Por Simón Vargas Aguilar©*
Hace poco más de un mes que Joaquín El Chapo Guzmán Loera se fugó por segunda ocasión de un penal de máxima seguridad; semana a semana se fueron dando a conocer los detalles de su elaborado plan para escaparse, el cual simplemente no se hubiera concretado sin la complicidad activa o pasiva de algunos niveles de gobierno.
Surgen entonces muchas interrogantes al respecto: ¿Quién se beneficia con la fuga de El Chapo? ¿Quiénes permitieron que se concretará el elaborado plan de escape? ¿Quiénes, incluso, contribuyeron y lo facilitaron? ¿La fuga se concretó por las habilidades de estrategia del capo o por falta de voluntad política y estratégica para mantenerlo detenido? ¿Por qué no se aceptó desde un principio el planteamiento de Estados Unidos para entregárselos y que fuera procesado ante instancias estadunidenses?
La agencia de noticias The Associated Press tuvo acceso a documentos internos de la DEA, donde se señala que agentes antidrogas obtuvieron información de que, en marzo de 2014, Guzmán Loera habría intentado fugarse del Altiplano con amenazas y sobornos. Al ser cuestionado, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, aseguró que nunca fueron notificados por las autoridades estadunidenses de estos sucesos.
Resulta muy complicado entender esta situación por diversas razones, en primer lugar, por que, además del mexicano, el gobierno estadunidense era uno de los más interesados en la captura de El Chapo, tanto así que se trabajó de forma conjunta con las autoridades de nuestro país para concretar su captura en febrero de 2014. Entonces, no sería lógico que ocultaran el hecho de que Guzmán Loera habría intentado fugarse en dos ocasiones.
En segundo lugar, en caso de que las autoridades mexicanas sí hubieran sido notificadas sobre estos intentos de fuga, surgen aún más interrogantes: ¿Por qué no lo trasladaron a otro penal? ¿Por qué incluso no lo cambiaron constantemente de celda? ¿Por qué no se realizó un eficiente trabajo de inteligencia? ¿Se trata en realidad de inexperiencia de todos los responsables o es un caso de omisión con complicidades?… y la más importante, ¿Por qué no desmantelaron sus estructuras operativas, financieras, de inteligencia y de construcción en túneles, ya que se tenía información precisa de que era su forma de operar para traficar con droga a lo largo de la frontera con Estados Unidos?
El pasado 15 de julio este diario reveló que la principal línea de investigación de la Procuraduría General de la República coloca a Ismael El Mayo Zambada como quien ordenó el rescate de El Chapo, y a Dámaso López Núñez, El Licenciado, como uno de los principales operadores, según revelaciones de funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional.
Aquí surgen otros dos puntos que deben destacarse. Recordemos que en 1999 Dámaso López se convirtió en jefe de seguridad del Centro Federal de Readaptación Social número 2, en Puente Grande; según las investigaciones, ésta fue una estrategia para operar desde adentro el escape del narcotraficante en enero de 2001.
Hoy día El Licenciado y su hijo Dámaso López Serrano, El Minilic,están considerados en la línea de sucesión de Joaquín Guzmán en la estructura del cártel de Sinaloa, sin embargo, en México no tiene vigente ninguna orden de aprehensión, al contrario de Estados Unidos donde enfrenta una acusación por lavado de dinero y distribución de cocaína, según informó a través de un boletín la Oficina del Fiscal de Estados Unidos para el Distrito Este de Virginia en 2012.
Con respecto a El Mayo Zambada, resulta intrigante que sea el único de los grandes capos mexicanos que nunca ha pisado una cárcel, pese a llevar 40 años en el negocio de narcóticos y ser uno de los delincuentes más buscados del mundo; por su captura Estados Unidos ofrece 5 millones de dólares.
Estos dos líderes del cártel de Sinaloa permanecieron intactos durante el segundo encarcelamiento de Guzmán Loera, que en esta ocasión duró 17 meses. Según reportes de inteligencia esto se debe en gran medida porque a diferencia de sus hijos y algunos de sus lugartenientes, como El Chino Ántrax, quien fue detenido en Holanda, estos capos mantienen un bajo perfil, sin lujos, ni ostentaciones.
Pero también resulta evidente que no han sido detenidos por las autoridades mexicanas, porque han sabido tejer una red de protección que utiliza y manipula a las estructuras de poder. Zambada se ha caracterizado por usar pocas veces la violencia para abrir mercados, su modo de operación es el dinero, que le sirve especialmente para comprar protección de algunos servidores públicos y políticos, así como de los habitantes de las comunidades serranas por donde se mueve.
Reformulemos, ¿Quiénes fueron los grandes beneficiados económica, política y criminalmente con la fuga de El Chapo? Si en verdad se busca encontrar a los verdaderos responsables, la respuesta sigue siendo el dinero, siempre el rastro del dinero y del poder.
* Simón Vargas Aguilar. Analista en temas de Seguridad, Educación y Justicia
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Fuente: La Jornada