Con excepción de 33 municipios fronterizos, en el territorio nacional se habrán atrasado una hora los relojes en fenecer el llamado Horario de Verano en México. Sin embargo, la frontera de Ciudad Juárez y el Paso mantendrá el mismo horario una semana más, por lo que habrá un desfase de una hora con Chihuahua capital y el resto del estado durante este lapso de ocho días.
Mantener el mismo horario que en el Paso, Texas tiene la intención de facilitar las actividades cotidianas de los residentes fronterizos, que cruzar de un lado a otro de la frontera diariamente por motivos laborales o escolares. Y lo mismo pasará en otros 33 municipios de la frontera norte del país.
El horario de verano en México ha culminado a las 2 horas de este domingo 27 de octubre, pero aquí en Ciudad Juárez se atrasará una hora el reloj hasta el próximo domingo, cuando se lleva a cabo en cambio de horario en los Estados Unidos.
Según la Secretaría de Energía (Sener), la aplicación del Horario de Verano deja un ahorro de mil 635 millones de pesos y evitó la emisión a la atmósfera de 560 mil toneladas de bióxido de carbono, principal causante del efecto invernadero.
Y a decir del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), la contribución del Cambio de Horario de Verano este año se estima en 1244 Gigawatts-hora (GWh). Esta cifra es equivalente al consumo de 704 mil casas habitación durante un año, considerando 289 Kilowatts-hora bimestrales de consumo promedio por hogar.
El Horario de Verano en México se aplicó a escala nacional por vez primera el 7 de abril de 1996. En Baja California, el programa ya se aplicaba desde 1942 y en la península de Yucatán desde 1981. A nivel mundial su primera implementación se hizo en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, y actualmente se aplica en más de 80 países.
El Nacional de Neurología y Neurocirugía advierte que el cuerpo humano tarda hasta 72 horas en adaptarse a los cambios de horario, y hasta una semana en casos de sensibilidad extrema.
El especialista de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM, Humberto Medina Chávez, considera que los cambios de horario, ya sea de verano o de invierno, generan más afecciones en el ánimo que en el cuerpo.
Sostiene incluso que si bien pudieran presentarse alteraciones fisiológicas a causa de la modificación del horario, este proceso de adaptación varía de acuerdo al individuo y puede durar alrededor de dos a cinco días en promedio.
Entre los grupos más afectados están los niños y los mayores de edad, quienes presentan un mayor número de alteraciones en el sueño. En el caso de los lactantes dijo que estos pueden presentar variaciones en su alimentación y los niños mayores pueden tener dificultades para dormir e incluso despertarse; mientras que los mayores de 50 son los que más pueden tardar en adaptarse a este cambio.
”Normalmente no existen cambios considerables en el rendimiento de las personas, pero en algunos casos, las modificaciones en los horarios de sueño pueden generar alteraciones como insomnio, irritabilidad, somnolencia, y en ocasiones bajo rendimiento laboral”, concluye el especialista.
Con información de El Diario y Notimex