Por José Steinsleger
Los “ingenieros electorales” del imperio venían preguntándose cómo dividir al movimiento indígena, el más organizado del país. Pues bien. Con Yaku, lo consiguieron.
En los comicios presidenciales del 7 de febrero en Ecuador, la coalición Unión por la Esperanza (Unes), liderada por el economista Andrés Arauz, obtuvo 32.71 por ciento de 10.6 millones de votos válidos. Pero, al no alcanzar ningún partido los requeridos para ganar en primera vuelta (40 por ciento), el 11 de abril habrá balotaje.
¿De veras?… A 10 días de las elecciones, y tras el escrutinio de 99 por ciento de las actas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no se ha pronunciado acerca de quiénes irán al balotaje. Que, por lógica, sería el banquero neoliberal Guillermo Lasso (partido Creo, 19.74), ubicado en segundo lugar después de superar por décimas al camaleónico Yaku Pérez (Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik, MUPP, 19.38).
Y en cuarto lugar, el ignoto tiktokero Xavier Hervé (Izquierda Democrática, 15.69), seguido de una docena de candidatos menores. Todos, sin excepción, enemigos de la “revolución ciudadana” impulsada por el gobierno del ex presidente Rafael Correa (2007-17).
En efecto, la votación anticorreísta duplica la de Arauz. No obstante, ningún escrutinio puede pronosticar, con exactitud, el desenlace de un balotaje. Y menos en Ecuador, donde al tiempo de golpear a los correístas, todos los candidatos (con excepción de Lasso) lamentaron la consecuencias del modelo neoliberal impuesto por Lenín Moreno en 2017.
Tras ventilarse los resultados, Yaku denunció que Lasso y “el señor que está en Bélgica” (es decir, Correa), estaban confabulando un “fraude descarado”. ¡Bingo! Con poncho y todo, el imperio ya tenía la versión andina de Juan Guaidó (en ciernes).
Y es que durante años, siendo Ecuador un país estratégico en la geopolítica de Washington en América del Sur, los “ingenieros electorales” del imperio venían preguntándose cómo dividir al movimiento indígena, el más organizado del país. Pues bien. Con Yaku, lo consiguieron.
Ex gobernador de la provincia de Azuay y presidente de Ecuarunari entre 2013 y 2019 (una de las tres regionales de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, Conaie), los yanquis lograron hacer de Yaku un auténtico caballo de Troya dentro de la Conaie.
La Conaie cuestionó la candidatura de Pérez. Pero luego de la potente sublevación popular de 2017, el MUPP (surgido a finales de 1995), empezó a recibir el apoyo creciente de indigenistas impuros y antipolíticos puros, ONG financiadas por la Usaid y ecologistas duchos en jardinería, feministas corremachos y veteranos luchadores de cuño estalinista, trotskista y maoísta, caídos en el alcoholismo.
El MUPP fue, entonces, “dinámicamente” orientado y asesorado, entre otros, por la periodista francobrasileña Manuela Picq, pareja de Yaku Pérez desde 2013, y con un “mucho bueno” curriculum vitae. Veamos.
2003: especialista en relaciones internacionales del gobernador de Florida, Jeb Bush, y cocoordinadora de participación de organizaciones de la sociedad civil para la reunión ministerial de comercio del Área de Libre Comercio de las Américas.
2005: integrante de Front Line Defenders, una “oenegé” financiada por la Unión Europea, Taiwán, la Fundación Ford y la Open Society, de George Soros.
2016: profesora de la elitista universidad San Francisco de Quito, premiada por su activismo anticorreísta con una beca como “defensora de los derechos humanos”, y dos años después por la publicación Global Americans, auspiciada por la NED, brazo de la CIA.
2019: en septiembre de 2019, en vísperas del golpe en Bolivia, la señora Picq publicó un artículo tratando al presidente Evo Morales de “patriarcal”, “macho”, “violador” y “antimujeres” y de estar perpetrando un “ecocidio” y un “genocidio”. También llamó a que los gobiernos occidentales crearan una “zona de exclusión aérea” en el noreste de Siria.
Así, mientras el CNE deshojaba la margarita para elegir a los participantes en el balotaje, el fiscal de Colombia, Francisco Barbosa, aterrizaba en Quito gritando: ¡eureka! Barbosa (compinche del genocida presidente Iván Duque), traía “pruebas contundentes” del financiamiento del Ejército de Liberación Nacional a la campaña de Arauz.
¿Pruebas? Una “investigación” de la revista Semana, de Bogotá, puesta en duda por una de sus propias periodistas. ¡Bah! Nada distinto del video que otro genocida de Colombia, el ex presidente Álvaro Uribe, difundió en julio de 2009 para ligar a las FARC con Rafael Correa.
Finalmente… ¿qué traman el CNE, Lenín Moreno, Washington y Yaku Pérez? No se requiere de mucha inteligencia para intuirlo: si el CNE y el Poder Judicial deciden “legalmente” hacer a un lado a la Unes y Andrés Arauz, el balotaje tendrá lugar entre el banquero Lasso y un caballo de Troya en el combativo movimiento indígena del Ecuador.
Fuente: La Jornada