Por Francisco Javier Pizarro Chávez
En plena cúspide de la pandemia del coronavirus, se ha generado un acuerdo diplomático entre el presidente de la República y los gobernadores de las entidades federativas para poner en marcha, la semana próxima el Plan de la “Nueva Normalidad”.
Y digo que es diplomático porque de inicio, el presidente Andrés Manuel López Obrador, subrayó que “este plan es de aplicación voluntaria, por lo que sí alguna entidad decide no acatarlo, no habrá controversias ni peleas, pues está permitido el disenso”.
La Asociación de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN), –entre ellos Javier Corral Jurado– le tomó la palabra de inmediato al mandatario. En la convención de la GOAM que realizaron en días pasados, acordaron que hasta que “los contagios del Covid 19 desciendan y los protocolos sanitarios estén garantizados acatarán la decisión del Consejo de Salubridad General de reabrir actividades de la construcción, minería y fabricación de equipo de transporte”. (Proceso).
En lo que se refiere a nuestra entidad, ciertamente la reactivación de las empresas maquiladoras automotrices en Ciudad Juárez, han sido y sigue siendo un foco letal de la pandemia.
Ciudad Juárez es el municipio de Chihuahua en el que operan 320 maquiladoras que emplean alrededor de 300 mil trabajadores, 30 de las cuales no acataron la cuarentena y siguen funcionando.
La abogada laboral juarense Susana Prieto Terrazas, dio a conocer el viernes pasado que “104 trabajadores de esas maquilas han fallecido de Covid 19, de los cuales 30 laboraban en alguna de las tres plantas de la compañía estadounidense Lear Corporación”.
Agregó que “el contagio masivo se produjo porque la industria de la maquila, principalmente automotriz, aeronáutica y militar, simuló suspender operaciones sólo por tres o cuatro días, pero siguió activa e incluso ofreció a los trabajadores un bono de 500 a mil pesos semanales para laborar durante la cuarentena”. (Fuente: La Jornada).
De hecho, toda la frontera norte está en una encrucijada por dos razones: porque tanto Cd. Juárez, como Tijuana, Mexicali y demás ciudades cercanas a EEUU, tienen una alta tasa de letalidad de la pandemia muy por arriba de las de Iztapalapa y Netzahualcóyotl que se sitúan en los primeros lugares de México.
Por lo que se refiere a la industria de la construcción, la situación está también compleja. Las empresas constructoras son también una fuente importante de empleo e ingresos para el Municipio, pero también de contagio.
A lo anterior hay que agregar que existe un flujo migratorio laboral pero también comercial continuo con el Paso Texas, que es también un foco de contagio de alto riesgo para los “juaritos”.
En este contexto, el gobierno federal y el estatal están en situación sumamente delicada. El primero, evidentemente, está legalmente obligado a cumplir con el acuerdo del Tratado Comercial con Canadá y Estados Unidos que entrara en vigor en julio próximo. No puede romper la cadena productiva con ambas naciones, en especial con nuestros más cercanos vecinos, (EEUU), cuyo presidente está enfocado a reactivar la actividad económica y comercial, pese a ser la nación con la mayor cantidad de contagios y muertes a nivel mundial.
El gobierno de Chihuahua y el federal están entre la espada y la pared, por más que busque deslindarse con el plan de la “nueva normalidad” en este caso, que ni es nuevo ni normal, sino más bien “resbaladizo” y “complejo”, desde mi punto de vista.
Lo calificó de esa manera porque el gobernador Javier Corral y las Secretarías del Trabajo de Chihuahua y del gobierno de la República, no pueden, en principio, decir que no estaban enterado del foco de contagio y letalidad generadas por las empresas maquiladoras.
La abogada juarense en comento le espetó: “gobernador ¿no fuiste a las maquilas?, ¿es que no sabes que la movilidad de Juárez se debe a que el 65 por ciento del trabajo formal está en la maquila y tú la autoridad federal permiten que continúen laborando?
“Si no quieren movilidad, como mencionan en los mensajes televisados, ordena acordonar zonas industriales e impida que las fábricas laboren, con eso salva a nuestra gente; deja de hacerte el chistoso, serás cómplice del genocidio y estas poniendo en riesgo la seguridad de toda la comunidad, pero principalmente la de los pobres”. (La Jornada 8 de mayo)
Obvio que se hizo el “sordo” y “chistoso”, lo que, lejos de ayudarle, le perjudica a él y por supuesto también a las Secretarías del Trabajo de la federación y del Estado.
Por lo pronto, ya los trabajadores de las empresas Resideo Manufacturas, antes Honeywell, rechazaron firmar la carta en la que se les informa “el reinicio prematuro de actividades”, dado “el peligro que significa el volver a las instalaciones a trabajar y exponernos al contagio del coronavirus en plena fase 3 de la pandemia, en una acción totalmente fuera de la Ley”, dijeron en firme.
Espero que el presidente de la República cumpla su palabra “No imponer nada por la fuerza, todo con apego al Derecho”. Veremos y diremos.
