Por Diana Montaño
Desde que Jorge Ramos y Donald Trump tuvieron un encontronazo durante una conferencia de prensa, he visto todo tipo de comentarios a favor o en contra de los dos hombres. He leído cuanto artículo he podido criticando ambas posturas en un intento de enterarme más del asunto que llevó a estos dos señores a provocar un escándalo mediático.
Pero, me ha sorprendido particularmente una entrevista difundida a través de las redes sociales que, aparentemente quienes comparten dicha charla, pone en tela de juicio la moralidad de Ramos… digo, si no ¿para que la comparten aludiendo al caso Trump? Se trata de una entrevista hecha por el presentador de CNN en español, Ismael Cala, al presentador de Univisión donde Ramos se confiesa ateo.
Me cuesta mucho entender que se juzgue a una persona por sus creencias religiosas o por no creer en Dios. Desde mi punto de vista, Jorge Ramos, gracias a la exposición que tiene ha llamado la atención a un grave problema que aqueja a este país desde hace mucho, y que como tristemente vemos en las noticias se ha convertido en un drama mundial: la inmigración ilegal.
Estamos viendo frente a nuestras narices la muerte de miles de personas huyendo de la guerra y el hambre. No necesitamos ir a Siria, aquí es nuestro suelo se vive día a día el dolor del destierro y la desesperanza. Entonces, aparece un “activista”, que afortunadamente es un periodista de una gran trayectoria, y le caemos a palos… porque no cree en Dios… ¡por favor!
Se puede estar o no de acuerdo con su posición y se le puede incluso criticar sus métodos en el ejercicio del periodismo, pero, juzgarlo porque es ateo me parece patético, retrógrado y de mala fe.
Curiosamente quienes más lo critican son los supuestos “cristianos”. ¿No se supone que Dios nos dio como mandamiento amarnos los unos a los otros? ¿Por qué entones atizar el fuego e intentar restarle mérito a una de las personas más influyentes de esta Nación, le guste a quien le guste y le pese a quien le pese solo porque no cree en que un poder superior hizo el cielo y la tierra?
Tal vez ni el mismo se ha dado cuenta, pero Ramos ha hecho muchísimo más por ayudar a quienes padecen el flagelo del exilio obligatorio que 500 cristianos juntos.
¿Qué he hecho yo por ejemplo? ¿Qué han hecho otros? ¿Qué estamos haciendo como sociedad para crear conciencia en un problema que se está convirtiendo en una verdadera peste?
Jorge Ramos es un hombre de bien y de Dios… aunque no crea en él.
Fuente: The Huffington Post
