El tráfico de órganos, negocio de cárteles, políticos y médicos

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Los migrantes, principales víctimas de este crimen perfecto, adviert el sacerdote Alejandro Solalinde. Cuando expuse el caso al secretario de Gobernación, lo único que ofreció fue dinero, afirma

Por Sanjuana Martínez

En una reciente gira por Estados Unidos, el sacerdote Alejandro Solalinde fue informado por agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) sobre una red de tráfico de órganos que opera en México y cuyas víctimas son migrantes: Me fueron enseñando las fotos y se veía impresionante. Eran cadáveres de jóvenes con el pecho abierto o con los boquetes en los cuerpos donde les extrajeron los órganos y luego los botaron.

Horrorizado e indignado al mismo tiempo, el sacerdote que dirige el albergue Hermanos en el Camino en Ixtepec, Oaxaca, quiso saber más:Todos eran migrantes, seres humanos de repuesto. Es como perderse en el vacío, en un hoyo negro donde nunca se sabrá la lista de los que están asesinando. Es el crimen perfecto, dice en entrevista con La Jornada.

De inmediato empezó a investigar los entresijos de esta red de tráfico de órganos integrada, dice, por cártelesde la droga, como Los Zetas, que han incursionado en este nuevo negocioen connivencia con políticos y funcionarios, particularmente del sector salud.

“Es muy difícil que el sector salud se abstraiga a las exigencias y al imperio del narcotráfico en la frontera, porque si los policías se rinden a este tipo de cárteles que trafican con droga, con mayor razón un sector tan indefenso, tan vulnerable como el de salud. ¿Cómo poder saber quiénes son los políticos y los funcionarios de alto nivel que están implicados en el tráfico de órganos?

–¿Los hay?

–Claro, no se puede justificar que alguien no lo sepa. Existen clínicas particulares fronterizas en cuyos quirófanos se realizan estas extracciones. Tienen crematorios asociados y allí desaparece el resto de los cuerpos, el desecho, ni siquiera podemos tener la esperanza del ADN para saber quiénes murieron allí. A esta gente no le interesa llevar un registro de las víctimas, no tienen las identidades de las personas que asesinaron. No dejan rastro de nada. Lo único que les interesa saber es si los migrantes están sanos.

La deshumanización

Alejandro Solalinde asegura que el precio en el mercado negro por un órgano puede rondar hasta los 150 mil dólares y afirma que se comercializa todo: córneas, corazón, riñones, higado, pulmón y la piel.

–¿La piel también?

–Las personas del FBI con las que hablé me comentaron que también la piel se vende. En ese momento me quise imaginar cómo esa persona experta en retirar la piel, en minutos, la iba enrollando para después venderla. Yo me quede impactado de las historias que escuché en California.

–¿Cuáles son los últimos informes que tiene sobre el tráfico de órganos en la frontera mexicana?

–Que este negocio sigue operando en varios puntos de la frontera. Es un asunto tan secreto que yo me he enterado de esto en California, en unos anfiteatros donde se hicieron demostraciones de lo que está pasando. Aquí nadie quiere hacer una investigación, un negocio de farmacias, laboratorios trasnacionales y clínicas que tienen que ver con todo el tráfico de órganos.

–¿Y quiénes son los médicos que se prestan para extraer órganos de migrantes y venderlos en el mercado negro?

–Todo está hecho para el mercado; está la demanda y la oferta. En los hospitales del sector salud reciben listas internacionales de demanda de órganos. Estados Unidos, por supuesto que demanda órganos. Ellos están enterados de la cantidad. Si la Organización de las Naciones Unidas dice que de toda la demanda de órganos que hay sólo está cubierto 10 por ciento. Hay un déficit enorme de órganos. Diez o 15 mil personas mueren al año por no tener un trasplante. Sabríamos más si se investigara.

–¿Y sólo el FBI investiga?

–Sí. En México podemos perder las esperanzas, aquí no habrá nada, la única respuesta del gobierno es eso no existe. O si hay algo, dirán que el padre Solalinde lo pruebe, como si yo fuera la Procuraduría General de la República. El único que puede hacer algo es el gobierno de Estados Unidos.

–El gobierno mexicano, ¿no actúa por complicidad?

–Obviamente. Complicidad del sector salud y de otras autoridades, claro que sí. El tráfico irá aumentando, a la par que se incremente la demanda de órganos. Dudo mucho que esto pare, a menos que Estados Unidos lo exija y publique lo que está pasando, de tal manera que el gobierno mexicano no lo pueda negar.

–¿Y qué significa este mercado negro?

