El retorno de Cabal Peniche a Tabasco

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El exbanquero Carlos Efraín Cabal Peniche, financiador de campañas del PRI, está de regreso en la entidad, con nuevos negocios aunque ahora con el gobierno perredista de Arturo Núñez Jiménez.

Apenas el 12 de octubre firmó un convenio con la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesquero (Sedafop) que encabeza el expriista Pedro Jiménez León, así como con el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Tabasco, para desarrollar una variedad orgánica del plátano e impulsar su exportación.

Jiménez León explicó que la finca Las Lilas, propiedad del gobierno y que se utiliza como vivero para producir diversas especies de árboles frutales y maderables, será la base para realizar el proyecto en el que se podrán invertir hasta 200 millones de pesos para desarrollar infraestructura y comercializar el banano tabasqueño.

Cabal Peniche festejó el hecho y destacó la importancia del convenio que, dijo, va en función directa del desarrollo tecnológico para comercializar la producción platanera a nivel internacional.

Además, que el complejo por desarrollarse en Las Lilas podría funcionar como bodega para contenedores, pues la comercialización del plátano hacia otras diversas entidades de la República y al extranjero va en aumento.

En junio de 2011, después de una larga ausencia de Tabasco, Cabal Peniche había reaparecido en el municipio de Nacajuca, del brazo del entonces gobernador priista Andrés Granier Melo, para anunciar millonarias inversiones en la entidad que nunca se dieron.

Cabal y Granier develaron una placa conmemorativa para la construcción del Cine Plaza Nacajuca, el primer gran proyecto en su tipo que el Grupo San Carlos emprendía en la entidad con inversión de 30 millones de pesos, y que constaría de un conjunto de salas cinematográficas, salón para eventos sociales, una tienda de conveniencia, locales comerciales y estacionamiento.

Todo se desarrollaría en 5 mil 400 metros cuadrados y generaría más de cien empleos permanentes y más de 150 temporales.

“Gracias al Grupo San Carlos por ayudar al progreso de los nacajuquenses”, expresó Granier ante un sonriente Cabal Peniche que salió huyendo de México en 1994, acusado por la Secretaría de Hacienda de millonarios fraudes en el Grupo Cremi-Unión, los que luego de un largo y costoso proceso judicial de más de 15 años, quedarían en la impunidad.

Acompañado de su familia, Cabal Peniche anunció ahí mismo que estaba “listo” para rescatar la abandonada plaza de toros de Villahermosa, y construir plazas comerciales en los municipios de Macuspana, Balancán, Emiliano Zapata y en el puerto de Frontera, Centla.

El magnate dijo que la inversión en Nacajuca era el inicio para construir en Tabasco salas de cines, plazas comerciales y hasta recicladoras de basura por un monto superior a los 600 millones de pesos.

Todo fue saliva, engaño. Cabal Peniche no cumplió ni invirtió un peso.

En septiembre de 1994, dos meses antes de las elecciones del 20 de noviembre para la gubernatura de Tabasco, la SHCP anunció que el presidente del Grupo Cremi-Unión, Carlos Efraín Cabal Peniche, había cometido fraudes multimillonarios y que el Banco Unión sería intervenido.

El entonces banquero se dio a la fuga y posteriormente fue detenido y encarcelado en Australia.

En su edición número de 91 del 31 de mayo de 1999, la revista Milenio Semanal publicó una entrevista exclusiva con Cabal Peniche mediante un cuestionario que se le hizo llegar a través de sus abogados y que contestó desde su prisión de Port Philip de Melbourne, Australia.

En la entrevista, Cabal confesó que aportó 15 millones de dólares para la campaña presidencial de Luis Donaldo Colosio y luego 5 millones más para la de Ernesto Zedillo y otros 5 millones para la de Roberto Madrazo rumbo a la gubernatura de Tabasco.
Sin embargo, Madrazo Pintado negó todo.

Luego de la fuga del mecenas de su campaña, el candidato del PRI al gobierno de Tabasco anunció que se iría de vacaciones una semana al Distrito Federal.

Al retornar, Madrazo negó todo vínculo con Cabal, rechazó que estuviera apoyando su campaña y que la casa que ocupaba como cuartel de campaña fuera propiedad del prófugo banquero.

Sin embargo, el 12 de septiembre de 1994, el Comité Directivo Estatal del PRI extendió el cheque 95481 –por 99 mil pesos– a nombre de la empresa Transportación Sureste Multimodal SA de CV, por concepto de “pago de renta correspondiente a seis meses del 15 de abril al 15 de septiembre de 1994, oficinas de casa de campaña ubicadas en Plutarco Elías Calles 515”, de acuerdo con la póliza del referido cheque.

El documento revelaba que el PRI había rentado la residencia de Cabal desde abril, dos meses antes de que Madrazo fuera destapado candidato a la gubernatura.

Incluso, recibos del mes de junio de 1994, de Teléfonos de México y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a nombre de la sociedad mercantil Inmobiliaria Cabal, confirmaban la identidad del propietario del inmueble.

Inmobiliaria Cabal SA de CV estaba conformada por Carlos Efraín de Jesús Cabal Peniche, Carlos Cabal Mérito (padre), Luis Cabal Mérito (tío), María del Carmen Mézquita Ochoa (secretaria) y Luis Campillo Ortiz, según la escritura pública 2265 del 18 de marzo de 1988.

Para evitar ser vinculado con Cabal, Madrazo ordenó que el contrato de arrendamiento se hiciera a nombre de Transportación Sureste Multimodal –también empresa del banquero– y no de Inmobiliaria Cabal.

De los 237 millones de pesos derrochados por Roberto Madrazo en su campaña por la gubernatura en 1994, más de 80 millones fueron manejados por siete de sus más cercanos colaboradores, entre ellos Pedro Jiménez León, quien en esa época era el dirigente estatal del PRI.

De acuerdo con las “cajas de la infamia” que Andrés Manuel López Obrador hizo públicas en junio 1995 –que contenían toda la documentación original de los gastos de campaña del PRI–, Pedro Jiménez León dispuso de 53 millones 841 mil pesos del PRI para comprar a líderes opositores.

Gran parte de esos recursos fueron aportados por Cabal y manejados por Jiménez León, quien ahora como titular de la Sedafop rescata al exbanquero para hacer negocios en el gobierno perredista de Arturo Núñez, partido al que, aliados con Roberto Madrazo, combatieron en 1994.

Fuente: Proceso

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