Por Pablo Pardo
Podemos ya es ‘Marca España’. En apenas cinco días, ese partido se convertido en lo más conocido de España fuera de sus fronteras, con la excepción del Real Madrid, el Barcelona y la ‘Roja’ (Zara podría situarse en el mismo grupo, pero muchos no saben que es española). Desde luego, no era eso lo que tenía en mente el Gobierno de Mariano Rajoy cuando, hace dos años, lanzó ese plan de promoción de la imagen de España en el extranjero. Cosas de la combinación de la crisis interminable y de las elecciones europeas.
El terremoto de Podemos podría convertirse en una verdadera reforma en España, titulaba David Gardner, el jefe de la sección de Internacional de Financial Times en un blog de ese diario el martes, justo el mismo día en el que The Guardian salía con “Podemos espera consolidar el auge de la política ciudadana en Estaña tras las elecciones”. “¿Puede el nuevo partido de España expandir su éxito en las elecciones europeas?”, se preguntaba The Wall Street Journal el lunes, tras las elecciones. ‘Los indignados españoles’ es el antetítulo del artículo del número de esta semana de la revista The Economist titulado ‘La marcha de Rubalcaba’. The New York Times no reaccionó hasta ayer, con el artículo “El partido al alza en España dijo que podría, y lo hizo. Ahora viene lo difícil”.
Los titulares de muchas de esas noticias no dejan lugar a dudas acerca de los contenidos: ¿es Podemos un fenómeno transitorio o va a durar? Eso es algo a lo que nadie es capaz de dar una respuesta clara. Claro que los medios anglosajones también analizan las razones del auge de este partido que no cuenta ni con 100 días de existencia.
“La verdadera sorpresa no es el éxito de Podemos, sino el hecho de que haya llevado tanto tiempo la aparición de un partido alternativo que beba de la decepción y de la frustración por el fracaso de los dos grandes partidos para dar respuestas a los problemas de una generación perdida”, declara a The New York Times Thomas Bernd Stehling, el director para España y Portugal de la Fundación Adenauer, muy cercana al Gobierno de Angela Merkel.
Muchos analistas vinculan a Podemos a los indignados del 15-M. Y, de hecho, entre los ‘indignados’ de Estados Unidos -grupos como ‘Occupy Wall Street’, ‘Occupy Washington’, y ‘Occupy Oakland’, que en su mayor parte están desarbolados y sin liderazgo- han recibido con una indisimulada satisfacción la entrada en escena de este partido, de cuya existencia -como casi todo el mundo- no tenían noticia.
Otros tratan de ver a Podemos en el contexto europeo. Para The Economist, que es muy duro en su análisis del nuevo partido, es una formación “ferozmente radical”, que es “el equivalente de España del partido de extrema izquierda griego Syriza”.
The Wall Street Journal también lo equipara a Syriza, con el que Podemos va a trabajar conjuntamente en la Eurocámara, tal y como ha declarado su líder, Pablo Iglesias. Para el Journal -el diario más vendido de EEUU- “es probable que el PSOE se mueva a la izquierda para tratar de impedir que Podemos y otras fuerzas nuevas le quieten más apoyos”.
La irrupción del nuevo partido ha beneficiado indirectamente al PP, ya que ha permitido a Rajoy “presentar su espectacular colapso del 45% de votos como una especie de victoria”, subraya The Economist.
Algunos de los comentarios demuestran que la prensa extranjera no conoce España tan bien como cree. Gardner, en el británico Financial Times afirma que una de las razones del éxito de Podemos es “cinco décadas de tradición sesentayochista, por medio de figuras como el líder ex trotskista Jaime Pastor, o Público, un periódico online propiedad de Jaime Roures, un trotskista reconvertido en empresario de los medios de comunicación y propietario del grupo Mediapro. Los programas de televisión de Público convirtieron a Iglesias en un cotizado invitado en una amplia gama de programas destinados a un público mayoritario, y eso le hizo una figura nacional”.
En realidad, Público nunca ha tenido televisiones, y La Sexta, que es presumiblemente la cadena a la que se refiere el articulista, pasó de manos de Mediapro a ser propiedad de Planeta mucho antes de que Iglesias se convirtiera en una estrella mediática.
En cualquier caso, y salvo que la selección de fútbol cambie las cosas el mes que viene en Brasil, el partido dirigido por Pablo Iglesias se ha convertido en la gran aportación española a la actualidad mundial. En 2011 fue la palabra cajas. Y, en 2012, Bankia. Tal vez Podemos sea la continuación lógica de esas dos.
Twitter:@pablopardo1
Fuente: El Mundo