El festín de Peña y Coldwell

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Por Álvaro Zepeda Neri

La mayoría de las estaciones surtidoras de gasolina venden litros de a tres cuartos, y es un negocio redondo donde no se les paga a los empleados despachadores, que sólo reciben las propinas que les dan los clientes. El dueño de varias de ellas, propietario de almacenamientos de combustible e integrante de una familia rapaz en Quintana Roo, donde fue desgobernador, dizque diputado federal y ejerció otros cargos dentro y fuera del PRI, es Pedro Joaquín Coldwell. Este personaje calificó al día que en Palacio Nacional tuvo lugar el festín petrolero para anunciar la promulgación de las leyes reglamentarias a las contrarreformas constitucionales, como “parteaguas”. Y es que don Pedro puso a sus escribientes a redactarle un discurso para hacer “época” y uno de ellos –oaxaqueño– le introdujo la palabreja “parteaguas” para deslindar al peñismo de la fecha histórica del 18 de marzo de 1938; creyendo que este 12 de agosto de 2014 se inicia la “modernización”, los “cambios estructurales” y que empieza la nueva historia de Peña al poner a la venta los yacimientos petroleros al mejor postor.

II.- En la reunión en el Palacio Nacional, los senadores, los diputados y presidentes de los partidos fungieron como “oradores”. El pobrecito Camacho se desgañitó desbordándose en elogios a Peña; también el Maderito, pastor de los panistas que se gastan el dinero público en encerronas para embriagarse y festejar que finalmente con el peñismo, supuestamente clausuraron el “antes” y dieron paso al “después”; y en un acto de final de cursos escolar, mostraron los decretos para entregar la explotación y comercialización energética (y con ellos llevarse las rentas a los bolsillos de los que vienen por el botín). Fue un espectáculo rematado con el “mensaje” de Peña en cadena nacional, donde insistió que el Estado sigue siendo el rector de esa riqueza y que los mexicanos nos vamos a beneficiar con miles de empleos, reducción en el precio del gas, la electricidad y los combustibles. Se vio y escuchó al mexiquense con el rostro enfermizo, su voz falsamente emocionada y su discurso plagado de mentiras y falsas promesas.

III,- Fue un espectáculo diseñado por Televisa para el lucimiento del actor del show-man. Un Peña Nieto eufórico, con una corbata en rojo y rayas azules, como homenaje al PRI-PAN. Muy bien peinado con su estilista y camisa muy bien planchada. Nada opacó la fiesta del festín petrolero. Y Coldwell leyó su pieza de pobre oratoria, haciendo alarde de que es parte del “antes y después”, creyendo que, en el umbral de la histori…eta, anunciaba con fanfarrias la entrada de Peña. Era el acto de las 21 leyes “secundarias” y el anuncio de las 10 acciones que implanten el cambio estructural, para que vengan los empresarios del mundo a secar el petróleo y el gas del Golfo de México, de la frontera Norte y perforar donde les venga en gana, para cubrir el costo de no más de 15 dólares por barril y venderlo a no menos de 100 dólares, en un negocio redondo. Sin el pueblo, Peña y Coldwell estaban gozosos, en una fiesta-festín que lleva visos de funeral.

Fuente: Revolución 3.0

 

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