El dilema de Corral

0

Por Luis Javier Valero Flores

El día de hoy, Javier Corral, candidato del PAN al Gobierno de Chihuahua efectuará uno de los actos más trascendentales de su campaña.

A mediodía dará a conocer el nacimiento de la “Alianza Ciudadana por Chihuahua”, con la presencia de un buen número de actores destacados de la izquierda mexicana, a nivel nacional, y la participación de un grupo importante de dirigentes de la izquierda social de Chihuahua, cuyo objetivo es impulsar su candidatura, en el afán de crearle a su pretensión, la imagen de que la búsqueda de la gubernatura es más allá del PAN, en la búsqueda del voto de los “indecisos”, o voto “switch”.

Para lograrlo necesita realizar algo que no hizo en 2004, entender que no todos sus simpatizantes comparten su evaluación sobre el gobierno de Francisco Barrio, de ahí que en la contienda de aquel año llamó a los chihuahuenses “a recuperar Chihuahua”. Se entendía que la recuperación era para los panistas.

Y, además, convencer a una parte del electorado que su propuesta rebasa los marcos de la propia de su partido para que pueda concitar la creación de un gran frente opositor, capaz de aglutinar, incluso, y a pesar de sus reiteradas declaraciones, a José Luis Barraza, el candidato independiente.

Es decir, deberá, el abanderado del blanquiazul, optar por ser el candidato del partido de la derecha mexicana (bueno, dicho de mejor manera, de una parte de la derecha mexicana, el otro, por supuesto, es el PRI, a pesar de muchos de sus militantes que no aceptarán tal clasificación), el PAN, o convertirse en el candidato de las fuerzas democráticas de Chihuahua, entre las cuales, por supuesto, deberán estar los panistas.

Quienes estarán en ese dilema son, también, los integrantes, dirigentes y candidatos de Morena, si es que Corral actuara en función de la hipótesis anterior.

En términos reales sólo tres candidatos estarían en condiciones de competir por la gubernatura y, eso, concediendo que Barraza pudiese despuntar en la campaña, de ahí que al final de la campaña un buen número de electores harán lo que han hecho muchísimos en los comicios anteriores, ejercer el voto “útil”, de ahí que se antoje viable la propuesta de impulsar una sola candidatura opositora, pero con un programa claramente democrático.

Los resultados de la encuesta de la empresa Confirme, contratada por El Diario, ratifican lo aquí sostenido.

Contra la idea prevaleciente en un buen número de quienes han visto la encuesta, ésta –por supuesto, en la óptica personal– sí contiene elementos para considerar válidos sus resultados (quizá ligeramente bajos los achacados a los candidatos opositores, Corral, Barraza y Javier Félix, de Morena), pero, sobre todo, muestran tendencias que, bien estudiadas, arrojan la certidumbre que el candidato del PRI-Panal-Verde-PT, Enrique Serrano, de ninguna manera puede considerarse ganador, o que la tendencia a su favor, hoy existente, no pueda cambiar, para mal del PRI.

En la encuesta, realizada entre el 17 y el 23 de marzo a nivel estatal y en entrevistas personales, el candidato del PRI, Enrique Serrano va adelante en las preferencias electorales al obtener, entre los encuestados, 36.7% de las preferencias, por 20.5 del candidato del PAN, Javier Corral, en tanto que José Luis Barraza, candidato independiente, se colocó en el tercer lugar al obtener 9% de la intención de voto.

Un año atrás, al publicarse la encuesta, –sobre las preferencias electorales para las elecciones federales en Juárez– de la misma empresa, Confirme, el 11 de mayo, arrojó que el PRI obtenía el 30.4% de las preferencias, por el 12.6% del PAN. Como la de ahora, el margen de error de la encuesta fue del +/- 5 puntos.

Confrontados esos resultados con los electorales arrojaron cifras muy semejantes:

En el conjunto de los cuatro distritos, el PRI recibió el 37.84%, por 18.84% del PAN, una diferencia de más de 7 puntos en los votos alcanzados finalmente por el PRI y de 6 para el PAN.

