dejaron 220 mil muertos.
Fuente: Proceso
1 Comment
Como lo menciono el General Cienfuegos, involucrar al ejercito sin conocimiento del enemigo, ni estrategias, trae como consecuencias una fallida guerra contra la delincuencia, resultado desde el Periodo de Calderón quien ordeno involucrar a las fuerzas armadas, cuya preparación es diferente a la Policía, trajo como consecuencia mas de 208 mil mexicanos muertos, narcotraficantes y ciudadanos inocentes,este grave error debe ser denunciado ante los organismos Mundiales como lesa humanidad, de ambos mandatarios,
y en mi opinión antes de que la cifra de muertos aumente, se requiera el regreso paulatino de las fuerzas armadas a los cuarteles, la inmediata suspensión del Presidente Actual en virtud de que no ha logrado controlar el problema del narcotraficante cuyas actividades fueron respaldadas por ex-gobernadores prófugos de la Justicia, el excesivo aumento de la Corrupción Política, LA SOCIEDAD EXIGE LA INMEDIATA RENUNCIA DEL MANDATARIO ES NECESARIO DETENER LA MASACRE DE FAMILIAS ENTERAS.