Pese a los amagos del PAN, el proyecto financiero que presentará esta semana el presidente es uno de los acuerdos del Pacto por México
En los últimos cinco años solo una de cada diez pequeñas y medianas empresas mexicanas obtuvo un crédito bancario a largo plazo, según datos de la última Encuesta Nacional de Competitividad (Enafin). Los pequeños empresarios recurren para financiarse a sus proveedores, intermediarios financieros o incluso a amigos antes que al banco. El Gobierno de Enrique Peña Nieto quiere abrir de una vez el grifo del crédito mexicano a las empresas, para lo que esta semana presentará una iniciativa de reforma bancaria.
El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, anunció este sábado en Washington (EE UU) tras la cumbre del Fondo Monetario Internacionales (FMI) y el Banco Mundial (BM) que el camino de las reformas emprendido por la actual administración se para ahora ante el sector financiero. Por lo pronto, el proyecto de la nueva administración priísta recibió en la capital estadounidense el respaldo de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, que dijo estar “impresionada por la determinación” del presidente.
A la espera de conocer los detalles del proyecto financiero, incluido dentro del Pacto por México acordado entre los principales partidos, Videgaray avanzó que el objetivo último es que la banca “preste más y más barato”, sobre todo a las pymes, ya que pese a generar tres de cada cuatro empleos en el país “son las que menos acceso tienen a los créditos porque cuesta mucho trabajo conseguirlos y, cuando lo hacen, son caros”.
El crédito bancario al sector privado mexicano es de un 26% del Producto Interior Bruto (PIB), según datos de la Secretaría de hacienda y Crédito Pública, mientras que en Brasil es superior al 50%. El presidente de la Asociación de Bancos de México Jaime Ruiz Sacristán dijo esta semana en entrevista con la agencia de noticias Notimex que en los próximos cinco años la banca mexicana podría llegar al 50% de penetración del crédito si las “cosas se mantienen económicamente estables”.
Los bancos dificultan el acceso al crédito de las pymes principalmente por miedo. Las pequeñas empresas son más vulnerables a la coyuntura macroeconómica que una gran compañía y el riesgo de un impago es mayor. Tampoco ayuda la ineficiencia de las garantías del Gobierno para que el banco recupere el dinero en caso de que una empresa endeudada quiebre. El pasado mes de marzo, el propio Videgaray dijo que el Gobierno trabajaba en la iniciativa para establecer, entre otras cosas, un mecanismo de garantías.
Pese a los retos, la banca mexicana es una banca sólida, con índices de morosidad y de capitalización estables. Esta semana, coincidiendo con la presentación de la reforma, se celebrará en Acapulco (Estado de Guerrero) la Convención Bancaria 2013.
Fuente: El País