Los resultados de la actual encuesta arrojan varias lecturas:

Primero, que por primera vez en los últimos procesos electorales en este tipo de encuestas al gobierno de Chihuahua, el PAN arranca con una diferencia, frente al PRI, menor a los 20 puntos;

Segundo, que en una encuesta al gobierno del estado, por primera ocasión el PRI no obtiene, por lo menos, el 40% de la intención del voto: En 2010, el priísta César Duarte arrancó con un 46.5%, contra un 26.2% del panista Carlos Borruel;

En septiembre del 2003, una encuesta ordenada por El Diario a la empresa Berumen y Asociados, arrojó que 51.6% de los electores daría su voto a la Alianza con la Gente que postula a José Reyes Baeza, y el 26.9% por la Alianza Todos Somos Chihuahua, con Javier Corral Jurado como candidato;

Tercero, que la mitad del electorado no se siente identificado con ningún partido;

Cuarto, quienes se identifican con el PRI son poco menos de la cuarta parte de los electores (24.9%), por el 16% que se identifica con el PAN y 6.7 con el PRD;

Quinto, sólo 26 de cada 100 electores están interesados en la política;

Sexto, sin embargo, casi la mitad sabe la fecha de las elecciones;

Séptimo, que un alto porcentaje de los encuestados mintió en la respuesta a si vota o no, pues 62% dice que siempre o casi siempre lo hace, dato que choca con la realidad de las últimas elecciones en las que ha votado, o alrededor del 40% –en las últimas locales, las del 2013– o menos de esa cifra, en las del 2015.

Uno de los resultados cardinales de la encuesta es que la mitad (49%) de los encuestados aún no decidía por quien votar.

Los resultados electorales podrían cambiar drásticamente si una parte importante de estos electores indecisos deciden acudir a votar, es decir, si los candidatos los convencen.

Ahí está otro de los riesgos para el PRI –o de las oportunidades para el PAN, según la preferencia política– pues se puede colegir que una parte importante del electorado de esas características optaría por cualquiera de las opciones de la oposición.

Otro de los datos importantes de esta encuesta es que a la pregunta de ¿Por qué partido votaría –o candidato independiente–? sin mencionar nombres, todos elevan la intención de voto.

Así, Serrano pasa, del 40% de las preferencias por los partidos postulantes, al 36.7% cuando el encuestador menciona su nombre, una pérdida de más de 3 puntos, lo que representaría (si calculamos en alrededor del 60% la participación electoral) una pérdida de cerca de 40 mil votos frente a los obtenidos por los partidos.

A su vez, Corral pasa del 21.7% de electores que votan por el PAN, pero sólo el 20.5% por él, una pérdida menor, de 1.2%, algo así como 14 mil votos menos.

En cambio, José Luis Barraza, el candidato independiente, pasa del 11.4%, sin mencionar su nombre, al 9 a la mención, una pérdida de 26 mil votos.

No son tan pocos, dados los niveles de preferencias en que se encuentra, lo que significa que, a pesar de la enorme simpatía despertada por las candidaturas independientes, obtiene menor rechazo el candidato del blanquiazul, algo que los estrategas del PRI deberán estudiar seriamente porque significaría que el senador con licencia está en mejores condiciones de captar el voto de los indecisos.

Los resultados de la encuesta no debieran sorprender, en particular que el priista fuera adelante, baste recordar que el PRI logró colocar en el centro de la atención mediática a sus aspirantes y a su proceso; más de medio año recibieron el beneficio de la mayoría de las menciones en prácticamente todos los medios de comunicación; entre los aspirantes, además, Enrique Serrano fue el más mencionado, además de que en los dos últimos años el Gobernador Duarte se encargó de promoverlo en toda la entidad.

Algo de eso se refleja en los resultados de las preferencias electorales de la encuesta en Juárez, pues ahí Serrano recibió la mitad de las intenciones del voto (47.6%), por un muy bajo 15.6 de Corral (pero semejante al resultado de las elecciones del 2015) y 9.5 de Barraza.

Cosa distinta ocurre en Chihuahua, ciudad en la que Corral va adelante (27.7%) por 22.5 de Serrano y el más alto porcentaje de Barraza -14.1%- lo que arrojaría, proyectados estos resultados a las elecciones municipales, que el PRI se quedaría con la alcaldía de Juárez (Teto Murguía) y el PAN con la alcaldía (Maru Campos).

El ejercicio de sumar las preferencias obtenidas en la encuesta es totalmente hipotético, pero arroja muchas luces sobre el estado de ánimo de una parte del electorado ya que si se sumaran entonces el candidato de la oposición –como lo están planteando numerosos militantes de ambos partidos y muchos simpatizantes de Barraza– obtendría 31.9% de la intención del voto, por 36.7 de la expresada por Serrano, una diferencia menor al margen de error de la encuesta (5%).

Claro que una decisión política en ese sentido podría constituirse en un gran impulso a las fuerzas opositoras y seguramente concitaría, aún más, la emisión del voto “útil” y la posibilidad de derrotar al partido que ha obtenido el triunfo gubernamental en los últimos 3 procesos electorales al Gobierno de Chihuahua.

Comments are closed.