El interés público de la fiesta panista

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Por Darío Ramírez

A Luis Alberto Villareal, excoordinador panista en la cámara de diputados, lo tiró de su cargo un video en dónde se veía a él y a otros líderes y diputados panistas, en un ágape en Puerto Vallarta. Lo que ha causado revuelo es que los panistas aparecían acompañados de mujeres que parecen ser escorts o sexoservidoras (exactamente no se sabe qué son las mujeres porque nadie se ha preocupado en preguntarles). El video presentado por Reporte Índigo tenía los elementos infalibles para ser una bomba mediática: mujeres y diputados en una fiesta.

Villareal puso a disposición de Madero su renuncia el día de ayer. Villareal, exalcalde panista de San Miguel de Allende, logró librar un vendaval ocasionado por la publicación del periódico AM de León cuando investigó si eran reales los “moches”. La publicación detectó como operador a Luis Alberto Villarreal García. El diario publicó como en noviembre 2013, tres alcaldes de Aguascalientes hicieron fila para entrar a una audiencia con Villarreal, quien les ofreció “bajar” recursos a sus municipios. No nos olvidemos que Villareal para el 2014 disponía de mil 700 millones de pesos para repartir entre moche y moche para alcaldes a fines a él.

A pesar de haber quedado retratado la corrupción panista y sus usos y costumbres en el palacio legislativo, no fue suficiente para realizar cambios. Tuvo que aparecer un video dónde los diputados panistas departen con mujeres que trabajaban en un table dance. Es decir, los moches le importaron poco a Gustavo Madero, ¡ah! Pero eso sí, un baile con una taibolera amerita una sanción ejemplar.

Toda filtración a la prensa tiene un motivo. Muchas veces ese motivo es desconocido, pero no podemos obviar que existe. Hay hipótesis sobre el motivo detrás de golpear a los panistas. Pero no me detendré en esas teorías conspiradoras. Me interesa más poder discutir la legitimidad, conveniencia y valor público que puede tener un video como el presentado por Reporte Índigo.

La primera pregunta debe de ser si el video filtrado –y obtenido algunas veces de manera ilegal- a un medio de comunicación es de interés público para la sociedad o no. En ese debate se han dividido las opiniones. Hay algunos que argumentan que es espionaje político e invasión a la privacidad y vida privada, por lo que no tiene valor periodístico.

Otros argumentamos que sí tiene valor periodístico. Aquí algunos de estos argumentos:

Imagínese una persona que es una declarada y ferviente voz en contra del consumo de la mariguana. Su activismo a favor de imponer las sanciones más altas a quien consuma esta droga es de tiempo completo. Su posición y plataforma política sostenida con dinero público se basa en asegurarse que se prohíba su legalización. Imagine que esta persona logra formar un movimiento político en contra de la mariguana con miles de seguidores en todo el país.

Ahora imagine que un buen día en la prensa aparece un video en dónde esa persona vocera del movimiento aparece fumando un enorme cigarro de mariguana y departiendo con otros miembros del movimiento político.

El que fume mariguana es un asunto privado. Como es la fiesta de los panistas. Es decir, si éstos deciden consumir sexo con su dinero personal es un asunto que sólo les incumbe a ellos. El tema es si descubrir la mentira, doble moral o cinismo sobre la posición de dicha persona con la mariguana es de interés público o no. Y si lo es cómo presentárselo al público.

Dejando el caso hipotético detrás, y regresando a los panistas, el video sí es de interés público por la sencilla razón que evidencia la doble moral panista. El PAN ha basado parte de su capital político en valores conservadores, en ideas sobre la familia, abstinencia sexual, fidelidad, honestidad e igualdad. La doble moral panista no es un asunto privado. Es un asunto a todas luces público con impacto en la esfera pública y política. De lo contrario es como si dejamos que los políticos nos mientan en la cara, pero los dejamos porque mienten en privado. Y que quede claro, no condeno su fiesta, me tiene sin cuidado, la opinión se basa únicamente en la argumentación de porqué el video de los panistas puede ser de interés público.

El escrutinio público hacia funcionarios abarca un alto umbral de su vida privada. No es que no tenga vida privada, más bien, hay aspectos de su vida privada que pueden ser de interés público. Como su doble moral. El video contiene exactamente eso, asuntos privados de interés público.

Ahora bien, otro aspecto de análisis es la presentación de la pieza periodística por parte de Reporte Índigo. A decir verdad el trabajo de Índigo es pobre, moralino y con tufo amarillista. Se olvidaron que a pesar de ser de interés público las imágenes faltaba mucho trabajo para presentarlo de manera completa, por ello, el verdadero trabajo periodístico sobre el insumo en video es paupérrimo o más bien nulo. Se nota que la nota periodística está incompleta. El medio optó por no investigar más para completar las imágenes del video. Elementos de la investigación como darle voz a los implicados y buscar el origen de los fondos que pagaron la fiesta. El hecho de que se dedicaron a narrar las imágenes de una forma que parecía partido de futbol (hay una parte de la narración que dice: “y el diputado Martín López desliza su mano sobre los glúteos de una chica…” (¡y hasta repetición en cámara lenta pasan!).

Desde el punto de vista periodístico, la pieza adolece un tema fundamental, que es el uso de recursos públicos. Con un poco de investigación periodística se podría aclarar quién pagó, porqué pagó o con qué fines pagó. Los panistas ya dijeron que no lo pagó el partido, ¿así de fácil les creemos? Dado que era una reunión de trabajo, pagado con dinero público lo que obligó a los panistas estar en Puerto Vallarta, una parte importantísima de la historia es si la renta de la mansión, la música y los servicios de las mujeres fue pagado con dinero público.

Cabe la duda, pero es plausible, que no se pagó con dinero público, entonces ¿quién lo pagó? Si fue de sus bolsillos, sería fácil quitar la duda pública y mostrar las facturas de dichos pagos. Esa es la línea periodística que adoleció la pieza.

En otras palabras, el trabajo de Reporte Índigo debería haber sido aclarar, organizar, corroborar, cruzar y contextualizar la información. Optó por la tiranía del clic y el golpe mediático. Si lo que buscaban era tumbar a Villareal pues la pieza fue un éxito. Si lo que buscaban era hacer periodismo de calidad, me parece que fallaron.

La falta de tratamiento periodístico de calidad a información filtrada coloca a los medios de comunicación simplemente como voceros de grupos de interés y diluye su función social. Es función de escrutinio a lo público, de explicar a la sociedad los hechos, de buscar todas las voces para contextualizar la información.

Fuente: Sin Embargo

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