La farmacéutica Pfizer reveló que no tienen un impacto general en la rapidez con la que se propaga el virus o en la gravedad de una infección
Las “mutaciones” en el SARS-CoV-2, que causa el covid-19, alrededor del mundo son menores y no tienen un impacto general en la rapidez con la que se ropaga el virus o en la gravedad de una infección, pero es necesario permanecer alerta, alertó la empresa Pfizer, publica Milenio.
Mediante un artículo científico, la farmacéutica detalló que “dadas las similitudes entre el comportamiento de los virus de la influenza y los coronavirus, existen amplias razones para permanecer alerta ante la posibilidad de futuros cambios antigénicos en el SARS-CoV-2 y estar preparados para alterar una posible vacuna del covid-19, si es necesario”
Hasta ahora, los coronavirus humanos han mutado, pero no han sufrido una deriva antigénica. “Ésta es una buena noticia para las vacunas contra el coronavirus”, continuó Pfizer.
En el documento publicado, se establece que, aun cuando la idea de una “mutación viral” puede parecer preocupante, algunas mutaciones podrían hacer que el virus sea menos infeccioso y recordó el virus de la influenza que “cambia de dos formas principales, como deriva antigénica y como desplazamiento antigénico”.
“Una comparación entre los coronavirus y la gripe puede ayudarnos a comprender cómo las similitudes y diferencias de ambos podrían afectar las posibles vacunas contra el covid-19”.
La deriva antigénica
A medida que un virus se replica, sus genes sufren “errores de copia” aleatorios, es decir, mutaciones genéticas. Con el tiempo, estos errores pueden, entre otros cambios, provocar alteraciones en las proteínas o antígenos de la superficie del virus.
“Nuestro sistema inmunológico utiliza estos antígenos para reconocer y combatir el virus. Entonces, ¿qué sucede si un virus muta para evadir nuestro sistema inmunológico?”, cuestiona la farmacéutica.
En los virus de la influenza, las mutaciones genéticas se acumulan y hacen que sus antígenos “se desvíen”, lo que significa que la superficie del virus mutado se ve diferente a la del virus original.
Cuando el virus de la influenza se desplaza lo suficiente, las vacunas contra las cepas antiguas y la inmunidad de infecciones anteriores por el virus ya no funcionan contra las nuevas cepas derivadas. Entonces, una persona se vuelve vulnerable a los nuevos virus de la gripe mutados.
“La deriva antigénica es una de las principales razones por las que la vacuna contra la influenza debe revisarse y actualizarse cada año, para mantenerse al día con el virus de la influenza a medida que cambia. ¿Podría suceder eso también con el SARS-CoV-2? Por lo que se ha observado hasta ahora, con respecto a su evolución genética, parece que el virus está mutando con relativa lentitud, en comparación con otros virus de ARN”.
Los científicos creen que esto se debe a su capacidad para “corregir” copias de ARN recién creadas. Esta función de corrección no existe en la mayoría de los demás virus de ARN, incluida la influenza. Los estudios hasta la fecha estiman que el nuevo coronavirus muta a un ritmo cuatro veces más lento que el de la influenza, aproximadamente. “Aunque el SARS-CoV-2 está mutando, hasta ahora, no parece estar desviando antigénicamente”.
Fuente: Milenio