Al menos ocho trabajadores y extrabajadores de House of Cards acusaron al actor Kevin Spacey de agresiones y abusos sexuales durante la producción de la serie, informó la cadena CNN.
A Kevin Spacey le están saliendo las víctimas del armario. El protagonista de House of Cards convirtió el rodaje de una de las series más poderosas de los últimos años en un ambiente “tóxico” en el que se comportó como un “depredador” dado sus continuos abusos y avances sexuales contra miembros masculinos del equipo. Así lo han descrito al menos ocho personas que trabajan o trabajaron en esta serie para el dos veces ganador del Oscar y 11 veces nominado al Emmy, cinco de ellas consecutivas por el personaje de Francis Underwood que dio vida en House of Cards. En declaraciones a la CNN una de las supuestas víctimas declaró que Spacey, 58, le asaltó sexualmente.
Su publicista, Staci Wolfe, y la agencia que lo representa, la poderosa CAA, acaban de cancelar a Spacey como cliente en la política de cero tolerancia que impera estas últimas semanas en Hollywood. El escándalo salió a la luz cuando el actor Anthony Rapp, ahora conocido por su trabajo en la serie Star Trek: Discovery, declaró a la revista BuzzFeedque Spacey le intentó seducir cuando tan solo tenía 14 años. Los nuevos testigos han sacado a la luz lo que aseguran era el comportamiento regular de alguien que gozaba de éxito en su carrera y de poder en su trabajo, productor ejecutivo de la serie candidata a 53 premios Emmy y que transformó Netflix en uno de los grandes de la televisión estadounidense.
Los nuevos testimonios llegan sin nombre, todos hechos a la CNN desde el anonimato por temor a las repercusiones en el lugar de trabajo. Pero no faltan los detalles. Especialmente en el caso de un ayudante de producción, objeto de toqueteos sexuales no consensuales mientras viajaba en el mismo coche con Spacey para traerle al rodaje, en el área de Baltimore (EE UU). “Me dejó en estado de shock. Es un hombre muy poderoso en la serie y yo soy el último en la cadena alimenticia”, detalló. Los avances sexuales continuaron fuera del coche, cuando el asistente le ayudó a llevar las cosas a su camerino. Allí Spacey lo arrinconó sin dejarle salir. “Le hice saber que me sentía incómodo en esa situación”, subrayó la víctima recordando la frustración del actor cuando le dejó marchar.
Tras la confesión de Rapp, Spacey se disculpó públicamente por el posible daño infligido en un incidente que dijo no recordar y que achacó al alcohol. También confesó su homosexualidad, un secreto a voces en Hollywood donde el intérprete fue duramente criticado por escudar la amoralidad de sus supuestas acciones detrás de sus preferencias personales. Según su publicista el ganador del Oscar por American Beauty y Sospechosos habituales está recibiendo ayuda en un centro del que no se han ofrecido más detalles.
Nada más conocerse la noticia de los supuestos avances sexuales de Spacey la producción de House of Cards anunció que la sexta sería la última temporada de la popular serie. También quedó suspendida la producción hasta poder contestar las preocupaciones del equipo de rodaje. “No me cabe la menor duda que este tipo de comportamiento como predador sexual fue su norma y mi experiencia, una más”, citó la misma fuente aludiendo a otros posibles casos que ahora están saliendo a la luz.
Otros miembros del equipo de rodaje han comentado que el abuso y los tocamientos se producían impunemente a la vista de todos. “Todos hablábamos sobre este comportamiento”, indicó a la CNN uno de los operadores de cámara.
En un comunicado, Netflix asegura que fue informada de un incidente hace cinco años que fue resuelto. Sin embargo, asegura que no conoce ningún otro caso aunque seguirá colaborando con sus productores para mantener un ambiente laboral “saludable y respetuoso”. En otro comunicado también señaló que mantiene abierta una línea anónima a la que poder hacer llegar las quejas y poder recibir ayuda psicológica y legal.
Sin embargo, las fuentes citadas por CNN aseguran que era de todos conocido el comportamiento incorrecto de Spacey hacia los compañeros de trabajo masculinos. “Tenía ese juego en el que fingía una pelea para poder tocarles”, recordó una empleada mujer. “O ese saludo en el que cuando les daba la mano, antes de dejarla ir, se la acercaba a sus partes o aprovechaba para tocar las del contrario”, añadió.
Fuente: El País/ CNN