De gastos ilegales y pactos de caballeros

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Por Luis Javier Valero

¿Se darán cuenta, los dirigentes nacionales de los partidos que las noticias del ámbito nacional, concernientes a sus partidos y candidatos, repercuten seriamente, quizá más que la mayoría de los actos de campaña, en las entidades?

Con el nuevo modelo de comunicación social de las campañas electorales, que en lo general se acortaron, y el recorte en los tiempos de radio y televisión, lo que los medios de comunicación nacionales informen repercutirá más que la profusión de mensajes en los medios de comunicación electrónicos.

De este modo, probablemente influirá más en el ánimo de los electores del PAN (y también en los llamados “indecisos”) lo relacionado a los conflictos al interior del grupo de senadores, que las buenas intenciones de sus candidatos expresadas a lo largo de la campaña.

El largo y áspero conflicto entre los dos grupos de senadores –los afines y los opuestos a Felipe Calderón, por extensión, los afines a Gustavo Madero y sus opositores–, que a la vista del ciudadano común se originó por la disputa del control de las cantidades multimillonarias que maneja ese grupo parlamentario, puede ser, a la larga, uno de los factores más influyentes en la definición del voto de millones de ciudadanos en las 14 entidades que celebrarán elecciones el próximo domingo.

Pero el cinismo de la clase política es infinito. Cuestionado el líder del grupo parlamentario de senadores del PRI, el ínclito Emilio Gamboa, acerca de los recursos del Senado, usados para costear los gastos de los senadores priistas en los viajes a esas mismas entidades, para apoyar las campañas electorales de sus compañeros, declaró campantemente que su bancada en el Senado cubrió los gastos de aviones, hoteles y alimentos de los legisladores federales que participaron abiertamente en las campañas proselitistas de 14 estados del país.

“¿Cómo están apoyando a los senadores que van a las campañas?”, se le preguntó.

“Cuando necesitan viáticos, para eso está el grupo parlamentario, lo hacemos desde luego. Cuando necesitan un viático para ir a un estado donde hay campañas, lo hacemos sin duda… Los apoyamos con sus viáticos y con el pago de sus hoteles y de sus aviones, pero nada más”, respondió.

Dijo, el angelito, que apoyar las campañas electorales “es parte de su responsabilidad como legisladores”, pero que de ninguna manera implica que se use dinero del Senado para los comicios “pero no repartimos dinero para que apoyen campañas”. (Nota de Reforma, 1 de julio de 2013).

¡Ah, pero también dijo lo siguiente!: “Cuando necesitan viáticos, para eso está el grupo parlamentario, lo hacemos desde luego. Cuando necesitan un viático para ir a un estado donde hay campañas, lo hacemos sin duda”. (Ibídem)

Y la bolsa no es chica. De los 298 millones de pesos que recibe el coordinador del grupo del PRI, 197 millones los pueden usar en viajes, en asesorías, compras diversas y hasta productos personales. ¡Ay nomás!

Además, debemos recordar que ese dinero no están obligados a justificar, ni a demostrar en qué lo usaron, razón por la cual es el único dinero público que no está sujeto a comprobación alguna, como si sus respectivas mamás se los hubiesen regalado.

Cuestionado acerca de cuándo terminará tan irregular situación, contestó que “cuando todos los grupos quieran transparentar más, estamos en la mejor disposición de hacerlo, ese es un acuerdo entre los cinco grupos parlamentarios que conforman el Senado”. (Ibídem).

O sea, implica un pacto de “caballeros”, como el informado en el fin de semana por otro de los ínclitos nacionales, don Gustavo Madero, quien, sin empacho alguno, dio a conocer la existencia de otro pacto entre las dirigencias nacionales consistente en que no polemizarían sobre seguridad pública en las campañas electorales de las 14 entidades. Interrogado por los reporteros, reculó y dijo que no era un pacto, sino un acuerdo “de caballeros”, roto en Aguascalientes con motivo de los escándalos generados por la Procuraduría local, que acusó al candidato panista a la Alcaldía de la capital hidrocálida de vínculos con el crimen organizado.

“No, no es un pacto, es un acuerdo de caballeros, nada más, dijo Gustavo Madero, sin usar el micrófono y en voz baja”. (Nota de Raúl Muñoz, El Universal, 30 junio 2013).

¡Ah, qué caballeros, cuyos gastos y acuerdos se hacen sobre el estado de derecho que juraron respetar!

Y luego nos piden que vayamos a votar por ellos, que así se fortalece la “democracia”.

asertodechihuahua@yahoo.com.mx

Blog: luisjaviervalero.blogspot.com

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