En un hecho inusual, el General de Brigada Marco Antonio Barrón Ávila se entregó ayer a la justicia militar para afrontar un proceso por delito grave.
Barrón denunció arbitrariedades y aseguró que pretenden acusarlo dos veces por los mismos hechos.
Acompañado de su esposa, sus hermanas y su hijo, el ex comandante de las Zonas Militares en Puebla y Colima ingresó voluntariamente al Campo Militar Número 1.
Previamente rindió declaración preparatoria ante un juzgado castrense y se declaró inocente del uso ilegal de insignias y transporte de un vehículo robado.
El excomandante de las Zonas Militares en Puebla y Colima estaba absuelto desde el año pasado de haber pintado una camioneta de su propiedad con los colores de la milicia.
Al general se le acusó después de ordenar a militares la remodelación de su casa en Querétaro, por lo que lo sentenciaron a un año y 8 meses de prisión.
De este proceso, el general dice que se dieron irregularidades y falta de evidencias.
En su nota, Abel Barajas señala que ayer también se entregó por un delito grave: lo acusan de transportar una camioneta robada, la misma que antes le habían imputado camuflar ilegalmente.
Sin embargo, Barrón alega que desde que compró el vehículo y hasta ayer, el Registro Público Vehicular no lo reportaba robado.
“Desde el punto de vista legal y de derechos humanos, considero que es una persecución en mi contra. No sé los motivos, no tengo idea del porqué”, apuntó.
Fuente: Reforma/ Vanguardia