“El Bronco” y el riesgo de parecerse a Fox

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Por Jorge Carrasco Araizaga

La derrota que Jaime Rodríguez, “El Bronco”, le propinó al bipartidismo en Nuevo León ya es historia. Lo que sigue es que como gobernador trascienda al personaje antisistema. No como lo hizo Vicente Fox, que apenas sacó al PRI de los Pinos se acomodó entre las ruinas del viejo aparato antidemocrático.

Ser antisistema es la razón de los candidatos independientes, inconformes con las reglas de la partidocracia. Ese principio llevó al triunfo de El Bronco. Pero así como el argumento del voto útil indujo la idea del triunfo de Fox, Jaime Rodríguez puede ser una decepción más si sólo se dedica a administrar su gestión en búsqueda de la candidatura presidencial del 2018.

Con la experiencia del 2000, que por falta de voluntad de Fox no pasó del entusiasmo ciudadano de ver derrotado al viejo partido autoritario, Jaime Rodríguez está obligado a construir sobre la idea de una democracia moderna a través de una reforma política que modifique el ejercicio del poder en Nuevo León.

Lo deseable es que emprenda una reforma constitucional del estado de Nuevo León para establecer un verdadero gobierno de gabinete, en el que el Congreso sea una verdadera instancia de contrapeso y control del poder.

Su propuesta de tener en Fernando Elizondo Barragán un jefe de gabinete sólo servirá si esa reforma da paso a un gobierno de gabinete en toda su acepción: que su equipo y su programa de gobierno sean aprobados por el Congreso y que éste además valore si se está cumpliendo con el programa de gobierno. En tal caso, se evaluaría la permanencia o no de los integrantes del gabinete.

El hecho de que Elizondo haya sido anunciado como jefe de gabinete del gobierno del Bronco tiene varias ventajas políticas. Primero, que como candidato del Movimiento Ciudadano haya declinado a su favor, le dio un primer respaldo político. Segundo, que ha anunciado que dejará el control de la economía y las finanzas del estado en ese empresario que ya estuvo a cargo no sólo de las finanzas, sino del propio gobierno del estado como gobernador sustituto.

Hay una ventaja política aún más importante, que Elizondo, exmilitante del PAN, fue secretario de Energía de Fox, por lo que conoce por dentro el fracaso del gobierno foxista.

El electorado ya le puso un contrapeso al gobierno de Jaime Rodríguez: el Congreso local estará controlado por una amplia mayoría del PAN. Cualquiera de sus iniciativas pasará por esa aduana, en donde se verá si ese partido también está a la altura. De la manera en que Jaime Rodríguez integre su gabinete dependerá asimismo su margen de negociación con el Legislativo.

Fox tampoco contó con un Congreso a su favor, pero fue notoria su incapacidad política y la de su secretario de Gobernación, Santiago Creel, para negociar con los legisladores. El PRI logró desde un principio lo que le interesaba de Fox: la impunidad. Después sólo le administró el fracaso.

El PRI y el PAN redujeron la transición a alternancia y sólo se dedicaron a aprovechar las ventajas del actual sistema de partidos que impide el control del poder y la rendición de cuentas. Las candidaturas independientes no son la panacea, pero un fracaso de El Bronco será una ventana de oportunidad más para las fuerzas, no ya los candidatos, antisistema.

@jorgecarrascoa

Fuente: Proceso

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