Deja TV al aire por club de Cannabis

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Los espectadores del noticiero nocturno dominical de KTVA se enteraron de todo respecto al Alaska Cannabis Club, un grupo de mariguana de usos medicinales. Y luego, tuvieron conocimiento de algo más: la reportera que dio la nota a los telespectadores de la estación también es la propietaria del Alaska Cannabis Club.

Posteriormente Charlo Greene renunció al aire a su empleo televisivo tras prometer dedicar “toda mi emergía a luchar por la libertad y la justicia, lo cual empieza con la legalización de la mariguana aquí en Alaska”. Añadió, “en cuanto a este trabajo, bueno, no me queda opción, pero, /¨*&!, renuncio”.

Aunque Greene dijo a Alaska Dispatch News que sus expatrones no tenían idea de que ella iba a renunciar al aire, o que dirigiera el club sobre el cual reporteó, en la página de Facebook del Alaska Cannabis Club se invitaba a sus seguidores a sintonizar la transmisión dominical.

“Quería llamar atención sobre este tema. Y el tema es la mariguana medicinal”, dijo Green a Dispatch News después de la transmisión. “Si ofendí a alguien, presento mis disculpas. Pero no me arrepiento de la decisión que tomé”.

Aunque parece un poco redundante despedir a un empleado que ya renunció, KTVA, afiliada de CBS, quiso dejar muy claro que no condonaba los inesperados comentarios que Geene hizo el domingo. Especialmente las palabras altisonantes.

Como señaló la estación de NBC KTUU, el domingo no fue la primera ocasión en la cual Greene reportaba sobre mariguana en la estación, al parecer incluso después de que este año se fundó el Alaska Cannabis Club.

En al menos un segmento anterior, Greene no reveló su relación con el grupo: KTUU informó que el nombre legal de Geene es Charlene Egbe, el cual aparece como el nombre del propietario del Alaska Cannabis Club en la base de datos estatal sobre empresas. El grupo se fundó el 20 de abril.

Si bien resultados investigativos indican una serie de cinco partes que la KTVA transmitió sobre mariguana a partir del 29 de abril, dichas páginas ya no están disponibles en el sitio de internet de la televisora. La versión en texto de la serie sigue apareciendo en los URLs, bajo la autoría de Charlo Greene; algunos de los segmentos pueden verse por YouTube.

Alaska permite el uso legal de la mariguana medicinal, gracias a una medida llevaba a las urnas en 1998. Según la medida, los pacientes que padezcan cáncer, glaucoma, HIV/sida, epilepsia, esclerosis múltiple y otras enfermedades pueden obtener aprobación para poseer, emplear y cultivar cantidades reducidas de la substancia como parte de su tratamiento, con la certificación de un médico.

Pero los activistas a favor del uso de la mariguana en el estado —entre ellos el club de Greene— argumentan que las leyes son demasiado vagas para permitir en forma segura y legal a los pacientes tener acceso a la substancias, aun con dicha aprobación. Según las leyes actuales, los poseedores del permiso pueden poseer una cantidad reducida de mariguana y cultivar un número pequeño de plantas para uso personal o de otros poseedores de licencia estatal.

Ahí es donde se pone complicado, alegan los activistas, debido a que las leyes no hablan acerca de cómo pueden las personas autorizadas adquirir lo que necesitan a fin de cultivar la planta u obtener de alguna otra manera mariguana para uso medicinal si no logran cultivarla ellas mismas. En otras palabras, alguien con permiso puede cultivar mariguana para su utilización (y regalar la planta a otros usuarios aprobados), pero vender mariguana en Alaska aún no es realmente legal.

En agosto el club de Greene fue tema de un reportaje en el Alaska Dispartch News, donde se indica que el fundador del club habló con el periódico “con la condición de no ser identificado, mencionando inquietudes sobre potenciales repercusiones con su patrón”. En el reportaje, el fundador (supuestamente Greene) explicó cómo su club había más o menos improvisado a fin de ayudar a que los pacientes tuvieran acceso a la mariguana.

En vez de comprar mariguana con alguien que la cultive, los miembros del club acceden a dar “donativos” a quien cultiva la planta a efecto de cubrir el costo de cultivar la substancia. Luego se pone en contacto a paciente y proveedor, y el club desaparece de la escena. Se entiende que el Dispatch se haya referido a dicho sistema como uno que opera en “una zona de claroscuros legales” en el estado. Esa es la razón por la cual el club de Greene esté intentando modificar las leyes de Alaska.

Fuente: The Washington Post vía El Diario

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