Los senadores que redactan un proyecto de ley integral de inmigración esperan terminar su trabajo esta semana, con lo que seguramente arrancará un estridente debate público sobre las medidas para asegurar las fronteras estadounidenses, permitir que decenas de miles de trabajadores extranjeros ingresen al país y otorgar la ciudadanía a unos 11 millones de personas sin residencia legal.
Los negociadores ya están advirtiendo que habrá muchos choques por delante, pues se trata de un problema que ha desafiado una solución durante años.
El Senado alcanzó un acuerdo migratorio en 2007, pero se vino abajo en medio de disputas de intereses de grupo y una reacción negativa de la ciudadanía.
“Habrá mucho descontento con esta propuesta, porque nadie tendrá lo que quería”, afirmó el domingo el senador republicano John McCain. “Hay posiciones muy encontradas en ambos lados de este asunto”, agregó el líder de los ocho senadores que negocian una iniciativa de legislación.
“Hay un largo camino por recorrer”, dijo a su vez el senador demócrata Chuck Schumer. “Hay gente, en ambos frentes, que se muestra en contra de esta iniciativa y que podrá atacarla”. McCain y Schumer hablaron el domingo durante el programa “Face the Nation” de la cadena CBS.
Schumer, McCain y los otros integrantes de la llamada “Banda de los Ocho” incumplieron ya un plazo que venció en marzo y que ellos mismos se habían fijado para tener lista su propuesta. Sin embargo, Schumer confió en que esta semana esté listo el acuerdo bipartidista.
“Todos nosotros hemos dicho que no habrá acuerdo hasta que los ocho hayamos acordado un proyecto de ley amplio y específico, pero espero que podamos tenerlo concluido para fines de la semana”, dijo el demócrata. “Eso es lo que estamos camino de hacer”.
Schumer, McCain y otros negociadores están tratando de evitar los errores del pasado.
Un esmerado acuerdo alcanzado la semana pasada pudo unir a dos enemigos tradicionales: la Cámara de Comercio de Estados Unidos (empresarial) y la AFL-CIO (sindical), en un acuerdo sobre un nuevo programa de trabajadores de baja cualificación.
La propuesta permitiría que más de 200.000 trabajadores al año ingresen al país para cubrir puestos de trabajo en la construcción, hotelería, residencias de ancianos y otras áreas donde los empresarios dicen que tienen dificultades para contratar a los estadounidenses.
Los negociadores también se han comprometido a agilizar el paso del proyecto a través de la Comisión de Justicia y luego al pleno del Senado para su debate.
Un acuerdo migratorio es una de las principales prioridades del segundo periodo de gobierno del presidente Barack Obama. Su asesor Dan Pfeiffer dijo el domingo que el proyecto de ley que elabora el Senado es totalmente congruente con el enfoque del mandatario, aunque el plan de la cámara alta vincularía la seguridad fronteriza con la opción a la ciudadanía en una forma que funcionarios del gobierno han criticado.
Pfeiffer no respondió directamente cuando se le preguntó en el programa “Fox News Sunday” si Obama decretaría una legislación en que la opción a la ciudadanía dependa primero de garantizar la seguridad fronteriza, como están haciendo los negociadores en el Senado, pero sí insinuó que el presidente apoya el plan de la cámara alta.
“Lo que la Banda de los Ocho (senadores) ha examinado y conversado en su propuesta es ciento% congruente con lo que está haciendo el presidente, así que nos parece muy bien”, dijo Pfeiffer. “Y la están examinando con el enfoque correcto”.
Obama ha hecho hincapié en que la opción para obtener la ciudadanía no debe afrontar obstáculos importantes.
La secretaria de Seguridad Nacional de Obama, Janet Napolitano, ha rechazado el argumento de que la seguridad fronteriza deba alcanzarse antes de que pueda lograrse un paquete amplio de reforma de inmigración o cualquier camino para que las personas logren el estatus de residente legal.
Fuente: AP