El actor cuenta cómo los niños mexicanos son deportados en solo unas horas, en un documental hecho a partir de un informe de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos.
Esteban, de 17 años, huyó de Nogales, Sonora, hacia Estados Unidos por temor a ser reclutado por el cártel del narcotráfico que opera en su comunidad. Cuarenta y ocho horas después de ser detenido por la Patrulla Fronteriza ya iba camino a casa, a enfrentar de nuevo la presión para enfilarse en “la mafia” que ya había matado a uno de sus amigos.
Su historia es solo una de las miles que son retratadas en el video “Niños migrantes mexicanos” Olvidados en la frontera”, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), en el que el actor Diego Luna narra cómo las leyes migratorias estadunidenses dejan en la indefensión a los menores mexicanos no acompañados.
A través de testimonios de niños migrantes, la Patrulla Fronteriza, autoridades mexicanas y expertos, WOLA revela también el trato desigual que reciben los menores indocumentados mexicanos y centroamericanos en las leyes estadunidenses.
La Ley William Wilberforce de Reautorización para la Protección de Víctimas de Trata de Personas (conocida como Wilberforce, o TVPRA), busca proteger a los extranjeros víctimas de trata o violencia que huyen a los Estados Unidos sin papeles.
De acuerdo con una investigación de WOLA, más del 90 por ciento de los niños centroamericanos no acompañados detenidos por la Patrulla Fronteriza son entregados a un familiar o patrocinador residente en EU, a la espera de una audiencia ante un juez migratorio que “podría conceder asilo, estatus especial para jóvenes inmigrantes o una visa para permanecer en los EE.UU”.
Pero el caso de los menores migrantes mexicanos es muy distinto. En 2013 solo el 4.5% de los más de 17 mil niños mexicanos detenidos por la Patrulla Fronteriza fueron puestos bajo la custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados. Esto a pesar de que, según una encuesta hecha por la Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados en 2014, casi el 60 por ciento de estos niños dijo que huyó de México por la violencia en sus comunidades.
La historia de Esteban no es muy diferente a la de los más de 50 mil menores centroamericanos no acompañados que llegaron a Estados Unidos en 2014, aunque el desenlace sí es distinto.
Las leyes estadunidenses obligan a los menores mexicanos a convencer a los agentes de la Patrulla Fronteriza, en menos de 48 horas, de que tienen un riesgo creíble de ser víctimas de persecución o tráfico si son deportados.
Testimonios de Esteban y otros niños revelan que no son cuestionados sobre sus razones para huir de México. Incluso agentes de la patrulla fronteriza reconocen que trabajan para que estos menores estén en EU el menor tiempo posible.
De esta realidad que enfrentan los niños mexicanos no acompañados da cuenta el video de WOLA “Niños migrantes mexicanos: Olvidados en la frontera”, narrado por Diego Luna y producido, junto con el informe, en colaboración con los periodistas Natasha Pizzey y James Fredrick.
Fuente: Milenio digital