–Un grado inédito en la historia de México, el mayor fondo de deshumanización. Esta es una consecuencia del sistema neoliberal capitalista que todo lo pone en el mercado, donde también los órganos se cotizan sin importar de dónde vengan. Este mercado es despiadado porque simplemente sabe de cotizaciones, pero no de ética, no le importa, porque el comprador paga el precio que sea, allí está la demanda. Es lo peor, es lo más extremo de la deshumanización; para que esto se dé se necesita quien lo produzca, lo venda y lo compre, hay un vacío de Dios, vacío de ética, moral y humanidad.

Negocio de cárteles

El sacerdote explica que además de Baja California y California, el tráfico de órganos se da en Tamaulipas, Coahuila y Veracruz así como en toda la ruta migrante de estados gobernados por el PRI.

–¿Quién investigará?

–Ningún gobernador del PRI la va a hacer. Es como pedirle, por ejemplo, a Veracruz que investigue o a Enrique Peña Nieto que es del PRI, el mismo partido donde se ha construido toda la ruta de secuestros, toda la ruta forense del migrante, son regímenes priístas de muerte. Ellos jamás van a investigar esto, si no decretan una alerta de género, menos van a investigar sobre lo que le pasa a los migrantes. Sencillamente dicen lo mismo: Ellos, ni de aquí son.

–¿Por qué los migrantes?

–Los migrantes son una mercancía, un laboratorio mundial de lo que se puede hacer con el ser humano. Dudo mucho que los migrantes de otras partes del planeta estén llegando a ser presa de esta comercialización tan brutal como aquí en México, donde tenemos 10 mil desaparecidos. Hay varias cuentas, el Movimiento Migrante Mesoamericano estima que hay cerca de 70 mil migrantes desaparecidos.

–¿Y cuál es el cártel hegemónico que opera el tráfico de órganos?

–Son Los Zetas, y también fueron ellos los que enseñaron a Los caballeros templarios. Pero también están implicados otros cárteles. El FBI dice que hay otros cárteles.

Añade: “Por ejemplo, Laredo sigue siendo de Los Zetas, el resto está disputado por el cártel del Golfo. ¿Puede haber ética para decir que siLos Zetas traficaban órganos ellos no? ¿Pueden despreciar un negocio que es superior a la misma droga? Yo no digo que se vendan igual órganos que droga; se vende más droga que órganos, pero en un momento dado deja más ganancias el tráfico de órganos que la misma trata y secuestro de personas”.

Los cómplices

–¿Y cómo funciona la contratación de médicos?

–Hay médicos que son parte de esta red, pero en la frontera también hay médicos que han desaparecido, y eso los familiares lo pueden confirmar. Y médicos que seguramente han estado en eso o se resistieron y los han asesinado o desaparecido.

–Los tiempos para extracción y trasplante son importantes…

–El tiempo de la extracción sí es rápido, pero el tiempo de espera para trasplante varía. Ellos ya tienen listas previas. El FBI tiene las listas del mercado negro de órganos para Europa y Estados Unidos, pero lo hacen aquí en la frontera porque allí mismo hacen los trasplantes. Es algo tremendo. Una vez nos contaron de un migrante que sobrevivió a una extracción de órganos. Esto no es tan lejano como uno piensa.

–Pero tampoco es tan común que dejen los cuerpos con el boquete…

–Exacto. No es común que a una persona le saquen un órgano y la tiren, eso no es lo que el FBI certificó, aunque es más común que no quede nada. El chiste es que no dejan huella de nada. Lo creman y las cenizas las tiran.

–¿Y quiénes son las potenciales víctimas entre los migrantes?

–Están secuestrando familias para este mercado negro, pero si no pueden, en especial mamá e hijos. Lo que no les interesan son grupos de hombres porque representan más problemas para ellos porque si llegan a escapar les afecta.

–¿Y a los compradores de órganos no les importa esto?

–Puede que lo sospechen, pero ellos no quieren saberlo; lo único que les preocupa es la incompatibilidad, pero aceptado el órgano por el cuerpo, no les importa de quién haya sido o cómo fue su extracción.

–Y apelar a la ética de las personas que están dispuestas a comprar órganos…

–En esta deshumanización, en esa mentalidad capitalista, ellos dirán: es su vida o la mía. No quieren saber. Quien puede investigar esto no lo hace.

–El gobierno, ¿qué ha dicho?

–Nada. La última vez que me entrevisté con Miguel Ángel Osorio Chong yo pensé que le estaba hablando a una persona con corazón y que me estaba entendiendo. Pero después de hablar con él casi una hora en su oficina, al final, al irme a despedir, lo que hizo fue ofrecerme dinero. Yo le dije: yo no hablo de dinero, yo le estoy hablando de derechos humanos, de los migrantes y de mis sugerencias para mejorar el Instituto Nacional de Migración, yo no vine por dinero. Se enojó muchísimo. No harán nada. Poco a poco me he dado cuenta la clase de gobernantes que son, la clase de nuevo PRI que no es más que el dinosaurio de siempre.

Fuente: La Jornada

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