El diablo tiene bronca con México

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Por Francisco Javier Pizarro Chávez.

En una entrevista con una reportera de Noticiarios Televisa, el Papa Francisco dijo que el “Diablo” tiene bronca con México.

Evidentemente se trata de una metáfora que nada tiene que ver con la religión propiamente, sino con lo que está ocurriendo en México.

Usó esa fábula en marzo del 2015 para referirse específicamente a la situación de violencia criminal desbordada que se vive en nuestro país.

La volvió a utilizar  hace dos días, en referencia otra vez a la violencia, pero ya no propiamente la del narcotráfico sino a la política, pues, dijo cuando los políticos de un país “tiran para cada lado” se genera también una situación de violencia.

Y tiene razón. Nuestro querido país tiene dos grandes infiernos: el de la criminalidad desatada por las mafias de narcotraficantes, y el de la corrupción e impunidad de las mafias del poder político.

Es inquietante y bochornoso que los carteles de la droga desfilen en camionetas del año con la siglas de su organización y el que  presuntas “autodefensas civiles”  vejen y desarmen a militares, como ocurrió el fin de semana pasado en Zamora y la Huacana  en el Estado de Michoacán.

Las atroces matanzas  entre grupos de cárteles que disputan territorios, como la ocurrida en el poblado de Satevó, Chihuahua  donde fueron torturados, asesinados y descuartizados 6 integrantes del grupo la Línea, por un grupo delictivo que opera en Parral, encabezado por el “300”, como lo reveló el Fiscal, César Peniche.

Igualmente lo es, que funcionarios de gobierno como el ex director de Pemex, Emilio Lozoya y el empresario propietario de Altos Hornos de México S.A (Ahmsa), Alonso Anciera  Elizondo se hayan coludido en el sistema financiero nacional e internacional, durante el sexenio anterior de Enrique Peña Nieto, para realizar múltiples operaciones con recursos ilícitos derivados de actos de corrupción, con total impunidad.

Santiago Nieto, fiscal de la Unidad de Investigación Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; funcionarios de la nefasta compañía brasileña Odebrecht que corrompió a seis presidentes latinoamericanos, tres de los cuales están en prisión y la Guardia Civil Española, han documentado y difundido los sobornos  y corruptelas ilícitas de Emilio Lozoya y el dueño de AHMSA con empresas como Odebrecht y sus empresas fantasmas, así como con la española OHL, constructora de Proyectos Viales en el Estado de México.

Ahmsa es acusada de pagar 3 mil 700 millones de dólares en 2014, a una empresa llamada Granpetentch, compañía fantasma de Odebrecht.

A Emilio Lozoya se le acusa, de compras con recursos de Pemex a Ahmsa, fertilizantes fertinal en 2015  con un costo de 635 millones de dólares, una de las empresas de Fertilizantes Mexicanos que entre 1991 y 1992, privatizó y fragmento en 13 unidades productoras, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.

22 años después Pemex recompró una de ellas a un costo tres veces mayor al que obtuvo por su venta, con la anuencia de Emilio Lozoya entonces director de Pemex, y el Consejo de Administración de Pemex, integrado por el Secretario de Economía Pedro Joaquín Coldwell  (presidente); Luis Videogaray (Hacienda); Idelfonso Guajardo (Economía); Juan José Guerra Abud (Medio Ambiente) y María de Lourdes Melgar Palacios (Subsecretaria de Hidrocarburos.

De entrada a Lozoya se le inhabilitó  por 10 años de todo cargo o servicio público.

A él y Alonso Anciera, les congelaron sus cuentas bancarias multimillonarias obtenidas mediante sobornos y se les dictó orden de aprehensión.

Alonso Anciera Elizondo, ya fue detenido en Palma de Mallaroca en España y a Emilio Lozoya, quien no ha dado la cara y solicitó un amparo que como ya es costumbre atenuó su abogado Javier Coello, al lograr que solo se cateara tres viviendas del prófugo.

Ya es hora de poner freno a estos demonios: el de la corrupción y la impunidad y el de la violencia criminal, a los que se refirió el Papa Francisco.

Se requiere que los ciudadanos exijamos a las autoridades competentes se sancione los actos de corrupción de los funcionarios  y ex funcionarios de gobiernos y se recuperen los recursos del erario público y sobornos con los que se han enriquecido, sean del partido que sean y, por supuesto, se abata la violencia del crimen organizado.

Veremos y diremos si los gobiernos de los tres niveles dejan de “irse cada uno por su lado” (Dixti el Papa Francisco)  y se comprometen y abocan a aplicar la ley y la justicia a los delincuentes del narcotráfico y del poder político.

De no ser así, México continuará en  “bronca” con el “diablo” y terminará la sociedad en el averno.

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